Lunes, 23 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Beato Juan "el Hispano", monje cartujo.

Beato Juan "el Hispano", monje cartujo.

Del fundador no fundador.

Ramón Rabre

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Beato Juan el Hispano.
Beato Juan el Hispano.

Beato Juan "el Hispano", monje cartujo. 26 de junio.

Nació Juan en Almansa, León, sobre 1123. A los 13 años se fue a Francia con un amigo en busca de conocimiento y aventura. Estudió en Arlés, donde le conoció una noble familia que prendada de él por su actitud hacia el estudio, le ayudó económicamente a continuar estudiando cuando el joven Juan quedó casi en la miseria.

A los 16 años ya era Lector de Filosofía y antes de volver a su tierra quiso determinar su camino en la vida tomando unos días de retiro en el monasterio basiliano de la ciudad. Allí un monje muy santo y sabio le dijo que el Señor le llamaba a la vida monástica. 

Sin más, Juan dejó el mundo y en una celdilla anexa al recinto se puso bajo las órdenes del monje, quien le formó para la vida religiosa. Se aplicó tanto el joven en la oración, el ayuno y la penitencia que cayó enfermo, siendo sanado milagrosamente. Templó su austera vida y pronto progresó en la virtud. A los 20 años era tan avezado en la vida ascética que los basilianos querían hacerle prior, pero el santo Juan ya tenía otros planes, y Dios también.

Quería el joven una vida de mayor recogimiento y por ello se fue a la Cartuja de Montrieux, célebre por la santidad de sus monjes. Terminado el Noviciado fue ordenado presbítero antes de terminar la Teología. Su primer oficio, ya sacerdote, fue ocuparse de la sacristía. Su piedad, erudición y caridad para con todos eran tan ejemplares que antes de los 30 años le eligieron los monjes prior de la comunidad. Emprendió la restauración del monasterio y la iglesia, la ampliación de la biblioteca y del mejoramiento de las técnicas de trabajo de los monjes. Y tanto prosperó el monasterio que un vecino poderoso, envidioso de ello, intentó usurpar las tierras de labranza. El beato Juan se le enfrentó, y el noble cambió de táctica: comenzó a influir desde dentro, sembrando insidias en algunos monjes para que eligieran otro prior. Esta guerra sucia también la perdió el malvado, quien amenazó directamente con arruinar el monasterio.

Entonces Juan y los monjes fieles se retiraron a la Gran Cartuja, donde el Prior San Antelmo de Belley (26 de junio) les recibió paternalmente. Allí estuvieron poco tiempo, pues providencialmente el señor de Faucigny pidió a la Gran Cartuja le mandasen monjes para fundar una cartuja en el valle de Béol, Saboya. Juan y sus monjes la fundaron, luego de muchas estrecheces, el 22 de enero de 1151. Había habido allí un monasterio antes, pero la fundación había fracasado. En 1152 asistió al Tercer Capítulo General presidido por San Antelmo. Llamó la atención de los otros capitulares por su semblante austero y penitente, su entrega al estudio y la oración, y su capacidad práctica, como buen místico.

Se le considera fundador de las monjas cartujas por esta razón: las monjas benedictinas de Prebayón, que le conocían bien, le pidieron que les escribiera una versión de las "Costumbres" de de Dom Guigo, para ellas así formar parte de la Orden Cartuja. San Antelmo dio el visto bueno, iniciándose así la vida cartujana femenina.

El 25 de junio de 1160, con solo 37 años de edad, el prior Juan entregaba su espíritu al Creador. Su sepultura fue signo de su humildad hasta el extremo: había ocurrido años antes que dos sirvientes habían fallecido en una avalancha y Juan, siendo prior, les había mandado a enterrar en pésimo sitio. Los superiores le reprendieron por ello y Juan, siempre que podía decía a sus religiosos que, en expiación por aquel error, él debía ser enterrado fuera de la clausura, junto las víctimas de su de error. Así lo hicieron los monjes, lo cual provocó que muy pronto su sepulcro estuviera rodeado de la atención de los devotos, cosa extraña a los cartujos.

Numerosos milagros ocurrieron allí durante siglos, hasta que en 1659 el obispo de Ginebra trasladó los huesos a la iglesia monástica, reconociendo, al menos localmente, su culto. En 1791 dos piadosos montañeses salvaron los huesos de la furia revolucionaria y lo smantuvieron ocultos hasta 1800, cuando los devolvieron a los monjes, ya restaurada la Cartuja. Pio IX, confirmó el culto del Beato Juan el 14 de julio de 1864.

Fuente:

-"Santos y Beatos de la Cartuja". JUAN MAYO ESCUDERO. Puerto de Santa María, 2000.

A 25 de junio además se celebra a:
Santa Febronia, carmelita mártir.
Beato Daniel de Almaark y compañeros mártires.
Santas Pazanne, Macrina y Columba, vírgenes.

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