Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Libro-entrevista a los 10 años de pontificado: aborto, capitalismo, peronismo...

«Sí, hago política, pero no de partidos; todos deben hacerla», dice el Papa Francisco en «El Pastor»

El Papa Francisco, en butaca, gesticula
El Papa Francisco ha concedido muchas entrevistas, en El Pastor habla tras diez años como Pontífice

P.J.G.

Al cumplirse los 10 años de Pontificado de Francisco, se publica en Argentina un libro-entrevista con el Pontífice titulado El pastor. Él responde a las preguntas de dos periodistas argentinos (Francesca Ambrogetti, ex-directora de agencia ANSA en Argentina, y Sergio Rubin, del diario El Clarín) desde la perspectiva de haber pasado ya una década en ese servicio único que es el Trono de San Pedro. Ellos ya le entrevistaron en 2010, siendo arzobispo de Buenos Aires, en el libro El jesuita.

El nuevo libro consta de 19 capítulos y 346 páginas, e incluye un prólogo escrito por el mismo Francisco alabando la perseverancia de los periodistas.

El Papa hace política, pero no de partidos

Uno de los temas del libro es la relación del Papa con lo político.

"Sí, hago política, porque todos deben hacer política", admite el Pontífice. Luego añade: "¿Y qué es la política? Una forma de vida para la polis, para la ciudad. Lo que yo no hago, ni debe hacer la Iglesia, es política de partidos. Pero el Evangelio tiene una dimensión política, que es transformar la mentalidad social, incluso religiosa, de las personas". Busca, dice, orientar la mentalidad hacia el bien común.

Concreta además que "nunca estuve afiliado al partido peronista, ni siquiera fui militante o simpatizante del peronismo. Afirmar eso es una mentira. Tampoco estuve afiliado a Guardia de Hierro [fue un partido peronista, de izquierda, activo de 1962 a 1974; nota de ReL]. Pero en la hipótesis de tener una concepción peronista de la política, ¿qué tendría de malo?"

"No condeno el capitalismo"

También niega ser anti-capitalista. "No condeno el capitalismo como me adjudican algunos. Tampoco estoy en contra del mercado, sino a favor de lo que Juan Pablo II definía como ‘economía social de mercado’. Esto implica la presencia de una ‘pata’ reguladora, que es el Estado, que debe mediar entre las partes. Es un mesa de tres patas: Estado, capital y trabajo".

Y añade: "En lo que todos podemos estar de acuerdo es en que la concentración de la riqueza y la desigualdad han aumentado. Y que hay mucha gente pasando hambre".

El Pastor - libro-entrevista del Papa Francisco tras 10 años de pontificado con 2 periodistas argentinos

El Pastor - libro-entrevista del Papa Francisco tras 10 años de pontificado con 2 veteranos periodistas argentinos, Francesca Ambrogetti y Sergio Rubin, que ya le entrevistaron en profundidad cuando era arzobispo en Buenos Aires.

Afirma además: "En ninguna parte de la Biblia figura un mandamiento de producir pobreza. Sí es bienaventurado el pobre de espíritu, el que no está apegado a la riqueza. Pero de ninguna manera está mal producir riqueza para el bien de todos. Diría más: producir es un acto de justicia".

Respecto al manejo del dinero en entidades eclesiales, advierte: "El dinero es una tentación fuerte. El diablo entra por el bolsillo, la corrupción empieza por el dinero y con el dinero se compran conciencias. Y en la Iglesia esto lamentablemente pasó. Para decirlo de un modo llano, en el IOR (el banco vaticano) tuve que ‘cortar cabezas’".

El trabajador que no trabaja y el sindicato que enferma

Comenta además -en la línea habitual de la Doctrina Social de la Iglesia- que "la ayuda económica del Estado al desempleado debe ser pasajera para no afectar la cultura del trabajo. Además, tengamos en cuenta que el trabajo hace a la dignidad de las personas y una cosa es vivir de la caridad y otra es ganárselo con el propio esfuerzo". Es un tema que ha tratado con cierta frecuencia en sus alocuciones públicas.

Añade que "los atropellos a la dignidad del trabajador y sus derechos no solo provienen de ciertos patrones, sino también de aquellos sindicatos que se enferman porque sus dirigentes van lentamente elevando su nivel de vida y olvidándose de sus representados".

"Es importante la defensa de la vida"

Hablando sobre aborto y eutanasia, el Papa especifica: "Es importante la defensa de la vida en todos sus momentos, no solo desde la concepción, sino hasta la muerte natural. Además, no basta con oponerse al aborto y desinteresarte de una mujer con un embarazo no deseado. Por otra parte, debemos acompañar a quien abortó porque ciertamente es una decisión traumática con consecuencias anímicas".

Sobre las personas con sentimientos homosexuales que "sufrieron el ‘rechazo de la Iglesia’", dice, "les haría saber que no es el ‘rechazo de la Iglesia’, sino de ‘personas de la Iglesia’; la Iglesia es madre y convoca a todos sus hijos". Considera que los padres que apartan a un hijo por tener esos sentimientos cometen "una falta de paternidad y maternidad".

La lucha contra los abusos sexuales

Francisco señala que "el abuso sexual no solo es un delito, sino un delito grave cuyo daño es irreparable y obviamente demanda una severa condena". Está convencido de que la Iglesia ya empezó a tomar medidas eficaces contra los abusos antes de su elección como Papa. "El informe que la Justicia de Pensilvania difundió en 2018 detectó poquísimos casos desde 2002", pone como ejemplo.

Aún quiere ir a Argentina

Comenta además que él quiere hacer algún viaje a Argentina, donde no ha estado desde que fue elegido Pontífice. "El propósito de viajar a la Argentina sigue vigente. Es injusto decir que no quiero ir", afirma. También se declara dispuesto a ir a China: "¡Mañana mismo, si fuera posible!".

Recuerda que él duerme muy poco, que no tiene celular (teléfono móvil) y que se acuerda de telefonear para felicitar el cumpleaños a mucha gente porque "los tengo anotados". Además, "los de mi familia los recuerdo todos. Es cierto que tengo buena memoria, aunque a veces es selectiva".

"Cuando puedo llamo a los que me escriben, en especial a los que necesitan consuelo o a las personas mayores que están solas. Lo hice siempre", comenta.

Tras 10 años gobernando esa Barca de San Pedro que es la Iglesia, le piden una "palabra clave" de su pontificado. "Cercanía", responde. "¿No misericordia?", le preguntan. "La cercanía lleva a la misericordia", explica.

Pide a la Iglesia vivir esta cercanía, como una madre. "La madre da afecto, toca, besa, ama. Cuando la Iglesia no está cerca de sus hijos porque está ocupada con mil cosas o se comunica con ellos a través de documentos, es como si una madre se comunicara con sus hijos por carta", compara.

"Me siento joven"

El Papa, que tiene 86 años y problemas en la rodilla, afirma que no se siente viejo. "Me siento joven. No sabría decir de cuántos años, pero me siento joven", asegura. "Soy un hombre feliz. Lo fui en mi infancia y a lo largo de mi vida sacerdotal. Lo sigo siendo", añade. ¿La causa? "Soy feliz porque seguí mi vocación y puedo desarrollarla".

Respecto a la hipotética posibilidad de que por enfermedad tuviese que renunciar al gobierno de la Iglesia, afirma que, igual que un obispo suele vivir sus últimos años en su última diócesis, "como soy obispo de Roma me iría a la casa de sacerdotes ancianos de la ciudad".

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