Muere con 61 años la periodista Milly Gualteroni: ayudó a muchos con su libro «Arrancada del abismo»

En la colegiata de Sondrio, pequeña ciudad del norte de Italia, se congregaron este martes por la tarde muchas personas en el funeral por la periodista y escritora Amalia "Milly" Gualteroni, que murió a los 61 años al caer accidentalmente del balcón de su apartamento, un quinto piso, al parecer, cuando realizaba la limpieza. Los familiares pidieron que en vez de flores los asistentes ofrecieran donativos a la Cruz Roja de Sondrio, con la que colabora la familia. Fue enterrada en la capilla familiar del cementerio de Morbegno.

Milly era popular en parte por su trabajo periodístico en Milán de muchos años en revistas femeninas como Vogue Italia y Cosmopolitan, pero más recientemente por su libro-testimonio Arrancada del abismo: de los psicofármacos a la fe (en España editado por VozdePapel), que ha ayudado a muchas personas con problemas de depresión y tristeza y también es un testimonio de fe y conversión.

Estuvo lejos de la fe y la Iglesia la mayor parte de su vida. No fue hasta 2006 que, visitando la catedral de Milán, sintió de forma extraña la cercanía de Jesús y la necesidad de conocerlo.

Muchos asistentes al funeral de Milly Gualteroni;
también voluntarios de Cruz Roja, muy ligados a su familia

Compartir la fe y esperanza de vida nueva

Valerio Modenesi, arcipreste emérito de Sondrio, destacó en el funeral -al que acudieron varios sacerdotes- el viaje de fe y conversión de Milly, que quiso compartir con todos a través de su libro.

"Su existencia, su testimonio de dolor y resurrección, después de la conversión, contada en su libro Arrancada del abismo, generaron en los corazones de muchos una esperanza de redención y una nueva vida", dijo el sacerdote. "Has sido muy valiente, anteponiendo el bien de los demás al tuyo, asumiendo las necesidades de los más débiles y ofreciendo tu determinación y profesionalidad en la defensa de los derechos fundamentales de la persona. Cuantas veces, encontrándonos en dificultades, dijimos que podríamos consultar con Milly". Modenesi señaló dos claves que orientaron la vida cristiana de Milly: el atreverse a amar y la certeza de que detrás del dolor hay resurrección, incluso en esta vida.

El suicidio de su padre y hermano la marcó

Como periodista Milly se movió en ambientes sofisticados y elegantes de Milán, pero pocos sabían que estaba enganchada a los fármacos y que arrastraba una depresión desde su juventud. Dos veces al año, en torno a los aniversarios de dos hechos que traumatizaron su juventud, sencillamente se hundía en una depresión devastadora que la destruía hasta el extremo. No había conseguido superar los efectos del suicidio de su hermano mayor en 1971, cuando ella tenía 13 años, y de su padre en 1975 cuando ella tenía 18. Buscó el amor en innumerables parejas, encontrando, por lo general, solo sexo y soledad y trató de suicidarse 3 veces.

En el libro cuenta los distintos lazos con los que Dios le salió al encuentro, avivando la fe de su infancia que ella había rechazado. Varios de esos lazos fueron experiencias místicas y sobrenaturales, de paz y amor de Dios, que la sorprendieron.

Episodios asombrosos que la llevaron a Dios

El periodista Vittorio Messori dijo de ella: "Rosanna, mi mujer, y yo, que la conocemos personalmente muy bien, sabemos hasta qué punto es ajeno a ella la sospecha de ser una crédula visionaria... Su temperamento es positivista, alejado de cierta mística demasiado ilusoria... Si Milly se ha decidido a confesarlo todo, pero absolutamente todo, incluidos algunos episodios tan perturbadores como inexplicables, sin duda no es para sí misma, sino para los demás", explica el escritor, quien añade que "el misterio de lo sobrenatural tiene un papel decisivo en este relato conmovedor de deseo de muerte y de imprevista resurrección".

Milly Gualteroni con Vittorio Messori, otro periodista converso, aunque él
llevaba ya muchos años como cristiano y acompañó a Milly en su nueva vida de fe

Milly vivió experiencias desconcertantes del amor de Dios en encuentros de oración con amigos carismáticos, su fe creció después en diversos movimientos eclesiales y fue acompañada por sabios monjes con buenos consejos.

Un libro con una misión

El 2 de julio de 2014 estaba aún dudando si publicar su libro y contar tantas historias íntimas, de cosas buenas y malas. ¿Valía la pena desnudarse así?, pensaba. Tomó el coche para un viaje de 100 kilómetros y un golpe de sueño bajo la lluvia casi la mata. Su coche se disparó hacia un muro. "¡No quiero morir!", grité dentro de mí. "¡Mi libro!"

"De repente, el terror se cambió en quietud. Con lucidez giré el volante de nuevo. [...] El coche, al ralentí, atravesó los dos carriles hasta estrellarse contra el guardarrail de la izquierda mientras mi cara se hundía en el airbag hinchado. Estaba ilesa. Tenía dentro una quietud interior absoluta. Estaba en paz, lúcida, serena. 'Comprendí que con este acontecimiento Tú me dabas una respuesta tuya, Dios mío'".

Su libro finaliza con un convencimiento: el que su historia "pueda ayudar a alguien a reencontrar la confianza en la vida, en esta vida, y en la otra que vendrá, ahora ya estoy segura de ello". Y añadía: "ahora sé, por el misterio mismo de la Cruz, que no hay salvación para el alma que no pase, inevitablemente, también por el sufrimiento del cuerpo durante nuestro viaje sobre la Tierra. Ahora sé que es necesario subir al Gólgota para vislumbrar la maravillosa y luminosa mañana de la Resurrección". 

Carmelo López-Arias escribe más aquí sobre Milly Gualteroni