Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Educada sin religión, algo la atraía a la iglesia

Caroline invocaba espíritus y hacía rituales de reiki y cristales... le cambió una misa de jueves

P. J. Ginés/ReL

Caroline Burt
Caroline Burt

"Hasta septiembre de 2011, yo no tenía ningún interés en la religión, en absoluto", explica la inglesa Caroline Burt en ChNetwork.org. Había estado implicadísima en la nueva era, el reiki y el espiritismo, pero Dios no le interesaba. ¿Qué le cambió y le llevó a un cristianismo alegre y gozoso?

Una misa de diario con la puerta abierta.
Un convento con una librería bien atendida y el libro adecuado.
Una señora que le invitó a rezar el Rosario.

Pero el camino hasta llegar allí fue largo y atravesó valles realmente tenebrosos.

Familia sin religión
De bebé, Caroline fue bautizada en la Iglesia de Inglaterra (anglicana), aunque su padre era ateo convencido y su madre no iba a la iglesia. "De hecho, de niña en casa se me animaba a no practicar la fe cristiana", recuerda.

Creciendo en el sureste de Inglaterra, se educó en escuelas anglicanas, donde había clases de religión y oraciones por la mañana, pero ella no prestaba ninguna atención ni lo valoraba. Cuando acabó la escuela, desapareció cualquier oración en su vida.

Alguna vez que iba a la iglesia para bodas o funerales, pensaba que la gente religiosa era rara; ¿por qué ir a la iglesia los domingos, pudiendo quedarse en la cama durmiendo tranquilamente?

7 años de espiritismo y
new age
En 2003 se mudó a la Isla de Wight, frente a la costa sur de Inglaterra. Allí acudió a una echadora de cartas de tarot, que la invitó a su grupo de "new age" (nueva era). "Esa señora era una medium practicante y dirigía un grupo psíquico". Acudió al grupo por curiosidad... y se quedó 7 años.

Una sesión de reiki "sanador"

"En ese tiempo, aprendí cómo ser yo misma una medium, canalizando espíritus a través de mi cuerpo, leyendo cartas del tarot, entrenándome para ser una sanadora con reiki, y entrenando a otros para que lo hicieran. Impartía talleres de cristales y de "ángeles", que incluían sanación y ciertos hechizos "mágicos" para atraer a nuestra vida lo que yo y otros deseábamos".

[Para un análisis católico del reiki, lea aquí las conclusiones del padre Gareth Leyshon.]

Fiestas neopaganas
"Además, celebraba los shabats, las octavas, los días de cuarto de luna que representan las estaciones del año en las que invocábamos los poderes de los dioses y diosasy realizábamos ciertos rituales. Asistí a una ceremonia del nombre (que es como un "bautizo pagano") y un enlace de manos entre dos ex-católicos."

En enero de 2011 todo eso ya no le llenaba. Pensó que no podía crecer más en esa dirección. Además, su nuevo trabajo como cuidadora en casa de una anciana durante 24 horas al día no le dejaba casi tiempo libre para esas cosas.

Una parroquia con la puerta abierta
A mediados de septiembre, teniendo algo de tiempo para sí misma, visitó su pueblo de Ryde, en Isla de Wight. "Por alguna razón, decidí dar un paseo. Mientras caminaba por la parte alta de High Street, vi una puerta abierta y mis pies me llevaron dentro. Había vivido en Ryde 14 años, y aunque suene raro, nunca me había dado cuenta de que allí hubiese una iglesia, aunque pasé ante ella cientos de veces".

"Entré en la iglesia cuando estaban celebrando la misa católica. Yo no sabía entonces que era una iglesia católica. No quería llamar la atención, así que me senté para pasar desapercibida. El cura decía algo, la gente respondía, las palabras pasaban de largo para mí, pero estando allí sentada, escuchando, algo en mi interior se movió. A lo largo de esa misa, la gente se arrodillaba, o se levantaba, o se arrodillaba otra vez, y yo con ellos, fingiendo que sabía lo que pasaba. Entonces se levantaron todos y fueron delante, y el cura repartía lo que -según supe luego- era la Sagrada Comunión. En ese momento, simplemente me quedé sentada pensando: vale, aquí estoy sentada en una iglesia un jueves por la mañana, pero, de verdad, yo no soy de ir a iglesias."

La paz del monasterio
La vida pareció seguir sin cambios, pero unos días después, estando en Ryde otra vez, Caroline acudió al cercano monasterio de monjes benedictinos de Quarr Abbey (www.quarrabbey.co.uk). Lo había visitado una vez con su madre, 8 años atrás, sin prestarle atención, y había pasado varias veces ante él yendo a cualquier otro lugar. Pero esta vez aparcó su coche, entró en el templo y se sentó allí, preguntándose porqué ella, una seguidora de la Nueva Era, sin interés en Dios, se sentía atraída.

Librería de la Abadía de Quarr, donde Caroline decidió hacerse católica

"Estando allí sentada, un sentido profundo de paz vino sobre mí, y de nuevo sentí que algo cambiaba en mi interior. Al cabo de un rato, salí, vi el cartel que señalaba la librería, me acerqué a la señora del mostrador y le espeté: ´¿Cómo me hago católica?´ Creo que esperaba que se riese de mí, pero ella parecía pensar que era una pregunta perfectamente razonable. Me llevó ante una selección de libros de la Sociedad de la Verdad Católica y tomó uno titulado "Cómo hacerse católico". Fue el primer libro religioso que compré".

Los cursos de iniciación para adultos
En la librería también le dieron el número de teléfono de la parroquia que ya había visitado. Les telefoneó y habló con la responsable de los cursos de iniciación cristiana de adultos, que empezarían dos meses después. Por cuestiones laborales, no pudo ir a la primera sesión.

A la segunda sí: vio gente muy agradable, pero se sentía muy fuera de lugar aprendiendo sobre la fe católica desde cero. La tercera sesión se la saltó, con el pensamiento "eso no es para mí", pero se sintió inquieta toda la tarde, así que decidió ser constante en las siguientes sesiones. Y se enganchó. Cada miércoles quería ir y aprender más de la fe.

El Primer Mandamiento choca con la New Age
Aprendió el Primer Mandamiento: "Yo soy el Señor, no tendrás dioses extraños ante mí". Chocaba con toda su experiencia Nueva Era, su invocación de espíritus y energías...

"Y cuando hablamos de pecados mortales y veniales, me preocupó porque supe que había pecado gravemente, pero mi tutora puntualizó que en esa época yo no había tenido un conocimiento pleno previo de que lo que hacía era un pecado contra Dios. Eso me confortó, pero he de admitir que no fue fácil".

En enero de 2012 Caroline realizó los primeros Ritos de Elección en la catedral de Portsmouth, exactamente 50 años después de haber sido bautizada de niña, muy contenta y emocionada.

La confesión casi le aleja del catolicismo
Había algo que le asustaba: su primera confesión. Se acercaba marzo, la Cuaresma, y ella se ponía muy nerviosa. Tanto, que incluso decidió ¡desertar a la Iglesia anglicana! Pidió cita a la parroquia anglicana, y allí se dirigía un viernes por la tarde, cuando se encontró por la calle con su madrina de confirmación, que casualmente había pasado por Ryde para atender unos asuntos.

- ¿Qué te parece si vamos a la parroquia y rezamos juntas el Rosario un rato? -dijo la señora.

Caroline nunca había rezado el rosario. Pensó que acabarían muy pronto, y que aún tendría tiempo de ir a su cita en la parroquia anglicana. Así que accedió, y rezó su primer rosario.

"Fue adorable. Me equivocaba, me liaba aquí y allá, pero algo me sucedió durante el rosario. Supe que Dios me había enviado a esta señora para que no abandonase la Iglesia Católica. Al acabar, dijimos una oración, y di gracias a Dios. Después, le expliqué a ella lo que había estado a punto de hacer. Nunca fui a la parroquia anglicana, y una semana después me confesé por primera vez. Resultó que no era tan malo como pensaba. Sí, estaba nerviosa, pero el sacerdote no podía haber sido más agradable".

Confirmación y vida de oración
Su confirmación tuvo lugar una semana después. Sus padres y parientes no acudieron, no querían saber nada de su decisión de hacerse católica, o cristiana de ningún tipo.

La abadía de Quarr, desde el cementerio

Pero ella hoy declara estar muy contenta. Le encanta participar en el coro. Es miembro de la Legión de María, y cada día reza el rosario y la coronilla de la Divina Misericordia. Hoy es incluso voluntaria en la librería de la Abadía de Quarr, donde por primera vez decidió hacerse católica.

"Cada día empiezo la mañana con oración y doy gracias a Dios de que vio una oveja perdida y la trajo a su rebaño", explica.

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