Sor Linda Sim emplea este arte marcial en terapias de niños con cáncer
Misionera franciscana, logró a los 68 años su sueño de adolescente: ¡campeona mundial de taekwondo!
A sus 68 años, la hermana Linda Sim, de las Franciscanas Misioneras de la Divina Maternidad, muestra una forma física envidiable, hasta el punto de que en abril de este 2022 ganó la medalla de oro en su categoría de edad en los campeonatos del mundo de taekowndo "poomsae" celebrados en Goyang (Corea del Sur). Que no es, ni mucho menos, su primer galardón, pues en 2018 fue medalla de bronce en Taipei y en años anteriores ha ido acumulando títulos, asombrando a los jueces por su maestría y capacidad de concentración.
Poco podía imaginarse ella en los años 80, cuando dirigía un hospital misionero en Zimbabwe, que conseguiría cumplir su sueño de adolescencia ya en su madurez y aun como religiosa y misionera: representar a su país, Singapur, y conseguir una medalla en un evento deportivo internacional.
Una niña busca "el mejor" ejército
De niña, a los 7 años, la pequeña Linda quería ser militar. Alguien le dijo que no le dejarían, y empezó a pensar en servir en el mejor "ejército" de todos: el ejército de Dios, la Iglesia.
Mientras llegaba el momento, en 1971 se apuntó a unos cursos de artes marciales que se impartían en la parroquia de San Vicente de Paúl de Singapur. Ahí se enamoró del taekwondo.
"Mi padre no quería que yo hiciera artes marciales, pero mi madre sí me acompañaba a todas partes. Cuando me golpeaban en la cabeza, ella cerraba los ojos y no los abría hasta finalizar el combate", recuerda la hermana Linda.
Durante 7 años se volcó en el deporte y consiguió su cinturón negro.
Con los enfermos de África
En 1978 se reforzó la llamada de Dios y entró en el noviciado de una congregación misionera, las Franciscanas de la Divina Maternidad.
Y formulados los votos, la enviaron al continente de misión por excelencia: África. Dirigió un hospital durante 3 años en Zimbabwe.
Luego fue enviada a Inglaterra, a trabajar en el fomento de vocaciones y la formación de novicias. Vivió allí 17 años y en 2004 volvió a Singapur.
En todo este tiempo, se mantuvo muy disciplinadamente en forma practicando por su cuenta el taekwondo "poomsae", una variante que consiste en efectuar movimientos técnicos contra un adversario imaginario, ideal para la práctica en solitario. Los jueces puntúan la calidad técnica y de concentración, y en Corea es muy popular.
Taekwondo para niños con cáncer
De vuelta a Singapur, siendo coordinadora en hospital Mount Alvernia, decidió aplicar el "poomsae" a las terapias de rehabilitación de los niños con cáncer, en un programa apoyado desde 2006 por la Federación de Taekwondo.
La hermana Linda y los médicos han visto los beneficios del taekwondo "poomsae" en los niños más jóvenes, ayudándoles antes y después de la quimioterapia.
"Para mí -dice Linda- es un privilegio y un honor dirigir a estos chicos y aprender de los entrenadores de la Federación que están en el Hospicio San Francisco de Asís para dar clases teóricas y prácticas". Gracias a este programa, los "chicos del Asís" ganaron en un campeonato en 2007 hasta 6 medallas de oro, 2 de plata y una de bronce.
Y la hermana logró su medalla
Fue años después, en julio de 2013, cuando Linda consiguió su medalla de plata en Corea del Sur, en un open internacional: "Pensé que ya era demasiado vieja, pero al parecer no lo soy todavía", comentó divertida.
Luego llegarían otros triunfos y también "un gran honor", como dice que fue visitar en 2018 al Papa Francisco y participar en una exhibición realizada ante él.
Y asegura a los periodistas que la entrevistan que está encantada de haber seguido su inspiración de la infancia: servir "en el ejército de Dios".
Publicado en ReL el 6 de agosto de 2013 y actualizado con los últimos logros de Sor Linda Sim.