ENTREVISTA DE DESPEDIDA EN ETB
Uriarte: «He fustigado fuertemente el desatino de ETA, pero volvería a intermediar»
El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, aseguró este jueves que «volvería a intermediar» entre el Gobierno y ETA en un futuro proceso de paz, si fuera necesario. Además, afirmó que «la paz verdadera» conlleva «la pacificación, la concertación política y la reconciliación, que es imposible sin buscar toda la verdad, sin practicar la justicia y sin ser capaces de perdonar».
En una entrevista concedida a ETB, recogida por Europa Press, Uriarte también se mostró «dolido» por las críticas contra la Iglesia vasca de «equidistancia» con las víctimas del terrorismo, y aseguró que ha «fustigado fuertemente, cientos de veces, el desatino de ETA».
Respecto a su labor de mediador entre el Gobierno y ETA en pasados procesos de negociación, Uriarte recordó que contribuir a la pacificación era uno de sus «grandes objetivos» cuando se puso al frente de la Iglesia guipuzcoana y, a pesar del fracaso de las conversaciones, anunció que «volvería a intermediar». «No estoy nada arrepentido de haber tomado parte en esto», manifestó.
Además, explicó que «un proceso de éstos puede descarrilar fácilmente cuando se interfieren ideologías muy compactas, intransigencias, etc». «Hay que ser muy prudentes y llevar las cosas por una vía sumamente discreta», añadió.
El obispo de San Sebastián afirmó que, en relación a la consecución de la pacificación en la Comunidad Autónoma Vasca, «más que de optimismo, hablaría de esperanza». Tras precisar que no es «analista político» y no tiene «datos de primera mano para saber si la cosa está más cerca», consideró que «la paz verdadera, la paz sólida y estable, lleva consigo una trilogía: por una parte la pacificación, por otra parte la concertación política y por otra parte la reconciliación».
Uriarte, que el próximo 9 de enero dejará el Obispado, expresó su deseo de que «pronto se nos acabe, cuanto antes, hoy mejor que mañana, la pesadilla de ETA», y mostró su esperanza también que «esta sociedad encuentre unas fórmulas para vivir de una manera consensuada y unida».
Asimismo, dijo esperar «que exista una reconciliación» que, a su juicio, «es imposible sin buscar toda la verdad, sin practicar la justicia y sin ser capaces de perdonar y de pedir perdón».
Víctimas y «equidistancia»
Por otro lado, aseguró que le han «dolido mucho» las críticas de «equidistancia» de la Iglesia en las provincias vascas con las víctimas y lamentó que «se ha dicho más, más que equidistante, se ha dicho que estábamos mas cerca de los verdugos que de las víctimas y esto no sé de dónde se puede decir».
En ese sentido, recordó que él ha presidido «todos los funerales que se han celebrado con respecto a las víctimas de ETA» y ha «fustigado fuertemente, con palabras enérgicas no una vez, sino cientos de veces, el desatino de ETA».
Asimismo, aseguró que ha mostrado su «identificación» con las víctimas y las ha visitado. «Naturalmente, yo no he llamado a los periodistas para que vengan detrás de mí y me saquen de una foto cuando voy a visitar, pero he visitado a un montón de víctimas», insistió.
«Por el hecho de que en ocasiones uno haga una alusión al sufrimiento de los familiares de los presos, que son 700 en el País Vasco, o por el hecho de que uno haga alusión a que es preciso respetar los derechos humanos intangibles de las personas, aunque sean los mayores criminales del mundo, ¿eso qué es?, ¿es inclinación hacia ETA y sus secuaces o es humanismo?», se preguntó. En su opinión, es «humanismo, que nace del Evangelio y de la fe, y eso es lo que he intentado hacer».
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