Mientras las bases del PNV se rebelan por el aborto, Uriarte, Asurmendi y Blázquez callan

«Nosotros, cristianos y nacionalistas, declaramos que si el PNV obliga a sus diputados en el congreso de Madrid a votar, en contra de su conciencia, a favor de la ley del Aborto, no podremos votar en conciencia al PNV y que esta situación nos forzará a darnos de baja en el partido».

Así reza el texto que están haciendo llegar a los dirigentes del Partido Nacionalista Vasco sus afiliados y simpatizantes a través de correos electrónicos contra la decisión de votar a favor de la nueva ley del Aborto, como condición para recuperar la Diputación de Álava.

Esta rebelión en marcha, contrasta con el silencio que la mayoría de prelados de las diócesis vascas mantiene sobre la cuestión. Ni Juan María Uriarte, ni Miguel Asurmendi, ni Ricardo Blázquez se han manifestado explícitamente sobre la cuestión.

Sólo Mario Iceta, obispo auxiliar de Bilbao y uno de los prelados con mayor proyección del episcopado español, ha alzado la voz censurando la decisión de los dirigentes jeltzales ya que, a su juicio, «contrasta llamativamente con la raíz de humanismo cristiano» que existió en los orígenes del PNV y que aún mantiene una parte de sus militantes de base quienes, según aseguró monseñor Iceta, le han transmitido su «perplejidad y preocupación».

Por su parte, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha respondido en su blog al obispo auxiliar de Bilbao al asegurar que toma la decisión «desde una profunda convicción cristiana y pensando en un Dios misericordioso»,  y con la intención de que «si es imposible evitarlo (el aborto), intentar que sea un mal menor».