3.800 firmas universitarias pidieron que no quedara impune
¿El asalto a la capilla con Rita Maestre fue «pacífico»? Empujones al capellán y gritos de odio
El asalto a la capilla universitaria en el que participó en 2011 Rita Maestre, concejal del partido de izquierda populista "Ahora Madrid" y actualmente portavoz del Gobierno municipal de Madrid, es presentado una y otra vez por sus defensores de la izquierda más laicista como un acto "pacífico".
La joven política es alabada por personajes de la izquierda radical por ser "activista". Pero en el juicio en Pozuelo de Alarcón en 2012, el capellán que estuvo en el lugar declaró que los asaltantes le empujaron. El capellán conocía bien a Rita porque habían sido compañeros de clase varios años y hablaban a veces.
También se constató ante la juez que se proclamó durante el asalto la frase cristianófoba "Arderéis como en el 36" (en alusión a los más de 3.400 clérigos asesinados en agosto y septiembre de ese año por las izquierdas españolas).
Asaltar capillas, ¿un error o algo modélico?
La misma Rita Maestre (e incluso Pablo Iglesias, líder de Podemos, y con firma en su época hasta Juan Carlos Monedero, uno de sus fundadores) admiten a veces que asaltar capillas no está bien, o que al menos "no son formas". Eso sí, defienden que debe quedar impune. Por el contrario, la Fiscalía pide un año de cárcel e inhabilitación para la concejal de Ahora Madrid por aquellos hechos.
Manuela Carmena, la nueva alcaldesa de Madrid, ha declarado: «Mi apoyo a Rita Maestre es indiscutible». Sobre el asalto, lo valora como «interesante», porque «un grupo de jóvenes reivindicaran» en su momento. «Eran actuaciones encaminadas a reivindicar el feminismo», dice la alcaldesa, como si eso justificase los empujones, las frases blasfemas y expresiones como "arderéis como en el 36". En declaraciones radiofónicas ha comentado que le gustaría saber qué opinan los ciudadanos.
3.800 firmas contra la impunidad
Carmena puede constatar la opinión de más de 3.800 ciudadanos, especialmente del ámbito universitario, que en 2011 condenaron el asalto y firmaron un Manifiesto llamado "la Declaración de Somosaguas", exigiendo "que las autoridades públicas competentes adopten las medidas judiciales oportunas ante lo que constituye un atentado contra la libertad de culto que reconoce nuestra Constitución y que protege nuestro Código Penal". Esos ciudadanos -muchos de ellos profesores- se expresaron contra la impunidad.
La hoy concejal y portavoz municipal posa para la revista Vanity Fair, especializada en secciones como "celebrities", "moda", "realeza"... es difícil encontrar una revista que encarne mejor el concepto "casta" que Podemos critica
Que asaltar capillas no está bien parece que ya lo entiende la misma Rita Maestre en esta entrevista reciente en Vanity Fair:
- ¿Podrías reconstruir cómo fue el día de tus protestas en las capillas de la Complutense?
- Me levanté, fui a clase y luego bajé. Era la semana del 8 de marzo y mi colectivo [Contrapoder, semillero de Podemos], el colectivo gay y el colectivo de mujeres habían organizado una marcha. Me uní a ella y llegamos a la capilla, donde muchas de las cosas que se dicen que ocurrieron, no ocurrieron.
-¿Qué no ocurrió?
-Te aseguro que nunca dijimos que íbamos a apalear a nadie.
-¿Y luego?
-Pues unos días después vinieron unos policías a mi casa y me detuvieron.
-¿Qué queríais conseguir con esa protesta en la capilla?
-Una universidad pública no es un lugar para una capilla. Es una reliquia franquista. Son espacios infrautilizados y hay una falta endémica de aulas. Así que la reivindicación no tenía nada que ver con la religión católica sino con hacer ver que ese no era un lugar para una capilla.
-¿Lo volverías a hacer?
-Ahora mismo no, claro. Siendo concejala, no.
-¿Y dos días antes de que te nombrasen concejala?
-El de entonces era un contexto muy distinto, de mucha movilización. Fue un poquito antes del 15M. Yo cuando miro mi trayectoria pienso, ¿por qué no se nos ocurrió antes hablar con las instituciones?
-¿Quieres decir hablar con el rector?
-Digo buscar cauces institucionales que ahora nos parecen naturales y entonces no, porque era un momento de ebullición de la protesta estudiantil, con prácticas muy similares a la de la capilla. Pensábamos que había que hacer cosas para llamar la atención. De la misma forma que cuando se aprobó el Plan Bolonia fuimos a la sala donde se reunían los representantes políticos a protestar, pues esto era una cosa similar. La idea era hacer visible un conflicto.
-¿Pero lo harías otra vez?
-No sé decir si lo haría otra vez, porque una vez que ha ocurrido y las consecuencias han sido negativas, sería muy fácil para mí decir que no.
-¿Quizá en su momento no fuiste consciente de que estuvieses agrediendo un derecho fundamental como la libertad de credo?
-No creo que fuese eso. En ese momento eran las elecciones del rectorado y se quiso usar esa acción políticamente. Se nos acusó a las personas más activas políticamente. Yo iba a clase con el capellán de la facultad los tres primeros años de carrera. Teníamos visiones políticas muy distintas pero discutíamos muy bien y nos veíamos mucho en la cafetería. Y de hecho creo que esa fue una de las razones por las que me detuvieron a mí: porque él me vio y me reconoció.
-No pensabais que estuvieseis ofendiendo a esos creyentes que estaban asistiendo a un acto religioso sino que estabais reivindicando la recuperación de un espacio.
-Las dos cosas son compatibles, pero yo no tenía intención de ofender a ningún católico. De hecho pertenezco a una familia católica y he ido a misa con mis abuelas millones de veces. Aquella reivindicación fue pacífica, a pesar de lo que se cuenta.
¿Qué pasó en realidad? Hablan los testigos
Así pues, la hoy concejal y portavoz en Madrid admite que las consecuencias de asaltar la capilla han sido negativas y que ni siquiera se les ocurrió hablar antes con las instituciones, ¡aunque el capellán mismo era compañero de clase!
Pero, ¿qué pasó en realidad en ese asalto de 2011? ¿Fue violento o no? Es decir, más allá de la irrupción grosera, los gritos y los desnudos.
En el juicio en Pozuelo en 2012 (recogido en su momento por el diario ABC) el capellán declaró a la juez que a él le "empujaron". Hubo, pues, contacto físico violento. El capellán declaró también que los asaltantes «estaban gritando» y que «les dijo que así no se podía entrar en la capilla» pero que «hicieron caso omiso».
Hubo además expresiones groseras específicamente anti-religiosas, según los testigos declararon ante el juez. El testigo M. J. V. declaró a la juez que escuchó al grupo decir «me cago en Dios», «me río de la virginidad de la Virgen María» y «menos rosarios y más bolas chinas».
Como se ve, no eran eslóganes de argumentación a favor del feminismo sino expresiones de ofensa a los sentimientos religiosos.
Otro estudiante, J. D. S., identificó ante la juez a A. H. H. como el que dijo frases muy parecidas y la frase de «arderéis como en el 36». La joven G. O. S. que estaba allí para misa de una vio una chica, R. M. [Rita Maestre] que, dijo la testigo, suele aparecer como la «líder» del grupo y que «se quitó la ropa para quedarse desnuda».
La misma testigo revela que otro asaltante, H. M -probablemente Héctor Meleiro, otro político de Ahora Madrid imputado-, dijo: «Sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios». Las fotos y vídeos muestran claramente varias jóvenes que se desnudaron de cintura para arriba, o quedaron al menos en sujetador, entre unos 50 o más asaltantes.
Escena de la ocupación grosera de la capilla, en la que estuvieron Rita Maestre y Héctor Meleiro, políticos de Ahora Madrid
Por todo esto, la Fiscalía pide un año de cárcel e inhabilitación por ataque contra los sentimientos religiosos.
El ambiente de impunidad lo propició
Tiene razón Rita Maestre en que había un ambiente que impulsaba a estos actos de extrema izquierda contra las capillas. Apenas unos meses antes, en noviembre de 2010, grupos anticlericales en la Universidad de Barcelona habían repartido panfletos llamando a acudir a la misa en las capillas de Económicas y de Química para sabotearlas, y así fue en algunos casos. En otros, los católicos hicieron misa con la puerta cerrada con llave, o cambiando los horarios. Llegó el caso en que se celebró misa bajo protección de guardias y de hecho durante un mes no se celebró misa porque la administración lo pidió por miedo a los violentos.
Con carteles, pintadas y protestas por los pasillos se intentó amedrentar a los cristianos. Como en Barcelona no hubo detenciones ni castigos, en Madrid los jóvenes de Contrapoder -el semillero de Podemos- dedujeron que habría impunidad.
Tanto hoy como en 2011 la izquierda padece cierto desconcierto respecto al asalto de capillas, y titubea entre alabarlo y desaconsejarlo. En aquel momento, Ángel Gabilondo, por entonces ministro socialista de Educación (había sido escolapio y profesor) condenó con rotundidad el asalto (aunque apoyó la tibieza del rector que no impuso sanciones).
Hoy, en cambio, Pablo Iglesias dice que Rita no debe dimitir «en ningún caso» y que ella «participó en una protesta pacífica», aunque el líder de Podemos añade que no le gustan estos actos y afirma respecto al asalto: «Creo que se equivocaron». Pero, poniendo una vela a Dios y otra al diablo, ha declarado también que para extender derechos civiles «a veces se llevan a cabo iniciativas contrarias a Derecho».
Manifiestos progres de 2011: "no compartimos la forma"
Es curioso comprobar que en 2011 una serie de "profesores de universidades públicas" firmaron un manifiesto en solidaridad con los asaltantes, aunque ya entonces los firmantes aseguraban que "no comparten" la forma en la que se desarrolló la protesta.
Ahora, en junio de 2015, se están recogiendo firmas en la campaña NosotrasConRita, con un manifiesto que parece una canonización de la concejal y que no incluye ninguna frase criticando la modalidad de protesta. Hay gente que ha firmado ambos manifiestos, el que "no comparte" el método y el que prácticamente lo alaba, como es Ariel Jerez (de Políticas y Sociología de la UCM) o el mísmísimo Juan Carlos Monedero, político "depurado" de la cúpula de Podemos.
En la web de la campaña NosotrasConRita que recoge las firmas hay una sección de comentarios. ReL ha podido comprobar que son eliminados los comentarios que recuerdan las frases cristianófobas constatadas en el juicio o que el capellán fue empujado (demostrando que hubo, pues, violencia física, además de verbal): la web busca presentar el asalto grosero y violento como una "manifestación pacífica".
El manifiesto NosotrasConRita asegura que "la denuncia pacífica y democrática de viejas desigualdades y viejos privilegios debería de ser un motivo de agradecimiento y no de vergüenza" y que "es para nosotras un orgullo que una mujer como Rita reivindique nuestros derechos y libertades ante instituciones que aún deben cambiar para hacer de la igualdad entre hombres y mujeres uno de sus principios".
Más aún, añaden que "está en juego la democracia". Sobre la licitud de los métodos, "Nosotras Con Rita" no dice nada. Firman la alcaldesa populista de Barcelona, Ada Colau; la escritora feminista radical Maruja Torres; la actriz Pilar Bardem y en general el "establishment" progresista radical habitual en España, excepto los que dependen más directamente del PSOE.
Violencia en la universidad: el precedente alemán
Pero es verdad que puede estar en juego la democracia, como explicaba el historiador inglés Paul Johnson, en su libro de 1987 "La historia de los judíos" (950 páginas en Zeta Bolsillo) cuando describe cómo los nazis se apoderaron del ambiente universitario alemán (pág. 696 a 700). Cuando aún eran muy débiles en Alemania, los nazis empezaron a adquirir poder amedrentando a los profesores y alumnos judíos debido a la inacción e impunidad de las autoridades.
El historiador lo escribe así: "las propias autoridades jamás adoptaron medidas decididas para frenar la prepotencia estudiantil. No es que los profesores fuesen pronazis, pero eran enemigos de Weimar y la democracia, y sobre todo se mostraban cobardes frente a actos estudiantiles que ellos sabían que eran condenables, un presagio de la cobardía más general que la nación demostraría después. En consecuencia, los nazis controlaron de modo efectivo los claustros dos o tres años antes de apoderarse del país".
Por eso, parece razonable insistir en que no puede haber impunidad y que el asalto a capillas y las tácticas de amedrantamiento, con empujones e insultos no son admisibles. Como piden desde hace 4 años los 3.800 firmantes de la Declaración de Somosaguas, "que las autoridades públicas competentes adopten las medidas judiciales oportunas ante lo que constituye un atentado contra la libertad de culto que reconoce nuestra Constitución y que protege nuestro Código Penal".
Más sobre la Declaración de Somosaguas en:
http://declaraciondesomosaguas.blogspot.com.es
En este vídeo, escenas de la misa de desagravio tras el asalto a la capilla