EXPOSICIÓN BLASFEMA EN LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
«La virgen conoce a san José, que es un camello; tiene un hijo que se hace gay...»
La Universidad de Granada patrocina una exposición titulada «Circus Christi» en la que el fotógrafo Fernando Bayona recrea una versión blasfema y sexualizada del Nuevo Testamento en el que la Virgen es prostituta, san José un camello, Cristo un jóven que se inicia en el sexo con María Magdalena, «pero no le gusta y se hace gay».
La Universidad de Granada ha subvencionado una exposición blasfema en la que el fotógrafo Fernando Bayona realiza una reinterpretación del Nuevo Testamento en la que «he querido dar más protagonismo a la mujer, destacarla en un primer plano, como figura central, frente a su papel secundario en el Nuevo Testamento», según ha asegurado el propio artista al diario El Ideal de Granada.
Según la visión del artista que recoge el diario garnadino, la Virgen se transforma en una prostituta situada en la carretera de Jaén. «conoce a san José, que es un camello, un don nadie» y tiene un hijo al que presenta en el templo, en un prostíbulo. Crece y se inicia en el sexo con María Magdalena, pero la experiencia no le convence y «se hace gay».
En la exposición, formada por 14 fotografías de gran tamaño, se pueden ver algunas escenas del Nuevo Testamento, en la versión surgida de la mente del artista, que pretende hacerlas corresponder con las estaciones del Via Crucis, aunqeu no se ha tomado muchas molestias en ser riguroso en esto. Como explica el escritor y crítico de arte Fernando Castro Florez en el catálogo de la exposición, «Fernando Bayona no duda en transitar por las regiones de lo obsceno al convertir a Jesús y María Magdalena en una pareja follando (sic) en un colchón sobre unos palets dentro de una estancia surreal en la que una gallina disecada está colocada ssobre un microondas y la pequeña nevera abierta está llena hasta los topes de latas de Coca Cola».
Las escenas de «Circus Christi»
«"Circus Christi" comienza con una descarnada anunciación: unas mujeres en ropa interior a las que se acerca un sujeto con el torso desnudo que intenta, con cierta timidez, introducir un billete en las braggas de la central "virgen"».
El nacimiento, continúa Castro, «es un estricto parto sobre una mecedora en una habitación desordenada y la Presentación en el Templo una teatral puesta en escena de las chicas de un burdel (sin faltar una manifiestamente embarazada) con un tipo sometido a las estrictas reglas del sadomasoquismo mientras una Madame sostiene a un niño en sus brazos».
La descripción de Castro en el catálogo no deja lugar a dudas: «Los deseo homosexuales van tomando cada vez más importancia, desde la Santa Cena en la que una mujer está tumbada sobre la mesa precaria en un espacio abandonado y lleno de graffitis, con brindis y alcohol derramándose por el suelo, hasta el Beso de Judas, con una felación en un túnel marginal».
La crucifixión, continúa Castro, «parece más bien un atropello, con el cuerpo yaciendo en el suelo, iluminado por los focos del automóvil, con un escenario escatológico que nos hace pensar que la esperanza religiosa sólo surge desde un imaginario homeless».
El «punto justo»
El diario Hoy de Granada, el artista, que fue monaguillo de pequeño, asegura sobre su obra: «Imagino que habrá sectores puritanos que se pueden sentir molestos pero creo que las fotos están en el punto justo, sin llegar a ser ordinarias ni vulgares pero con el punto necesario para ser subversivas pero sin caer en el escándalo fácil».
Porque la irreverencia para Bayona es «contar las verdades que todos saben pero que nadie quiere escuchar».