Josué Fonseca, de la comunidad católica Fe y Vida, predica durante media hora a público de esta comunidad sobre una paradoja del cristianismo: el choque entre las normas religiosas y la escucha del Espíritu.
La ley judía, con sus 300 mandamientos, parece difícil, pero en realidad es fácil cuando se tiene práctica: siempre es lo mismo, es técnica y hábito.
La cristiana, con sus escasos mandamientos (amar a Dios, amar al prójimo, escuchar al Espíritu, ser como un niño) parece muy fácil, pero en realidad es muy difícil: implica ceder el control a Dios, retos inesperados cada día. ¿Cómo gestionar eso?