¿Descontrol o estrategia?
No sé si se trata de una táctica buscada o simplemente que la situación se les fue de las manos a la pequeña editorial vaticana. Sea lo que fuere, es evidente que la expectación que está levantando el libro es enorme
por Diego Contreras
La estrategia de la "Librería Editrice Vaticana" en el lanzamiento del libro-entrevista del Papa ha dejado perplejos a más de uno (por ejemplo, al arzobispo Chaput). Las anticipaciones sobre el contenido del libro, publicadas por L’Osservatore Romano y relanzadas por la prensa general (en este caso, centradas en la cuestión del preservativo), se han “comido” -informativamente hablando- al consistorio y han provocado una notable confusión.
No sé si se trata de una táctica buscada o simplemente que la situación se les fue de las manos a la pequeña editorial vaticana. Sea lo que fuere, es evidente que la expectación que está levantando el libro es enorme. La primera edición italiana ya está agotada antes de salir (lo que permitirá, sin duda, preparar una segunda edición corregida, pues se han detectado algunos errores de traducción).
Personalmente, tengo mis dudas sobre si “todo vale” con el fin de despertar el interés. No hay que olvidar, en este caso, que mucha gente que solo lee titulares de prensa puede entender que la Iglesia vuelve a llegar tarde, que ahora el Papa aprueba el preservativo y mañana aprobará otras cosas que hoy condena…
Temo, de todas formas, que esta confusión tal vez se hubiera producido también después de la publicación del libro. De hecho, como explica Austin Ivereigh, el problema es que resulta muy difícil abordar ese punto públicamente sin ser malentendidos y dar la impresión de que ahora la Iglesia apoya el preservativo. Pienso que es muy positivo que el Papa haya usado este medio informal para aclarar este punto. Vale la pena releer las palabras textuales del Papa (en una traducción de Zenit):
"Concentrarse sólo en el preservativo quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa precisamente el motivo por el que muchas personas ya no ven en la sexualidad la expresión de su amor, sino sólo una especie de droga, que se suministran por su cuenta. Por este motivo, también la lucha contra la banalización de la sexualidad forma parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad.
"Puede haber casos justificados singulares, por ejemplo, cuando una prostituta [ndr. el original alemán presenta el término masculino] utiliza un preservativo, y éste puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia sobre el hecho de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el verdadero modo para vencer la infección del VIH. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad".
No sé si se trata de una táctica buscada o simplemente que la situación se les fue de las manos a la pequeña editorial vaticana. Sea lo que fuere, es evidente que la expectación que está levantando el libro es enorme. La primera edición italiana ya está agotada antes de salir (lo que permitirá, sin duda, preparar una segunda edición corregida, pues se han detectado algunos errores de traducción).
Personalmente, tengo mis dudas sobre si “todo vale” con el fin de despertar el interés. No hay que olvidar, en este caso, que mucha gente que solo lee titulares de prensa puede entender que la Iglesia vuelve a llegar tarde, que ahora el Papa aprueba el preservativo y mañana aprobará otras cosas que hoy condena…
Temo, de todas formas, que esta confusión tal vez se hubiera producido también después de la publicación del libro. De hecho, como explica Austin Ivereigh, el problema es que resulta muy difícil abordar ese punto públicamente sin ser malentendidos y dar la impresión de que ahora la Iglesia apoya el preservativo. Pienso que es muy positivo que el Papa haya usado este medio informal para aclarar este punto. Vale la pena releer las palabras textuales del Papa (en una traducción de Zenit):
"Concentrarse sólo en el preservativo quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa precisamente el motivo por el que muchas personas ya no ven en la sexualidad la expresión de su amor, sino sólo una especie de droga, que se suministran por su cuenta. Por este motivo, también la lucha contra la banalización de la sexualidad forma parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad.
"Puede haber casos justificados singulares, por ejemplo, cuando una prostituta [ndr. el original alemán presenta el término masculino] utiliza un preservativo, y éste puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia sobre el hecho de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el verdadero modo para vencer la infección del VIH. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad".
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