Su carta al Niño Jesús, expuesta en Múnich
Los regalos que pidió el pequeño Joseph Ratzinger en la Navidad de 1934
Fueron sólo tres cosas que ya auguraban un futuro sacerdotal. Figuran en un papel que escribió con sus hermanos María y Georg.
Hasta el 6 de enero se expone en Múnich la carta que el pequeño Joseph Ratzinger, de siete años, escribió al Niño Jesús en 1934 pidiéndole sus regalos de Navidad. El documento fue hallado hace años en su casa de Pentling (en el municipio alemán de Ratisbona) durante unas obras de restauración. Es un único papel -era caro y había que ahorrar, pues sus padres no disponían de grandes medios económicos- en el que figuran las peticiones de sus hermanos Georg (tres años mayor que él y aún vivo) y María (la primogénita, fallecida en 1991).
"Querido Niño Jesús", empieza el futuro Papa: "Dentro de poco descenderás sobre la tierra. Querría que me trajeras un misal, una casulla verde y un Corazón de Jesús. Seré siempre un niño bueno. Saludos. Joseph Ratzinger".
En la Baviera natal de los Ratzinger es el mismo Niño quien trae los regalos de Navidad, según una tradición vigente también en muchos otros países europeos.
Georg, de 10 años, pedía para sí una partitura de música y una casulla blanca, aunando ya entonces las dos grandes vocaciones que han dado sentido a su vida como sacerdote y director del coro de la catedral de Ratisbona. En cuanto a María, de 13 años, pedía un libro de dibujos.
Las petición por Georg y Joseph de unas casullas no es una excentricidad. El "jugar a misas" era relativamente frecuente entre los niños de aquella época y no sólo en Baviera, también en España. En su libro-entrevista con Michael Hesemann Mi hermano, el Papa, Georg recuerda que algunas de esas casullas se las bordaba su misma madre o por una costurera.
"Querido Niño Jesús", empieza el futuro Papa: "Dentro de poco descenderás sobre la tierra. Querría que me trajeras un misal, una casulla verde y un Corazón de Jesús. Seré siempre un niño bueno. Saludos. Joseph Ratzinger".
En la Baviera natal de los Ratzinger es el mismo Niño quien trae los regalos de Navidad, según una tradición vigente también en muchos otros países europeos.
Georg, de 10 años, pedía para sí una partitura de música y una casulla blanca, aunando ya entonces las dos grandes vocaciones que han dado sentido a su vida como sacerdote y director del coro de la catedral de Ratisbona. En cuanto a María, de 13 años, pedía un libro de dibujos.
Las petición por Georg y Joseph de unas casullas no es una excentricidad. El "jugar a misas" era relativamente frecuente entre los niños de aquella época y no sólo en Baviera, también en España. En su libro-entrevista con Michael Hesemann Mi hermano, el Papa, Georg recuerda que algunas de esas casullas se las bordaba su misma madre o por una costurera.
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