Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Creciendo en Gracia

Una secta pronostica el Juicio Final para el pasado 30 de junio... y su líder no dimite

También anunciaron que su máximo líder José Luis de Jesús Miranda se convertiría en un ser inmortal.

Luis Santamaría/Ries

José Luis de Jesús Miranda
José Luis de Jesús Miranda
Las falsas profecías de la secta Creciendo en Gracia, de que el pasado 30 de junio era el juicio final y que su máximo líder José Luis de Jesús Miranda se convertiría en un ser inmortal, quedaron burladas como muchas otras, ya que el mundo continúa su marcha como todos los días. Así iniciaba al día siguiente su información sobre el tema el diario hondureño La Tribuna.

Una profecía fallida
En horas de la mañana del día 30 en su sitio web oficial, Miranda llamó a sus adeptos a estar pendientes de la transformación, porque el gran momento se acercaba, mientras éstos se congregaron en sus centrospara esperar que todo lo anunciado sucediera. Los líderes de esta secta habían asegurado que ese día el cristianismo desaparecería de la faz de la tierra y que a partir del 1 de julio ellos gobernarían el mundo, además de que los que se burlaron de sus profecías y no se marcaron con el 666, pagarían las consecuencias y sólo se escucharían las lamentaciones, mientras que los presidentes de las naciones quedarían desconcertados.

Ante este tipo de aseveraciones, los líderes de las Iglesias y comunidades cristianas recomendaron a la población no creer en falsos profetas, que son lobos vestidos de ovejas, ya que el regreso de Jesucristo nadie sabe cuándo será. Muchos hondureños que fueron atrapados por esta secta considerada como satánica para algunos, llegaron al grado de sacar a sus hijos de las escuelas y de abandonar sus trabajos, creyendo que a partir del 30 de junio ya no tendrían ninguna necesidad, porque hasta los hospitales desaparecerían, preocupando a sus familiares.

Situación ilegal en Honduras
Debido a que los seguidores de Miranda no contaban con permiso de operación en Honduras y a que estaban tatuando a menores de edad con el 666, a finales del 2010 las autoridades municipales de Tegucigalpa y de la Secretaría del Interior y Población les cerraron sus instalaciones y les prohibieron seguir desarrollando sus actividades, pero continuaron haciéndolo de forma clandestina.

En ese sentido el alcalde capitalino, Ricardo Álvarez, demandó a los seguidores del 666 a abandonar la capital y demandó a las autoridades del Ministerio del Interior a investigar a esta secta porque son seguidores del diablo. Indicó que “hay malos pastores que están adorando al diablo y los únicos que adoran al diablo apoyan la corrupción, las muertes, las violaciones y las desigualdades”.

Lamentó que “en nuestra ciudad, en nuestro país se estén dando este tipo de cosas. Llamo al ministro de Gobernación a que detenga este tipo de sectas satánicas, que lo único que hacen es seguir contaminando el ambiente hondureño que necesita más bien acercarse cada día más a Dios, al único que realmente nos salva a todos”.

Álvarez añadió que “uno no puede evitar el libre tránsito de quien sea, pero moralmente no es correcto, yo hago un llamado a que no anden en las calles de la capital, no los quieren aquí en la capital, les pido que se vayan, no los quiero acá”. De la misma forma aseguró que el ministro de Gobernación, Áfrico Madrid, ya hizo gestiones en su administración para trabajar sobre este tema y se cerraron algunas instalaciones donde operaban grupos de esta secta, en la plaza Los Dolores.

Por su parte, el reverendo Oswaldo Canales, miembro de la Confraternidad Evangélica de Honduras, expresó que es lamentable que este tipo de sectas traten de confundir al pueblo y que se aprovechen de su idiosincrasia. “Es tiempo de reflexionar, porque si esto no sucede terminarán frustrados, a quien deben acercarse, es al Señor, yo sé que un día el Señor vendrá pero ni el mismo Jesucristo sabe el día, sólo el Señor Padre”.

Críticas de pastores católicos y evangélicos
Las predicciones para el 30 de junio eran catastróficas. Ante este tipo de aseveraciones, los líderes de las Iglesias evangélicas y católicas recomendaron a la población no creer en falsos profetas, que son lobos vestidos de ovejas, ya que el regreso de Jesucristo no está calendarizado y nadie conoce cuándo será.

El padre de la Iglesia católica Ovidio Rodríguez indicó que se debe ser prudente cuando se hacen este tipo de afirmaciones. No cabe duda que en el país se vive un clima de tolerancia y libertad de culto, pero eso no significa volverse fanático. Explicó que el Señor Jesús dijo en el Evangelio de Mateo, capítulo 24, que nadie sabe el día ni la hora, “pero debemos estar preparados para que esa hora nos llegue individual o colectivamente. Dios no está sometido a criterios humanos, él es el dueño del tiempo y de la eternidad y como lo dice en el libro de Apocalipsis, él es el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todo. No podemos dejarnos llevar por una doctrina que puede ser muy subjetiva y personal”.

Además “se tiende a endiosar a una persona que prácticamente restituye el papel de Jesús, pero las comunidades cristianas, evangélicas, protestante o católica, seguimos con el mismo credo que nos profesaron, que un día el Señor vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos, pero con el subrayado que nadie sabe el día ni la hora”.

Rodríguez consideró que estas manifestaciones falsas no deben amedrentar al pueblo hondureño y orientó a las personas a ser más ponderadas, que no se detengan en sus labores cotidianas, porque nadie sabe el día ni la hora de la venida del Señor. “Como se dice en buen hondureño, que nos encuentre con las botas puestas”.

“El Evangelio es claro al decir que cuando él venga encontrará a unos en el campo, otros en la casa, a unos los dejará y otros se los llevará; pero no se puede entrar en esos desajustes. Tampoco hay que darle un carácter mágico al número 666, ya que los seguidores de Miranda le dan una falsa interpretación, porque en la Biblia en número pleno es el siete”, explicó. Dijo que el Evangelio advirtió: “Cuídense de los falsos profetas que vienen como ovejas pero que son lobos por dentro, tenemos que cuidarnos de estos, no hay que caer en fanatismos”.

“Aunque ellos le dan prioridad a los escritos de Pablo, me parece que es un desfase. No podemos ignorar algo que hemos creído desde hace 20 siglos solo por una interpretación privada”, subrayó. “La gente debe guardar la calma, la tranquilidad. Dios es el dueño de la historia, no está sometido a capricho ni calendario humano. Suyo es el tiempo y suya es la eternidad, por ello no se debe pecar de la ingenuidad, porque si Dios está con nosotros, quién estará contra nosotros”, apuntó.

Por su parte, el pastor de la iglesia cristiana Vida Abundante Kevin Torres expresó que este tipo de prediciones no son nuevas en la humanidad, pero hay incautos que creen porque no leen lo que dice la Biblia. Refirió que aventurarse a dar una fecha del juicio final es sumamente arriesgado. “Todas las manifestaciones de los líderes de esta secta están tergiversando la palabra de Dios, porque ella es enfática al decir que el Rey de Reyes es nuestro Señor Jesucristo y la Iglesia ha recibido la gran comisión de discipular a las naciones”.

Dijo que desde el tiempo de Jesús se viene hablando de profecías del fin del mundo y la misma palabra muestra que vendrán falsos profetas. “Debemos estar tranquilos, probablemete estamos en los últimos tiempos por todo lo que está aconteciendo, pero nada se ha salido del control de Dios”, consideró.

Torres indicó que la única salvación que existe es aceptar a Jesucristo como el Rey de Reyes y Señor de Señores, así como lo dice la palabra de Dios en sus Evangelios. “Debemos verificar todo con respecto a los libros de la Biblia, porque desde la reforma protestante, uno de los hechos más importantes es la supremacía de las Sagradas Escrituras”.

Confusión entre algunos seguidores
Las falsas premoniciones del líder de Creciendo en Gracia, Jesús Miranda, causaron confusión entre sus adeptos el pasado 1 de julio, debido a que lo anunciado no sucedió y muchos entraron en desesperación. Familiares de estas personas informaron a La Tribuna de que algunos lloraron, se embriagaron y otros hasta abandonaron sus viviendas, porque la promesa del supuesto “Jesucristo hombre” quedó en una burla.

Aunque pasó el sábado 30 de junio, la esperanza para los seguidores de Miranda era que en la madrugada del domingo sucedieran las transformaciones y que el lunes 2 ellos estarían controlando el sistema mundial. Miranda había prometido a sus adeptos que “la gran ramera (en alusión al Vaticano) arderá en llamas y sería destruido, los medios de comunicación lo iban a registrar en todos los idiomas y las naciones que simpatizaban con este sistema religioso quedarían perplejos”.

Además, que los gobernantes de todas las naciones quedarían desorientados y sin rumbo, sin hallar una solución, mientras que los millones de seguidores de las tradicionales religiones y que hicieron caso omiso al llamado de Jesucristo hombre se lamentarían y llorarían. Aseguraban que el mundo entero se encontraría en un caos y la misma Tierra sufriría las consecuencias de la desobediencia al evangelio de Creciendo en Gracia, y por la mañana aparecería “Jesucristo hombre” transformado después de muchos sufrimientos y burlas tal y como lo profetizó el apóstol Pablo.

Los adeptos llegaron a asegurar que al siguiente día de su transformación nacería un nuevo gobierno de justicia y equidad para las naciones, todo a un orden perfecto, los climas cambiarían, los límites volverían a establecerse, los animales convivirían libremente sin importar su especie. En las ciudades desaparecerían los hospitales, las cárceles iban a quedar vacías y todas las sinagogas del mundo serían destruidas.

En sus creencias, la gente comenzaría a vivir en perfecta armonía en el nuevo mundo de escogidos que habían sido predestinados para esa nueva era, los que se marcaron con el “666” o “SSS” estarían con el “rey de reyes” gobernando y todos serían convertidos en inmortales. El tiempo fue quien se encargó de burlarse de estas falsas profecías y acabar con una secta que obligó a sus seguidores a tatuarse con el 666 y muchos llegaron al grado de marcar a sus hijos, quienes han sufrido discriminación en la sociedad y en sus centros educativos por las ideas fuera de lugar de sus padres.

Algunos de los familiares de estas personas hablaron con La Tribuna y expresaron que “estamos orando por ellos, en esta colonia hay tres hombres metidos en eso y andan descontrolados, porque no pasó nada de lo que tenían previsto”. “Están peleando con sus esposas, otros se fueron de la casa y se llevaron los niños marcados, tememos que les vayan a hacer algo a las criaturas”, manifestó una señora un tanto temerosa, que prefirió omitir su nombre.

Posibles medidas legales
Por abuso de autoridad y desacato podrían ser llamados ante el Ministerio Público los cuatro representantes de la secta Creciendo en Gracia en Honduras, quienes organizan reuniones clandestinas después de que las autoridades de la Secretaría del Interior y Población declararon ilegal sus cultos religiosos, según informa El Heraldo.

El tema regresó a la palestra pública el pasado 30 de junio, cuando los miembros de la secta religiosa publicaran en las redes sociales y comentaran entre sus conocidos que la fecha sería especial por la trasformación que experimentarían sus cuerpos, dando a entender un supuesto fin del mundo.

“Consumado es” y “pronto nos veremos” fueron las frases que desataron la controversia y expectativa de algunos hondureños que con incertidumbre esperaron a lo largo del sábado los sucesos que cientos de adeptos de Creciendo en Gracia habían anunciado días atrás.

El culto religioso fue cuestionado por las autoridades de la Secretaría del Interior y Población en el 2011, cuando se anunció la llegada de José Luis de Jesús Miranda a Honduras para tatuar a sus simpatizantes con el 666; “número de la bestia” para muchos, “número de Jesús hecho hombre” para los que pertenecen a la secta.
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