Sor María Carmen Crespo Roig
A sólo cinco años de su muerte, Valencia inicia el proceso de beatificación de una monja carmelita
Se trata de uno de los procesos más rápidos que se han promovido en la archidiócesis. La monja falleció a los 93 años de edad, tras 65 de profesión religiosa.
El Arzobispado de Valencia va a iniciar el proceso de beatificación de una religiosa carmelita, que fue monja del monasterio de La Purísima Sangre de la localidad valenciana de Ontinyent, en donde falleció el 4 de febrero de 2006 a los 93 años de edad, tras 65 de profesión religiosa.
La apertura del proceso de María Carmen Crespo Roig, natural de la localidad alicantina de Beniarrés y carmelita de la Antigua Observancia, cuya comunidad ha promovido la causa, tendrá lugar “en breve”, según las mismas fuentes, y será presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro.
María Carmen Crespo Roig
La religiosa María Carmen Crespo Roig, o Teresa Encarnación, su nombre de bautismo, nació en Beniarrés (Alicante) el 25 de marzo de 1912. “Desde muy niña vivió muy integrada en su parroquia, trabajando incansablemente en sus actividades y movimientos”, han añadido.
No obstante, fue durante la persecución religiosa de 1936 “donde su labor se desborda exponiendo su vida por sacerdotes y religiosas que necesitaban su ayuda”. En 1941, “logra su ingreso en el convento de las religiosas carmelitas de Ontinyent, “en donde vivió por la Iglesia y la salvación de las almas” hasta su muerte el 4 de febrero de 2006.
“Día tras día, Mari Carmen Crespo durante sus 93 años de vida y 65 de profesión religiosa, supo ofrecerle a Dios las alegrías y los sufrimientos con buen ánimo”. Y, como carmelita, “fue ejemplo para sus hermanas de religión y para las personas con quien ella trataba y se relacionaba”, según las mismas fuentes.
“Murió con fama de santidad”
En el acto de apertura será constituido un Tribunal para que “verifique si la Sierva de Dios ejercitó las virtudes cristianas en modo heroico”, ya que murió “con fama de santidad”, según han fuentes de la Comisión diocesana para las Causas de los Santos del Arzobispado.
Se trata, además, “de uno de los procesos más rápidos que se han promovido en la diócesis de Valencia, al haber transcurrido sólo cinco años desde el fallecimiento, gracias sobre todo al impulso que ha promovido la parte actora de este proceso, su propia comunidad religiosa”, han añadido.
La fama de santidad de la carmelita “ha ido creciendo rápidamente pasando, no ya los muros del convento, sino más allá de las fronteras nacionales, donde está siendo muy invocada su intercesión”, han añadido.
Una vez concluida la fase diocesana del proceso, “todas las pruebas recogidas se enviarán a la Congregación para las Causas de los santos en Roma, y allí seguirán siendo estudiadas”, según las mismas fuentes.