Lilian Kirsten
Una matemática atea y proaborto siente a los 47 años a Dios en un oratorio y cambia al Che por Jesús
"Me dí cuenta de que Dios existía. Tener que enfrentar ese cambio a esa edad no fue fácil", cuenta la profesora chilena en un vídeo.
"A los 47 años me dí cuenta de que Dios existía. Tener que enfrentar ese cambio a esa edad no fue fácil". Así describe su experiencia Lilian Kirsten, una profesora de Matemáticas chilena que se convirtió a la fe católica al descubrir que era hija de Dios y que le llevó a cambiar la rebeldía de su ídolo el Che Guevara por la de San Josemaría, el Fundador del Opus Dei.
Al relatar su conversión, la matemática describe cómo toda su vida estuvo marcada por el ateísmo militante: sus convicciones eran ateas, su esposo era ateo, todos sus amigos eran ateos. "Todo lo espiritual, no existía", confiesa. Sin embargo, en el interior de un oratorio al que había acudido al experimentar lo que ella llama un "vacío existencial", irrumpió en ella la conciencia de la presencia del Señor que le transformó la vida y la llenó de felicidad.
Comencé a estudiar en la décad de los 70, una época bastante agitada políticamente. Salíamos con piedras y marchas y mucho asambleísmo", rememora ahora en la ciudad de Concepción. "El Che Guevara era para nosotros un modelo: era un rebelde que se rebelaba contra la injusticia del mundo".
"Cuando pienso en esa época, la persona humana no tenía ningún valor. Cuando se hablaba de aborto, esa persona para mí no tenía ningún valor. Además, más chiquitita, menos valor", revela en cuando recuerda sus años estudiantiles. "Uno es muy egosísta, muy centrada en una misma", reflexiona hoy Lilian.
El dogma marxista de la lucha y conflicto no era sólo algo que escuchaba y sostenía ella en las aulas sino también algo que vivía en la intimidad de su hogar, con su esposo y sus hijos, situación que llevó a su familia a vivir una permanente situación de inseguridad, angustia y desencuentros.
"Había un desencanto. Hacía muchas cosas pero no les encontraba sentido. Yo podía vivir regiamente por fuera, pero interiormente tenía una rabia y un vacío interiores inmensos. Estaba viviendo muy mal. Allí es cuando aterrizas y si no tienes fe, te viene como un "vacío existencial".
Un primer encuentro-desencuentro con San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, cuya imagen veía en las estampitas que tenían sus alumnas durante los exámenes ("¿Quién es este señor, que lo tienen como algo tan importante?", se preguntaba) condujo a Lilian, finalmente, a un oratorio. Allí, de rodillas, y por primera vez,...