Lunes, 23 de diciembre de 2024
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Los cinco minutos del Espíritu Santo
Los reconocimientos ajenos se los lleva el viento, no dejan nada
¿De qué quiero ser purificado por el Fuego Purificador?
Sé mi lugar de delicias, mi tesoro, mi banquete feliz
Los diferentes carismas nos unen, armonizan, enriquecen
Saber recibir algo del hermano y reconocer su inmenso valor
Es sano detenerse, pedir luz y ver quién es uno en realidad
Al comenzar algo nuevo, necesitamos la fuerza del Espíritu
De las cenizas, el Espíritu puede hacer surgir maravillas
Ser menos inclinados al mal y más a lo bueno y bello
Reaccionar perdonando y sobreponerse a los resentimientos.
Cuéntale al Espíritu Santo, todo eso que da vueltas en tu interior
Llamados todos a una vida mejor, más santa, más buena
Con él, la Palabra hablará, mostrará el camino y dará fuerza
Con mirada compasiva para caminar feliz y sin ataduras
El corazón generoso está liberado del mal de la indiferencia
Nos regala el don de la paciencia y nos sana de malas reacciones
Como caricia suave, cierra las heridas con cuidado y con ternura
Nos devuelva la vitalidad y la energía con sus gotas divinas
Como río caudaloso, que lave, limpie y se lleve toda suciedad
Sin él no buscamos la gloria de Dios, sino nuestro interés
Sabemos que no hay nada más dulce que su presencia
Con él estamos seguros, llenos de confianza y arrojo
Necesitamos que nos transforme con su presencia
No hay nada en el hombre, nada que sea inocente
El corazón se llena de fuerza cuando uno da con alegría
Con este médico del alma las dificultades no te enferman
Sana heridas interiores, todo mal recuerdo, toda angustia
Pone en tu vida un reflejo de Jesús que no puso en los demás
Nos ayudará a descubrir lo que él quiere de forma muy ordinaria
Brisa que acaricia y devuelve la calma; amor y ternura que ayuda
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