Lunes, 25 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

El protagonista, un periodista del Catholic Herald

Su hijo no respiraba al nacer, se encomendó a un cura iraquí mártir y entonces, ¿llegó el milagro?

Su hijo no respiraba al nacer, se encomendó a un cura iraquí mártir y entonces, ¿llegó el milagro?
El bebé siempre estará acompañado por el padre Ragheed

Javier Lozano / ReL

Lo cuenta el periodista Ed West. Pero no lo hace en su condición de director adjunto de la publicación británica The Catholic Herald sino como padre y como católico. La historia que relata trata sobre los problemas que se produjeron cuando nació su hijo y la intercesión que pidió en ese momento al padre Ragheed Ganni, un sacerdote iraquí muy carismático y querido entre su comunidad y que fue asesinado en 2007 en Mosul.
 
Dice el propio Ed West que “incluso si no fue el responsable de un milagro, siempre voy a estar agradecido al padre Ganni”. Si no fue por su hijo fue por su ejemplo de vida y también en la muerte siendo un referente para él y para toda su familia, incluso para el hijo protagonista de esta historia que llevará siempre consigo el vínculo con este sacerdote.
 
“Nuestro hijo no respiraba”
El periodista y experto en Oriente Medio relata precisamente en un artículo que acaba convirtiéndose en un homenaje sobre la historia y el legado de este sacerdote que “cuando nació nuestro hijo no respiraba” y aunque es común que los recién nacidos necesiten algo de ayuda para que comiencen a respirar “esta vez fue diferente”.
 
“Nuestro bebé no respondía a nada cuando la partera le sacó de los brazos de mi esposa. Entonces alguien en la sala pulsó el botón de emergencia y en cuestión de segundos una docena de profesionales de la medicina se apresuraron hacía él pero no respondía y entonces me pareció oír a alguien decir: ´se ha ido, un paro cardíaco´”, recuerda Ed West.
 
El padre se encomienda a un sacerdote iraquí
En su relato en The Catholic Herald continua recordando aquel tenso momento. “Fue entonces cuando todo se volvió hiperreal, en un momento de estrés intenso y de pánico. Uno no puede creer que algo tan horrible esté pasando de verdad. Fue en ese momento que me puse de rodillas junto a la cama, y por alguna razón al hombre al que recé fue al padre Ragheed Ganni”.
 
Tras rezar y pedir la intercesión de este sacerdote mártir desde el mismo hospital, poco después el personal médico les dijo a la familia West que su hijo James se había tomado dos minutos antes de gritar, “un sonido que nos trajo tan abrumador alivio y alegría que no pude contener mis lágrimas y mis -algo atípico en un inglés- abrazos para los doctores. Pueden imaginar cuántas cosas había sentido en esos dos minutos”, cuenta el directivo de la publicación católica británica.
 
Sobre este suceso cuenta el propio padre del bebé que muy posiblemente lo ocurrido no fuera un milagro sino simplemente la rápida y eficaz atención de los servicios médicos del hospital aunque para él lo importante no era ese posible hecho sobrenatural pues a pesar de ello “doy las gracias al padre Ragheed de todos modos y todavía pienso en su vida de sacrificio durante un periodo de intensa persecución a los cristianos, por ser un modelo a seguir”.
 
Su ejemplo de vida y sacrificio
Fue precisamente su entrega a Dios y su vida en un contexto tan difícil lo que había impresionado tanto a Ed West para que en el momento más crítico de su vida se acordase precisamente de este humilde cura que vivía en un pequeño rincón olvidado del mundo.
 
“Su amor sin límites”.  Cuenta el periodista católico que recordaba haber “leído esa frase y se le quedó grabada, por lo que supongo que cuando me sentí atemorizado pensé en el padre Ragheed y le recé”.
 
Sin embargo, Ed West tenía otro homenaje más para el sacerdote al que rezó y al que se encomendó en sus momentos más turbulentos. Hubiera  o no intercesión por su parte, este padre de familia estaba dispuesto a que en su familia se manifestara este amor al sacerdote caldeo.
 
El niño siempre estará acompañado por él
“Aproximadamente una semana después del nacimiento y con un niño sano cuyos gritos ya eran bastante menos bienvenidos que ese primer arrebato mágico, en el hospital me dieron un paquete de documentos y notas que debía llevar al Ayuntamiento para registrar el nacimiento”, recuerda Ed. El nombre elegido era James pero el segundo nombre seguía en el aire y “yo quería otra cosa a pesar de las protestas de mi esposa”.
 
“Sabes que tengo que hacer esto”, le dijo el padre y periodista a su mujer. Ahora el hijo del director adjunto del Catholic Herald se llama James Ragheed, “posiblemente el primer inglés en llamarse así”. “Sólo espero que no tome ninguna represalia contra mí –cuenta en broma- porque le va a servir de ejemplo y guía en el camino de la vida”, termina Ed West.
 
La conclusión a la que pretende llegar es que los ejemplos de muchos católicos, mártires que dieron su vida por Jesucristo, nos sirven en todo momento, como fue en su caso y cuando creía que perdía a su hijo recién nacido. “Su amor sin límites” fue lo que le provocó que un joven periodista de Reino Unido le encomendará para tan importante misión. No se conocían, vivían en lugares alejados pero les unía lo más importante, Jesucristo.
 
El legado vivo que dejó en Irak
Y quién es el padre Ragheed. Religión en Libertad contaba el pasado mes de septiembre el legado que este carismático sacerdote había dejado entre los católicos de rito caldeo en Irak. Auténticas personas de fe que han permanecido pese a la persecución.
 
Sus correos electrónicos en los que relataba la situación de los cristianos en Irak y las dificultades que sufrían dieron la vuelta al mundo. Sin embargo, este sacerdote nunca se achantó y pese a las amenazas no dejó de celebrar la Eucaristía, la fuente de su vida y de sus hermanos perseguidos.  “No es fácil, pero la gracia del Señor da apoyo y fuerza”, contaba.
 
En uno de sus últimos correos, recuerda Ed West, el padre Ragheed afirmaba que “cada día esperamos el ataque definitivo, pero no vamos a dejar de celebrar la Misa, vamos a hacerlo bajo tierra, donde estamos más seguros. Me alienta en esta decisión la fuerza de mis feligreses. Esto es la guerra, la guerra real, pero esperamos llevar nuestra cruz hasta el final con la ayuda de la gracia divina.
 
“Optó por lo más difícil”
Pero una semana después de ese correo salía del templo con tres subdiáconos cuando se les acercaron varios hombres armados. Éstos gritaron al sacerdote: “Te dije que cerraras la iglesia, ¿por qué no lo haces?, ¿por qué sigues aquí?”. Él simplemente respondió: “¿Cómo puedo cerrar la casa de Dios?” Tras esto los cuatro fueron asesinados. Pese al terror más de dos mil personas acudieron al funeral sin temer un atentado.
 
Recuerda ahora este padre de familia explicando el por qué se encomendó al padre Ragheed que “un hombre que eligió el camino del sacrificio siempre me ha parecido sumamente poderoso. Nadie quiere morir al yo y puedo imaginar lo mucho que debe haber querido hacer lo más fácil, dejar Mosul, y sin embargo, optó por lo más difícil”.
 
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