PESE A LOS ACUERDOS CON LA SANTA SEDE «NOS VA A AFECTAR A TODOS»
El cardenal Rouco cuestiona la necesidad de una nueva ley de libertad religiosa
El cardenal Rouco Varela ha mostrado su perplejidad ante el anuncio de una nueva ley de libertad religiosa en España, al tiempo que ha calificado la actual de «muy buena» y ha señalado que la Iglesia católica rige sus relaciones con España a través de los acuerdos con la Santa Sede de 1979.
(R.B./ReL) El cardenal Antonio María Rouco Varela, que se encuentra participando en el Meeting de Ríomini organizado por comunión y Liberación, ha cuestionado la necesidad de elaborar una nueva ley de libertad religiosa en España: «¿A qué viene una nueva ley de libertad religiosa? La respuesta no la encontramos», ha asegurado el prelado, tras analizar la regulación legal de este derecho en la actualidad. El prelado español ha calificado la regulación española como «muy buena» ya que abrió una posibilidad de acuerdos, ya firmados, con las comunidades judías, musulmanas y las entidades religiosas evanfgélicas de España, al tiempo que señalaba que «afecta a la Iglesia católica sólo muy subsidiariamente» ya que sus relaciones jurídicas con el Estado se basan el los acuerdos firmados en 1979. «Esto significa -ha puntualizado monseñor Rouco- que sea cual sea el texto de la ley de libertad religiosa, de la nueva ley o de la ley reformada, este principio queda intocado». Aún así, no ha dejado de expresar cierta preocupación, al reconocer que «es evidente que, a pesar de todo, una ley de libertad religiosa, que va a afectar sobre todo a otras realidades religiosas que no tienen instrumentos de regulación jurídica con el Estado español, sin embargo nos va a afectar a todos de un modo o de otro». El cardenal de Madrid, que se ha mostrado cauteloso al asegurar que, salvo el anuncio público de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero pretende reforma la actual ley de libertad religiosa, la Iglesia en España no ha recibido ningún texto concreto del contenido de la misma. Tampoco ha querido entrar a valorar las declaraciones del ministro Caamaño, en las qeu apuntaba a la erradicación de la presencia de los crucifijos en las escuelas, al considerarlas como «más o menos privadas», pero que no corresponden a una declaración oficial del Gobierno de España. Manifestación provida el 17-O El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española también fue interrogado por si la Iglesia apoyará abiertamente la convocatoria prevista para el 17 de octubre, en la que se defenderá el derecho a la vida y se mostrarán argumentos contra la elaboración de la nueva ley sobre aborto que prepara el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El purpurado ha respondido que «hay que recordar que la Comisión Permanente del episcopado español acaba de publicar en junio una nota en la que toma postura sobre el proyecto de ley del gobierno sobre la ampliación, o el cambio o la reforma de la legislación sobre el aborto en España». Para el prelado, «es una nota construida de una forma sistemáticamente clara y por otro lado muy analítica: se analizan los distintos aspectos del proyecto desde el punto de vista de la ética cristiana». «Lo que más resaltamos en la nota como hecho muy llamativamente grave es el haber convertido o querer convertir, a través del nuevo proyecto de ley, el aborto en un derecho, al menos en las primeras catorce semanas del embarazo», ha reseñado el cardenal. Por lo que se refiere a la manifestación convocada en Madrid, monseñor Rouco Varela recordó que «la promueven organizaciones ciudadanas, entre las cuales se encuentran organizaciones católicas, entre las cuales se encuentran en su miembros muchos católicos y probablemente también los que no participan activamente en la vida de la Iglesia», informa Zenit. «Creo que va a ser un reflejo muy vivo de lo que es la realidad social de España y de cómo se está viviendo este proyecto de ley por parte de muchos españoles y por amplios sectores de la sociedad española», ha añadido, al tiempo que recordó que «los obispos españoles en otras ocasiones hemos dicho que los católicos deben comprometerse en la vida pública y deben comprometerse con todas las grandes causas que tienen que ver con los derechos fundamentales de la persona, y en primer lugar con el derecho a la vida que es, desde el punto de vista de la realización de los derechos humanos, el primero y más básico derecho humano».
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