Madrid insiste en el bulo de que millones acuden al Orgullo Gay: lo refutamos otra vez, con cifras
El Ayuntamiento de Madrid, controlado por la formación populista Ganemos Madrid, celebra el Orgullo Gay como si fuera su mayor festejo y repite cifras absolutamente increíbles de multitudes y de "inyección económica" que ya quedaron refutadas y ridiculizadas el año pasado durante el WorldPride (el "orgullo Gay mundial", que ese año se celebraba en la capital española).
Si el año pasado llegó a hablar de la inimaginable cifra de 3 millones de asistentes al WorldPride, este año se limita a rebajarla a 2 millones para el año pasado y un millón de asistentes esperados para este. Las cifras, como veremos, son propaganda imposible.
El servicio de prensa del Ayuntamiento ha enviado su propaganda de género a la redacción de ReL con estos datos: "Madrid se prepara un año más para la celebración del Orgullo, uno de los eventos más relevantes de la ciudad y reconocido a nivel internacional, en el que cada año se dan cita más de un millón de personas. Es este sentido hay que recordar que el pasado año tuvo lugar el WorldPride, que además de consolidar a Madrid como el mejor destino LGTBI del mundo, potenció internacionalmente su faceta como ciudad diversa, plural, inclusiva y comprometida. WorldPride 2017 además atrajo a Madrid a más de 2 millones de personas y supuso una gran inyección económica. Impregnado por ese espíritu, el Orgullo Madrid 2018 aspira a atraer de nuevo a más de un millón de personas..."
Refutando las cifras: el metro
Un par de días después del Orgullo Gay de 2017, que finalizó el domingo 2 de julio, varios indicadores dejaron claro que las cifras del millón habían sido un bulo fantasioso de propaganda municipal y del lobby LGTB.
Durante el fin de semana del 1 y 2 de julio, por primera vez en su historia, el metro abrió durante 24 horas; y otros días hubo horarios ampliados. Costó 400.000 euros extra a los contribuyentes. Fue un coste desproporcionado e innecesario, como señaló en rueda de prensa el consejero de Transportes, Infraestructuras y Viviendas, Pedro Rollán.
Un sábado corriente, el Metro de Madrid registra 1,4 millones de viajes. El sábado 1 de julio, día grande del Orgullo Gay, hubo 1,64 millones, es decir, 240.000 viajes más. De ellos, 70.000 viajes correspondían a los más trasnochadores y juerguistas incansables que se trasladaban entre las 2 y las 6 de la mañana. Eso no es mucho: «Fueron un poquito menos que los que se desplazan en un día de partido de fútbol», dijo Pedro Rollán.
Refutando las cifras: las plazas hoteleras
Esa cifra de 70.000 trasnochadores coincide bastante con la cifra de plazas hoteleras de Madrid: la capital y su entorno tienen 81.000 plazas hoteleras. Periodistas de La Gaceta telefonearon a varios hoteles y hostales durante el Orgullo Gay y en todos ellos había plazas libres: la capital no estaba repleta. ¿Dónde estaban entonces los supuestos 3 millones de participantes? Es bueno recordar que, por ejemplo, la gran marcha del Orgullo Gay de 2010, que fue contabilizada por la empresa Lynce, contó con 51.500 personas.
La bandera de la ideología particular de unos pocos (como podría ser la estelada independentista o la hoz y el martillo) en el Ayuntamiento de todos los ciudadanos
Refutando las cifras: comparando con la JMJ de 2011
El mismo consejero de Transportes, Pedro Rollán, hizo una comparación con el último macroevento madrileño: la JMJ 2011 de jóvenes con el Papa Benedicto XVI.
La JMJ duró 7 días y contabilizó 6 millones de desplazamientos extra en metro. En cambio, el Orgullo Gay ha durado 10 días y ha aportado solo 1 millón de desplazamientos extra en metro. En la JMJ 2011 había 330.000 jóvenes que venían de fuera de la ciudad y se alojaban en colegios, parroquias, polideportivos, etc... y hasta 6.000 instalaciones distintas. El resto de los asistentes eran madrileños o de lugares cercanos con alojamiento propio.
Todo eso hace pensar que, en realidad, el WorldPride atrajo sólo a unas pocas decenas de miles de personas, a las que se sumaron una cierta cantidad de madrileños en fiesta de fin de semana. Nada de dos ni tres millones...
Incidentes y basura
El Orgullo Gay en 2017 dejó 469 toneladas de basura física (el año anterior habían sido 300 toneladas). Se recogió con eficacia pagando con dinero del contribuyente 3.228 jornadas laborales extra y 915 jornadas de maquinaria.
Los médicos del Samur-Protección Civil, que en el Orgullo del 2016 atendieron a 208 personas con accidentes, traumatismos o intoxicaciones (abundancia de alcohol y drogas), atendieron esta vez a casi el doble: 445 personas.
La Policía Nacional desplegó una media de 1.200 agentes diarios, excepto el sábado final, que fueron casi el doble. Esa enorme cantidad de policías logró que fueran escasos los episodios violentos: solo 20 detenidos, por riñas tumultarias, amenazas, lesiones y delitos contra la salud pública.
Cristina Cifuentes (a la izquierda), entonces presidenta de la Comunidad de Madrid,
del PP, bailando la conga del orgullo gay 2017 con la alcaldesa Carmena
Con los gays perseguidos... pero no con los cristianos perseguidos
El Ayuntamiento anuncia que expondrá una "obra de arte viva, hecha de todas las banderas nacionales de países donde ser LGBTI+ es ilegal, con pena de prisión, tortura o pena de muerte". En realidad, en la mayoría de esos países lo que las leyes persiguen no es el "ser" sino las prácticas de sodomía o la seducción de menores. Esta actividad se realizará tras "la lectura del tradicional pregón en la plaza de Pedro Zerolo", dedicada al activista gay y político socialista del Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Más aún: "el compromiso municipal con el Orgullo 2018 también se visualizará con la Iluminación de la Puerta de Alcalá y la fuente de la Cibeles con los colores del arco iris, los día 28 de junio y del 4 al 7 de julio toda la noche, y el resto de noches, 29 y 30 de junio, y 1, 2, 3 y 8 de julio, hasta las 00:00 horas. Además, este año por primera vez la fuente de Neptuno se suma a esta explosión de colorido y se iluminará el día de la gran manifestación, el 7 de julio".
Contrasta tanta iluminación de monumentos con el hecho de que nunca se iluminan para denunciar la persecución a cristianos, mucho más numerosos y más perseguidos, en regímenes comunistas e islámicos. En noviembre de 2017, por ejemplo, el la Cámara de los Lores y la de los Comunes en Londres se iluminó por los cristianos perseguidos. En febrero de 2017 lo hizo el Coliseo en Roma. En Madrid no se ha hecho nunca.
La bandera del lobby de unos pocos
Por último, cabe recordar que la bandera del lobby gay es la bandera de una ideología particular (como pueda serlo la de la hoz y el martillo, o la estrella roja, o la estelada en Cataluña), que no ha sido nunca elegida por el pueblo y que no parece justo colocar la bandera de una ideología minoritaria, novedosa y nunca votada en los espacios que pertenecen a todos.