Declaraciones tras la publicación de las cartas
Fellay: la FSSPX puede romperse si hay acuerdo con la Santa Sede, pero «no nos vamos a suicidar»
«Si se nos llama para ayudar al Papa a defender la fe, ahí estaremos», afirma el superior general de la congregación fundada por Marcel Lefebvre.
En declaraciones de este viernes a la agencia Catholic News Service desde la casa generalicia en Menzingen (Suiza), el superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), Bernard Fellay, ha admitido las discrepancias en la congregación en torno a un posible acuerdo con la Santa Sede: “No puedo excluir que pueda haber una ruptura”, afirmó.
Monseñor Fellay explicó a la CNS que, en su opinión, “el movimiento del Santo Padre –porque realmente vino de él- es genuino”: “No parece que haya ninguna trampa. Por lo que tendremos que examinarlo cuidadosamente y, si es posible, ir adelante”. En cualquier caso destacó que todavía no se ha llegado a un acuerdo, y que las garantías ofrecidas por el Vaticano son aún poco específicas: “Necesitamos llegar razonablemente a la conclusión de que la estructura y las condiciones que se nos propongan se pueden llevar a la práctica. No nos vamos a suicidar, eso está claro”.
En referencia al impulso de Benedicto XVI, Fellay es muy claro: “Personalmente, habría deseado esperar algún tiempo más para ver las cosas más claras, pero es bastante claro que el Santo Padre quiere que suceda ahora”. Y destaca su aprecio a los esfuerzos del Papa por corregir las “desviaciones” progresistas de la enseñanza católica y de la Tradición desde el Vaticano II: “Con extraordinaria delicadeza, intenta realizar importantes correcciones”, señala. “El Papa dice que el Concilio debe ser puesto en continuidad con la Tradición de la Iglesia y entendido en concordancia con ella. Son afirmaciones que compartimos totalmente, absolutamente”, dijo. “Pero el problema está en la aplicación: lo que sucede en la realidad, ¿está en coherencia o armonía con la Tradición?”.
“No queremos ser agresivos ni provocativos”, concluye monseñor Fellay, quien cree que incluso tras la normalización canónica la FSSPX continuará siendo un “signo de contradicción”: “Unos nos darán la bienvenida y otros no. Pero no estamos solos para defender la fe. El Papa mismo lo hace, es su trabajo. Y si se nos llama para ayudar al Santo Padre en eso, ahí estaremos”.
Estas declaraciones han tenido lugar horas después de que se difundiera el contenido de las cartas que intercambiaron tres de los obispos de la FSSPX, contrarios al acuerdo, con Fellay y sus dos asistentes, partidarios del mismo... siempre que, como señala en esta entrevista, no implique un "suicidio" de la Fraternidad.
Monseñor Fellay explicó a la CNS que, en su opinión, “el movimiento del Santo Padre –porque realmente vino de él- es genuino”: “No parece que haya ninguna trampa. Por lo que tendremos que examinarlo cuidadosamente y, si es posible, ir adelante”. En cualquier caso destacó que todavía no se ha llegado a un acuerdo, y que las garantías ofrecidas por el Vaticano son aún poco específicas: “Necesitamos llegar razonablemente a la conclusión de que la estructura y las condiciones que se nos propongan se pueden llevar a la práctica. No nos vamos a suicidar, eso está claro”.
En referencia al impulso de Benedicto XVI, Fellay es muy claro: “Personalmente, habría deseado esperar algún tiempo más para ver las cosas más claras, pero es bastante claro que el Santo Padre quiere que suceda ahora”. Y destaca su aprecio a los esfuerzos del Papa por corregir las “desviaciones” progresistas de la enseñanza católica y de la Tradición desde el Vaticano II: “Con extraordinaria delicadeza, intenta realizar importantes correcciones”, señala. “El Papa dice que el Concilio debe ser puesto en continuidad con la Tradición de la Iglesia y entendido en concordancia con ella. Son afirmaciones que compartimos totalmente, absolutamente”, dijo. “Pero el problema está en la aplicación: lo que sucede en la realidad, ¿está en coherencia o armonía con la Tradición?”.
“No queremos ser agresivos ni provocativos”, concluye monseñor Fellay, quien cree que incluso tras la normalización canónica la FSSPX continuará siendo un “signo de contradicción”: “Unos nos darán la bienvenida y otros no. Pero no estamos solos para defender la fe. El Papa mismo lo hace, es su trabajo. Y si se nos llama para ayudar al Santo Padre en eso, ahí estaremos”.
Estas declaraciones han tenido lugar horas después de que se difundiera el contenido de las cartas que intercambiaron tres de los obispos de la FSSPX, contrarios al acuerdo, con Fellay y sus dos asistentes, partidarios del mismo... siempre que, como señala en esta entrevista, no implique un "suicidio" de la Fraternidad.
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