Del 12 al 14 de noviembre en San Pablo CEU; Rafael Sánchez Saus explica por qué será incómodo
Congreso Católicos y Vida Pública sobre lo políticamente incorrecto: «¡Espero que no nos multen!»
Del 12 al 14 de noviembre se celebrará en Madrid, en la Universidad San Pablo CEU, el 23r Congreso Católicos y Vida Pública (CyVP), organizado por la Asociación Católica de Propagandistas, centrado en denunciar "la corrección política", es decir, el consenso forzado que intenta impedir el debate sobre las ideologías dominantes y sus daños.
ReL pregunta sobre el congreso y esta corrección política al historiador Rafael Sánchez Saus, director del encuentro.
- ¿Qué es lo más políticamente incorrecto que veremos en el Congreso CyVP?
- Ya es bastante escandaloso que se celebre. Consiste en abordar en un entorno católico el conflicto que esta ideología genera contra las libertades. En España esto nadie lo ha abordado a este nivel: o se calla al respecto, o hay consenso en defender lo políticamente correcto. Mostraremos los peligros de esta megaideología.
- ¿Cualquiera puede ir en persona al Congreso CyVP y hacer preguntas políticamente incorrectas?
- Sí, pero, como en cualquier congreso, antes hay que inscribirse. Se puede participar online o presencialmente. Y puede venir todo tipo de personas y hacer todo tipo de preguntas. Eso sí, en las sesiones plenarias, en streaming, no habrá intervenciones del público. Es en los talleres y sesiones de trabajo donde hay mucho espacio para que se expresen los congresistas. Más aún, lo que se dice queda anotado y nutre el manifiesto final y las actas que se publicarán, así que los congresistas tienen bastante protagonismo.
- Si no multan a este Congreso, parecerá que se ha quedado un poco corto...
- Ja ja ja. ¡Espero que no nos multen! En todo caso, nadie nos impedirá decir lo que queremos decir, hablaremos sin miedo. También lo haremos, como siempre en nuestros congresos, de forma correcta, nunca insultante y con profundidad.
- Tradicionalmente se acusaba al cristianismo de ser muy simplista y binario, por creer en lo bueno y lo malo. Pero la cultura woke parece muy dada a clasificar cualquier cosa como un bien o mal absoluto...
- El extremismo de la cultura woke, su gusto por la cancelación, se debe a su necesidad de silenciar a la oposición. Tienen que impedir el debate, porque en cuanto hay debate queda clara la debilidad de sus bases antropológicas y científicas. Toda ella se basa en despropósitos irracionales. No pueden permitir el debate porque saben que lo tienen perdido de antemano. Evitan el debate y se ocultan tras el consenso mediático.
- Recuerdo un programa de debate antiguo, en televisión, La Clave, de Balbín, con 6 contertulios normalmente. Pero me parece que ya no hay debates así, matizados...
- En España el debate político está empobrecido y tampoco hay debate de ideas. ¡Nadie tiene interés en que haya debate! La corrección política busca presentarse como un consenso total, aunque sea alrededor de un conjunto de disparates. Nadie ha debatido las ideas de la "Agenda 2030", por ejemplo. Detrás vemos el deseo de poder, de conducir y manejar a la sociedad usando ingeniería social. A eso dedican la política.
Javier Pérez Castells presenta el taller sobre "corrección política en la ciencia"
- Usted es historiador. ¿Cómo afecta la corrección política al estudio o divulgación de la historia?
- Vemos que hoy hay un revisionismo de la historia de Occidente... y sólo de Occidente. ¡Nadie busca revisar otras culturas ni civilizaciones! A la civilización occidental se le aplican juicios de una dureza brutal, parece que no haya hecho nada bueno. Se debilita la dignidad de los pueblos occidentales, y se busca hacerles sentir inseguros en su propia identidad. Esta revisión nace de historiadores ideologizados, no de una crítica sana con los instrumentos propios de la historia. Y los medios se encargan de hacerlo llegar a las masas. Hay historiadores que no están de acuerdo con esto, pero tratan de pasar desapercibidos y trabajar en campos que no sean polémicos.
- Imaginemos que nos financian una película sobre Colón y el descubrimiento de América, pero nos obligan a hacerla inclusiva y políticamente correcta. ¿Qué deberíamos hacer con Colón, la Reina Isabel, la tripulación...?
- Sería como aquella réplica de la flotilla en la Expo 92, que se hundió: naufragaría sin salir del puerto de Palos. Isabel la Católica, aunque sea mujer, por ser reina y católica no la soportan, así que no se salvaría.
- Pero la tripulación son proletarios...
- Quizá, pero los proletarios ya no son de fiar para los woke, porque ahora resulta que a veces votan equivocado... Distorsionar la historia, en cualquier caso, creo que tendrá un recorrido breve, pero mientras tanto hacen daño.
- Los que ceden a la corrección política, ¿son cobardes? ¿O no saben lo que hacen?
- Hemos de admitir que muchos son promotores directos y convencidos de esta ideología. ¡Y pueden ser incluso buenos profesionales en lo suyo! Luego están los oportunistas, o los que compran seguridad y con su docilidad hacen carrera.
Javier Segura invita a los "jóvenes políticamente incorrectos" a su taller
-Solzhenitsyn decía que, como mínimo, hay que oponerse a mentir, a decir lo que no es. Pero si yo dijera "la diputada" socialista Carla Antonelli en realidad es un hombre me meto en líos...
- Lo que decía Solzhenitsyn sigue siendo válido. Pero hay que ver cada momento, decir la verdad sin quemarte en un caso menor. Vale la pena ir a prisión por un tema cierta entidad, pero no enfangarse en detalles de tono. Lo que no se puede hacer es mentir con la vida.
»A los cristianos, en nombre de la caridad y la misericordia, nos intentan colar cosas que son contrarias a la fe y la razón. Frente a eso, nuestro testimonio de vida y fe, al chocar con la visión del incrédulo, sigue siendo lo más elocuente. Más que declaraciones altisonantes o pisar callos, creo que en la vida tenemos que ser auténticos. Por ejemplo, sólo por no usar el lenguaje inclusivo, ya das ejemplo y hasta escandalizas.
- ¿A los alumnos del CEU que les pasa si escriben en "femenino genérico" en exámenes y trabajos?
- Actualmente no doy clases, pero supongo que los profesores les corregirán. En español, es incorrecto.
- A los que hablan así, en 'inclusivo' o 'femenino'... ¿les sale de dentro o siguen instrucciones de un partido?
- Probablemente es gente que lo hace en su ambiente cerrado e ideologizado, pero no creo que lo use en su casa, con su madre o su familia. Creo que hay mucho postureo, como decimos en el sur. Eso del "femenino genérico" no ha calado en la sociedad.
» Me parece más preocupante cuando el cura en misa se siente obligado a decir setenta veces "hermanos y hermanas". Es fatigoso e innecesario.
-El nuevo currículum de la asignatura de Religión en España, obra de la Conferencia Episcopal, ¿es corrección política?
- Supongo que en el Congreso lo comentarán en el grupo de trabajo de Educación, pero como es algo muy reciente no llegó a figurar en el programa oficial.
- El Libro de Estilo de El País de 2021 prohíbe la expresión "crimen pasional", como si eso no existiera.
- Si ellos lo dicen... Pero es un hecho que las pasiones desbocadas pueden llevar al crimen. Exigen hablar de "crimen machista", pero la gente, al escucharlo, lo que piensa es que un hombre mató a una mujer por un motivo pasional.
- El Libro de Estilo de El País de 2021 también pide evitar la palabra “hombre” como sinónimo del género humano, de la humanidad...
- Yo escribo en la prensa cada semana mis columnas y artículos sobre historia, y nunca me dejaré llevar por esas cosas. Pero supongo que un redactor de El País, por miedo a perder el empleo, tendrá que obedecer lo que le digan.
- Pero no sólo pasa en El País. Entregan instrucciones "para un lenguaje no sexista" en multitud de administraciones, ayuntamientos...
- Sí. Hace pocos años nos reíamos del lenguaje inclusivo pero ahora está en la Administración. ¿Cómo llegó? Por imposición de unos políticos. Hay cosas que van a requerir soluciones desde la política.
Fernando Nistal invita al taller que explora cómo la corrección política recorta libertades e impone ideologías
- Rod Dreher, en su último libro, habló con una emigrada de la URSS que le dijo: "nunca sabías qué cosa completamente normal que haces o dices hoy van a usar en tu contra para destruirte"...
- Eso lo vemos hoy en las redes sociales, en Twitter... y es casi automático, no se necesita un Politburó que te señale y dé directrices. Pueden sacar cualquier cosa de tu pasado, una frase, una broma, y tratar de "cancelarte". Hoy todos dejamos mucho rastro en vídeos, fotos y textos, es más difícil pasar anónimamente. Lo curioso es que hay personas que les parece muy bien... hasta que van a por ellos.
- ¿Cómo afrontar esa especie de linchamientos en redes?
- Los católicos tenemos que aprender a no prestar atención a los ataques que suelten personas que no nos importan. Yo casi no estoy en redes sociales. Escribo mis artículos en prensa y hay gente que los criticará mucho, pero me afecta poco o nada. Un cristiano ha de aprender a ganar libertad sabiendo que hay gente que no le va a gustar lo que digas.
- El humor puede ser un termómetro. José Mota hizo un sketch divertido sobre un belén progre de la alcaldesa Ada Colau. Pero ¿conocemos chistes en TV sobre las leyes trans?
- Efectivamente, el humor es un indicador. Han conseguido lo impensable, ¡que en España la gente no se atreva a contar chistes! El chiste casi ha desaparecido sustituido por el meme, una cosa que enseñas en tu móvil, que no te compromete, que lo hace otro... Y los memes suelen ser asombrosamente dóciles a la corrección política. Que desaparezcan los chistes ya es un indicador preocupante.
- ¿Habrá chistes en el Católicos y Vida Pública?
- No vamos a prohibir los chistes en nuestro Congreso.
Del 12 al 14 de noviembre se celebra en Madrid, en la Universidad San Pablo CEU, el 23r Congreso Católicos y Vida Pública