La Universidad Católica de Lovaina critica al Papa tras su visita por sus «posiciones conservadoras»
Durante su viaje Bélgica, el Papa Francisco visitó este sábado por la tarde la Universidad Católica de Lovaina (en este caso la UCLouvain, la institución francófona situada en Lovaina la Nueva, pues también existe otra en la zona flamenca), por el 600 aniversario de la fundación de esta conocida institución, una de las más antiguas de Europa.
En el Aula Magna se encontró con cientos de estudiantes, los cuales le entregaron una carta en la que aludían a temas que consideraban importantes, como el medioambiente o el papel de la mujer en la sociedad. Después, en un ambiente distendido el Papa Francisco habló de estas cuestiones. Sin embargo, lo que dijo no gustó a esta universidad nominalmente católica, que ha emitido un comunicado oficial en el que arremeten contra el Pontífice por “conservador”.
En este sentido, el comunicado de la universidad asegura que si bien la Universidad Católica de Lovaina se encarga de agradecer al Papa por responder a la invitación y por expresar sus preocupaciones, "deplora sin embargo las posiciones conservadoras expresadas por él sobre el lugar de la mujer en la sociedad".
Así, Françoise Smets, rectora de la institución, indica que la universidad observa "convergencias en relación con las desigualdades medioambientales y sociales que denuncia la UCL Lovaina”, pero “también observamos una divergencia importante en cuanto al lugar de las mujeres en la sociedad ".
La crítica es directa: "La Universidad de Lovaina expresa su incomprensión y su desaprobación de la posición expresada por el Papa Francisco sobre el lugar de la mujer en la Iglesia y en la sociedad: ‘La mujer es acogida fecunda, atención, dedicación vital’". Según el comunicado, esto es un discurso determinista y reduccionista. posición con la que la universidad -asegura- sólo puede expresar su desacuerdo.
Así, el texto termina asegurando que la Universidad Católica de Lovanina se preocupa de reafirmar “su deseo de que todas y cada una de las personas florezcan en sí mismas y en la sociedad, cualquiera que sea su origen, género u orientación sexual e invita a la Iglesia a recorrer el mismo camino, sin ningún tipo de discriminación”.
¿Qué dijo el Papa?
Francisco abordó la cuestión de la mujer, como le habían pedido los estudiantes, pero remarcando la complementariedad entre hombre y mujer, y con la convicción de que no son las ideologías ni los consensos los que determinan qué es ser mujer.
A continuación, ofrecemos la parte del discurso de Francisco en el que aborda la cuestión de la mujer:
“Pensar en la ecología humana nos lleva a abordar una temática que les preocupa a ustedes y más todavía a mí y a mis predecesores: el papel de la mujer en la Iglesia. Pesan aquí agresiones e injusticias, junto con prejuicios ideológicos. Por eso es necesario recuperar el punto de partida: quién es la mujer y quién es la Iglesia. La Iglesia es el pueblo de Dios, no una empresa multinacional. La mujer, en el pueblo de Dios, es hija, hermana, madre. Como yo soy hijo, hermano, padre. Estas son relaciones que expresan nuestro ser imagen de Dios, hombre y mujer, juntos, no separadamente. Las mujeres y los hombres son personas, no individuos; están llamados desde el “principio” a amar y ser amados. Una vocación que es misión. Y de aquí viene su papel en la sociedad y en la Iglesia (cf. S. Juan Pablo II, Carta. ap. Mulieris dignitatem, 1).
»Lo que es característico de la mujer, es decir, lo que es femenino, no está establecido por el consenso ni por las ideologías. Y la dignidad está asegurada por una ley originaria, no escrita en el papel, sino en la carne. La dignidad es un bien inestimable, una cualidad originaria, que ninguna ley humana puede dar o quitar. A partir de esta dignidad, común y compartida, la cultura cristiana elabora siempre nuevamente, en los diferentes contextos, la vocación y misión del hombre y de la mujer y su ser recíproco para el otro, en la comunión. No el uno contra el otro, en reinvindicaciones opuestas, sino el uno para el otro.
»Recordemos que la mujer se encuentra en el centro del acontecimiento salvífico. Del “sí” de María, Dios en persona viene al mundo. La mujer es acogida fecunda, cuidado, entrega vital. Abramos los ojos ante tantos ejemplos cotidianos de amor: en la amistad y el trabajo, en el estudio y la responsabilidad social y eclesial, en la esponsalidad, la maternidad y la virginidad por el Reino de Dios y por el servicio.
Ustedes mismos están aquí para crecer como mujeres y como hombres. Están en camino, en formación como personas. Por eso su itinerario académico comprende distintos ámbitos: investigación, amistad, servicio social, responsabilidad civil y política, expresiones artísticas, entre otros”.