Viernes, 04 de octubre de 2024

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Un arzobispo de Valencia, 12 Hijas de la Caridad y una seglar asesinadas en 1936 rumbo a los altares

El Papa firma el decreto de «virtudes heroicas» de José María García-Lahiguera y el del martirio de las trece mujeres muertas por «odio a la fe».

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Monseñor García-Lahiguera
Monseñor García-Lahiguera

El Papa Benedicto XVI autorizó ayer el decreto de “virtudes heroicas” de monseñor José María García-Lahiguera, arzobispo de Valencia de 1969 a 1978, fundador de la congregación de las Oblatas de Cristo Sacerdote, con lo que es declarado “venerable” y avanza su proceso de beatificación.

El Pontífice ha autorizado a la congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto durante una audiencia mantenida esta mañana con el cardenal Angelo Amato, prefecto de esta congregación vaticana, según ha informado esta mañana en un comunicado el Vaticano.

A partir de este momento, el proceso de beatificación de monseñor García Lahiguera (Navarra, 1903-Madrid, 1989) continuará con el fin de “conseguir probar un milagro atribuido a su intercesión y así poder ser elevado a los altares como beato”, han indicado a la agencia AVAN fuentes del Arzobispado de Valencia.

La causa de beatificación del que fue arzobispo de Valencia fue iniciada en 1995 con la apertura en Madrid del “proceso sobre la vida, fama y virtudes para la beatificación y canonización del siervo de Dios José María García-Lahiguera”, que fue además fundador de las religiosas Oblatas de Cristo Sacerdote en 1938.

Cinco años después, el 22 de septiembre de 2000 el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco Varela, declaraba clausurada la fase diocesana de su proceso de canonización, que a partir de entonces comenzó a ser instruido por la Santa Sede.

Durante la fase diocesana “se recogieron numerosos testimonios y documentación sobre su fama de santidad en vida, principalmente en Madrid, de cuyo clero diocesano formó parte y donde fue obispo auxiliar”. También mediante exhorto se requirieron pruebas a la diócesis de Huelva, de la que fue obispo, y a la de Valencia, de la que fue arzobispo antes de su jubilación. Toda la documentación recogida permanece ahora en la Santa Sede donde continúa la instrucción.

El 25 de enero de 2002 la congregación para las Causas de los Santos otorgaba el decreto de validez de su causa de beatificación.

Biografía monseñor García Lahiguera
Monseñor García Lahiguera nació el 9 de marzo de 1903, en Fitero (Navarra) y murió el 14 de julio de 1989 en Madrid. Fue profesor de Geografía e Historia y director de la Schola Cantorum del Seminario madrileño. En la persecución religiosa de 1936 se dedicó a "socorrer a los sacerdotes y seminaristas, que vivían en condiciones muy precarias, por cuya formación siempre sintió una especial predilección", según han indicado a la agencia AVAN fuentes del Arzobispado de Valencia.

En la diócesis de Madrid fue sacerdote diocesano, y, luego, obispo auxiliar . Más tarde fue nombrado obispo de Huelva hasta que el 1 de julio de 1969 fue designado por el papa Pablo VI arzobispo de Valencia.

Durante su pontificado en la diócesis valentina se celebró el VIII Congreso Eucarístico Nacional, en 1972; el cincuentenario de la coronación canónica de la Virgen de los Desamparados, en 1973; la erección de la Facultad de Teología, en 1974; y "gracias a sus gestiones se incluye en el calendario litúrgico español la fiesta de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote", según fuentes del Arzobispado de Valencia. ).

Falleció en el monasterio madrileño de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, la congregación de vida contemplativa fundada por él.

Hijo Adoptivo de Valencia en 1978
El Ayuntamiento de Valencia aprobó en octubre de 1978, en la sesión del pleno celebra el día 6, el nombramiento por unanimidad de “Hijo Adoptivo de Valencia”, título que el prelado ofreció a la Virgen de los Desamparados.

Monseñor García Lahiguera , que también fue nombrado “Hijo Predilecto” de Fitero en Navarra e “Hijo Adoptivo” de Huelva recogió el título de Valencia en diciembre de 1978. Según palabras del propio arzobispo, del diario espiritual del Siervo de Dios monseñor José María García Lahiguera, “fue un acto solemne, dentro de una encantadora sencillez y emocionante en extremo. El cariño y amor eran desbordantes”.


Doce Hijas de la Caridad y una seglar muertas en 1936
Asimismo,  Benedicto XVI firmó ayer el decreto por el que se reconoce el martirio de doce Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y una seglar que murieron asesinadas por “odio a la fe” en diversos lugares dentro de los límites de la archidiócesis de Valencia entre el 19 de agosto y el 9 de diciembre de 1936”, según han informado hoy fuentes del Vaticano. Tras la firma del decreto, las trece mártires podrán ser beatificadas en una fecha todavía por determinar.

En la causa, encabezada por Josefa Martínez Pérez, natural de Alberique (Valencia), que fue martirizada en Llosa de Ranes el 15 de octubre de 1936, figuran un grupo de cinco religiosas y una seglar que fueron muertas en el picadero de Paterna el 9 de diciembre de 1936: Maria del Carmen Rodríguez Banazal (Orense, 1876), María del Pilar Nalda Franco (Cádiz, 1871), Estefanía Irisarri Irrigaray (Navarra, 1878), Josefa Laborda Goyeneche (Navarra, 1864), Isidora Izquierdo García (Burgos, 1885), y la seglar nacida en Bétera (Valencia) en 1892, Dolores Broseta Bonet.

Igualmente, pertenecen al grupo, Martina Vázquez Gordo (Segovia,1865), martirizada en Algar de Palencia el 4 de octubre de 1936; Victoria Arregui Guinea (Vizcaya,1894), que junto a Joaquina Rey Aguirre (Vizcaya,1895), fue asesinada en Gilet el 28 de octubre de 1936. Finalmente, incluye la causa a María Luisa Bermúdez Ruiz (La Coruña, 1893); María del Rosario Ciércoles y Gascón (Zaragoza, 1873); y Micaela Hernán Martínez (Burgos, 1881), que sufrieron martirio en Benavites (Valencia) el 19 de agosto de 1936.

La causa fue iniciada en la diócesis de Valencia 1966 pero quedó interrumpida y se reanudó en 1994, según fuentes de la comisión de las Causas de los Santos del Arzobispado de Valencia.

Dos valencianas, entre las nuevas mártires
Encabeza la causa sor Josefa Martínez Pérez, natural de Alberique. Trabajaba como enfermera en el Hospital Provincial de Valencia en 1936, “destacando por su fidelidad a las Reglas, piedad y entrega a los enfermos”. Al estallar la guerra civil “fue despedida la comunidad integrada por un centenar de hermanas”, buscó refugio en Alberique, junto a sus padres y su hermana Natalia que esperaba su cuarto hijo. Al ser detenido y amenazado de muerte su cuñado, por su condición de padre católico, ella se ofreció en su lugar pero no fue aceptada. A los pocos días la apresaron junto con su hermana. “Sor Josefa intercedió ante los milicianos para que liberasen a su hermana que estaba en cinta, y pidió que sólo la matasen a ella. Fue fusilada por causa de la fe el 15 de octubre de 1936 en Llosa de Ranes en el paraje conocido como "puente de los perros". Antes de morir, “perdonó a los que la fusilaban, puso su vida en manos de Dios y pidió la intercesión de la Santísima Virgen con el rezo del santo Rosario”.

Igualmente, la otra mártir valenciana es Dolores Broseta Bronet, seglar que vivía con las religiosas en el Hogar de personas mayores de Bétera, localidad donde había nacido en 1892. Intentó ingresar en las Hijas de la Caridad de joven pero por padecer hemorragias frecuentes no pudo hacerlo. Regresó a Bétera, para trabajar en el asilo con las religiosas pero al ser asaltada la residencia, se refugió en Valencia en una pensión con otras religiosas hasta que fueron localizadas, y fusiladas en el Picadero de Paterna.

Con Dolores Broseta fueron fusiladas las religiosas que se encontraban con ella en la pensión: sor Josefa Laborra Goyeneche, natural de Sangüesa (Navarra), tenía 72 años y era superiora del Colegio-Asilo de Bétera; sor Carmen Rodríguez Banazal, nacida en Cea (Orense), tenía 59 años y ejercía en Bétera su ministerio como maestra de párvulos; sor María del Pilar Nalda, natural de Algodonales (Cádiz), de 65 años y sor Estefanía Irrirarri, de Peralta (Navarra), de 58 años , de ellos los últimos 39 como maestra de párvulos en Bétera.

Muerta por los mismos a los que había dado de comer
Sor Martina Vázquez Gordo, natural de Cuellar (Segovia), tenía 71 años cuando en 1936 se encontraba en el Hospital de Segorbe (Castellón), de donde fue despedida al comenzar la persecución religiosa. Fue capturada en casa de una antigua alumna que la había protegido, se puso el hábito y fue conducida en un camión a la carretera de Algar de Palencia . Tras rezar por sus perseguidores y perdonarles públicamente su perdón, pidió morir de frente, con los brazos en cruz y el crucifijo entre los dedos de su mano derecha. Se da la circunstancia de que los milicianos que dispararon habían sido socorridos por ella en el Comedor de Caridad de Segorbe que había fundado.

Sor Joaquina Rey nació en Begoña (Bilbao), en 1895, fue destinada a la Casa de Beneficencia de Valencia y al comenzar la persecución de 1936 se refugió con otras hermanas de la comunidad en la localidad valenciana de Foios , en la casa familiar de una hermana. Allí fueron localizadas y apresadas. Llevadas ella y su compañera Sor Victoria Arregui, nacida en Bilbao un año antes que sor Joaquina, fueron sentenciadas a muerte por su condición de religiosas. Antes de ser fusilada en la tapia del cementerio de Gilet, el 29 de octubre de 1936, Joaquina Rey arrebató el arma al verdugo que intentó violarla antes de disparar. “Pero reflexionó, entregó el arma y pidió perdón públicamente por su cobardía”, según las mismas fuentes. Seguidamente ofreció el perdón a sus perseguidores y aceptó los tiros de muerte mientras gritaba: "Viva Cristo Rey".

Sor María Rosario Ciércoles nació en Zaragoza en 1873. Cursó los estudios de Música antes de ingresar en la Compañía. En 1936 desarrollaba su misión como organista, profesora de Música y manualidades profesionales en el Asilo de San Eugenio de Valencia. Sor Rosario con otras dos compañeras, sor Micaela Hernán natural de Burgos, de 55 años, y sor María Luisa Bermúdez, de San Pelayo de Sabugueira (Coruña) y 43 años, se fueron a Puzol (Valencia), a la casa de un familiar de una hermana donde fueron apresadas el 17 de agosto de 1936 y martirizadas debajo de un limonero cerca del cementerio de Benavites (Valencia).

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