Homilía y preces del «Día de los cuatro papas»
Francisco: «Juan XXIII, el Papa de la docilidad al Espíritu; Juan Pablo II, el Papa de la familia»
No se sabía cómo sería la homilía del Papa Francisco en la histórica canonización de San Juan Pablo II y San Juan XXIII.
El Papa al final optó por una homilía más bien breve, donde ofreció una característica de cada Papa y los ligó con la Pascua y la confianza en el Resucitado, así como con la Divina Misericordia, recordando las dificultades que se vivieron en el atribulado siglo XX.
"Han sido sacerdotes, obispos y Papas del siglo XX, han conocido las tragedias, pero no les han vencido porque su fuerza era Dios, la fe en Cristo Redentor, Señor de la historia, y han confiado en la Misericordia de Dios que se manifiesta en sus 5 llagas", afirmó el Papa Francisco.
"En estos dos hombres, contempladores de las llagas de Cristo, vivía una esperanza y alegría, la que Cristo resucitado da a sus discípulos y que nadie puede quitar".
"Es la esperanza y alegría de dos santos papas que recibieron del Señor y se dieron en abundancia al pueblo de Dios. Es la misma esperanza y alegría que se respiraba en la primera comunidad de creyentes, como leemos en hechos de los Apóstoles", añadió el Pontífice..
"Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para poner al día la Iglesia según su fisionomia original, la que le dieron los santos a lo largo de los siglos; son los santos los que hacen crecer la Iglesia y la llevan adelante", proclamó el Papa Francisco.
"Al convocar el Concilio, San Juan XXIII tuvo delicada docilidad al Espiritu Santo, fue un guía guiado por el Espíritu. Por eso me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu Santo", explicó sobre el primero de los canonizados.
"Juan Pablo II ha sido el Papa de la familia, dijo que quería ser recordado como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo. Desde el cielo, sin duda, él la va a sostener", dijo sobre el segundo santo del día, mientras la plaza irrumpía en aplausos.
"Que los dos nos enseñen a no escandalizarnos por las llagas de Cristo y a confiarnos en la misericordia de Cristo que siempre espera y siempre ama", concluyó, citando palabras frecuentes en las enseñanzas de Santa Faustina Kowalska, la apóstol de la Divina Misericordia que se celebra cada primer domingo después de Pascua.
Peticiones con los nuevos santos
En español, en las peticiones se pidió porque "todos los hombres reconozcan en la Iglesia a Jesús resucitado y vivo".
La segunda petición, en árabe, insistió en la misma petición de "vida nueva" en Jesús Resucitado.
La tercera, en inglés, recordó a los mártires.
La cuarta, en chino, pidió la intercesión de Juan XXIII para orar por la paz.
La quinta, en francés, leída por la religiosa Marie Simon Pierre curada por Juan Pablo II, pedía la intercesión del nuevo santo polaco para que "los hombres de gobierno y ciencia" sean conducidos por Dios.