Volvió a ir a misa en el Jubileo de 2000
Matthew Herrera, el apóstol del incienso y las campanillas desde que redescubrió la fe
No le importa insistir una y otra vez a los párrocos, y ha publicado dos estudios de descarga libre para animar a todos a usarlos de nuevo.
En la diócesis californiana de Monterrey, en la Vieja Misión de San Luis Obispo, Matthew Herrera ha reencontrado las viejas sensaciones de cuando era niño. Allí fue bautizado, y cuando nació y creció esas sensaciones las producían otros.
Hoy es él el encargado de darles vida, ayudando al sacerdote como acólito con una campanilla en la mano, haciendo sonar las campanas para llamar a misa, y abogando por la utilización del incienso en la liturgia. Es un decidido abanderado de rodear el culto de sensaciones que concentran la mente en Dios y elevan el alma a Él.
Campanillas en la Consagración...
"Realmente nunca me tomé en serio mi fe hasta el Año Jubilar de 2000, cuando tenía 38 años", explica Matthew a California Catholic Daily: "Cuando empecé a ir a misa otra vez, me sorprendió que no se tocase la campanilla en la Consagración".
Herrera pidió al párroco que reintrodujese ese toque familiar para saludar la Presencia Real, pero el sacerdote hizo todo lo contrario, y las guardó en el museo parroquial.
Con el paso de los años, Matthew ha logrado, a base de mucho insistir, que su uso sea al menos opcional según voluntad del oficiante, tras conseguir que el anterior vicario, de origen hispano, ordenase al monaguillo saludar con su tintineo la presencia de Cristo sacramentado en el altar.
"Fue una victoria muy trabajada", dice Herrera: "La mayor parte de los fieles es absolutamente partidaria de las campanillas, pero un pequeño aunque influyente grupo sigue detestando su uso".
...e incienso abundante
Lo mismo pasa con el incienso, cuyo uso abundante y habitual aboga por llevar a la misa dominical. Los contrarios alegan razones de salud, pero en la cercana iglesia bizantina "se usan cantidades copiosas de incienso todos los domingos sin ningún problema".
Este pequeño héroe local de las viejas tradiciones del culto católico está empezando a dar dimensión nacional a su batalla, e incluso internacional... para todo aquel que lea el inglés. "Animo a todos mis conocidos a pedir a sus párrocos que utilicen el incienso y las campanillas", dice. Y ha escrito dos libritos, Las campanillas. Historia y uso en la Iglesia católica y El incienso: su uso en la Iglesia católica, que ha colgado en formato PDF en su propia página web, en descarga libre.
"Son muchos los que desean en la misa la fragancia del incienso y el alegre sonido de las campanillas. Por desgracia, hay quien erróneamente cree que su utilización en la liturgia ya no tiene valor o que está prohibida por la Iglesia". Para él, sin embargo, y así lo demuestra en sus libros, "son poderosas ayudas a la devoción".
Y hace una velada sugerencia a quienes descarguen y/o impriman sus dos textos: "Tal vez también a su obispo le interese un ejemplar"...
Pinche aquí para descargarse en PDF ambos libros en inglés.
Hoy es él el encargado de darles vida, ayudando al sacerdote como acólito con una campanilla en la mano, haciendo sonar las campanas para llamar a misa, y abogando por la utilización del incienso en la liturgia. Es un decidido abanderado de rodear el culto de sensaciones que concentran la mente en Dios y elevan el alma a Él.
Campanillas en la Consagración...
"Realmente nunca me tomé en serio mi fe hasta el Año Jubilar de 2000, cuando tenía 38 años", explica Matthew a California Catholic Daily: "Cuando empecé a ir a misa otra vez, me sorprendió que no se tocase la campanilla en la Consagración".
Herrera pidió al párroco que reintrodujese ese toque familiar para saludar la Presencia Real, pero el sacerdote hizo todo lo contrario, y las guardó en el museo parroquial.
Con el paso de los años, Matthew ha logrado, a base de mucho insistir, que su uso sea al menos opcional según voluntad del oficiante, tras conseguir que el anterior vicario, de origen hispano, ordenase al monaguillo saludar con su tintineo la presencia de Cristo sacramentado en el altar.
"Fue una victoria muy trabajada", dice Herrera: "La mayor parte de los fieles es absolutamente partidaria de las campanillas, pero un pequeño aunque influyente grupo sigue detestando su uso".
...e incienso abundante
Lo mismo pasa con el incienso, cuyo uso abundante y habitual aboga por llevar a la misa dominical. Los contrarios alegan razones de salud, pero en la cercana iglesia bizantina "se usan cantidades copiosas de incienso todos los domingos sin ningún problema".
Este pequeño héroe local de las viejas tradiciones del culto católico está empezando a dar dimensión nacional a su batalla, e incluso internacional... para todo aquel que lea el inglés. "Animo a todos mis conocidos a pedir a sus párrocos que utilicen el incienso y las campanillas", dice. Y ha escrito dos libritos, Las campanillas. Historia y uso en la Iglesia católica y El incienso: su uso en la Iglesia católica, que ha colgado en formato PDF en su propia página web, en descarga libre.
"Son muchos los que desean en la misa la fragancia del incienso y el alegre sonido de las campanillas. Por desgracia, hay quien erróneamente cree que su utilización en la liturgia ya no tiene valor o que está prohibida por la Iglesia". Para él, sin embargo, y así lo demuestra en sus libros, "son poderosas ayudas a la devoción".
Y hace una velada sugerencia a quienes descarguen y/o impriman sus dos textos: "Tal vez también a su obispo le interese un ejemplar"...
Pinche aquí para descargarse en PDF ambos libros en inglés.
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