El desgarrador llanto y los gritos de unos ancianos, la sorpresa de la policía y su tierna respuesta
Esta vez no se trataba de un crimen, ni tampoco de un accidente... la policía romana nunca se imaginó que los desgarradores gritos y el llanto de dos ancianos tenía un motivo más profundo, mu existencial... que les estremeció el alma...
Según la información que publica el diario italiano La Repubblica y que recoge en español el portal Aleteia, avisados por los vecinos, cuatro policías italianos derribaron la puerta de un apartamento en Roma. Allí dentro, fueron testigos de una escena sorprendente, que los dejó con la boca abierta y les partió el corazón: un matrimonio de ancianos que no conseguía controlar las lágrimas y lloraba copiosamente de… ¡soledad!
Los cuatro agentes llegaron al lugar porque algunos vecinos habían denunciado gritos y llantos procedentes del domicilio. Al entrar, sin embargo, los policías se dieron cuenta de que no se estaba cometiendo allí ningún delito.
Quienes lloraban, con un llanto desgarrador, eran Jole y su esposo Michele (se pronuncia “Ióle” y “Mikéle”), ella con 84 años, él con 94, ambos víctimas de una “soledad incurable”.
Parte de los vecinos se había ido y la ciudad está más vacía a causa del verano en el hemisferio Norte. Entre estas y otras varias razones aparentemente banales, pero acumuladas en el alma a punto de explotar, el matrimonio también lloraba de desánimo y preocupación por las horribles noticias que veían continuamente en la televisión.
Al ver esta impactante situación –y por desgracia, actualmente, es bastante común–, los cuatro policías tuvieron una iniciativa casi tan sorprendente, pero en sentido positivo: uno de ellos se puso inmediatamente a cocinar, los otros tres se sentaron gentilmente al lado de los dos ancianos para darles uno de los regalos que un anciano espera de los demás seres humanos: conversar con ellos.
Según la información que publica el diario italiano La Repubblica y que recoge en español el portal Aleteia, avisados por los vecinos, cuatro policías italianos derribaron la puerta de un apartamento en Roma. Allí dentro, fueron testigos de una escena sorprendente, que los dejó con la boca abierta y les partió el corazón: un matrimonio de ancianos que no conseguía controlar las lágrimas y lloraba copiosamente de… ¡soledad!
Los cuatro agentes llegaron al lugar porque algunos vecinos habían denunciado gritos y llantos procedentes del domicilio. Al entrar, sin embargo, los policías se dieron cuenta de que no se estaba cometiendo allí ningún delito.
Quienes lloraban, con un llanto desgarrador, eran Jole y su esposo Michele (se pronuncia “Ióle” y “Mikéle”), ella con 84 años, él con 94, ambos víctimas de una “soledad incurable”.
Parte de los vecinos se había ido y la ciudad está más vacía a causa del verano en el hemisferio Norte. Entre estas y otras varias razones aparentemente banales, pero acumuladas en el alma a punto de explotar, el matrimonio también lloraba de desánimo y preocupación por las horribles noticias que veían continuamente en la televisión.
Al ver esta impactante situación –y por desgracia, actualmente, es bastante común–, los cuatro policías tuvieron una iniciativa casi tan sorprendente, pero en sentido positivo: uno de ellos se puso inmediatamente a cocinar, los otros tres se sentaron gentilmente al lado de los dos ancianos para darles uno de los regalos que un anciano espera de los demás seres humanos: conversar con ellos.
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