Eduardo Verástegui alaba "Cher ami", una película de dibujos animados que rompe moldes

El próximo 19 de junio las familias tienen una cita en los cines de toda España. Obedece al nombre de Cher ami (en francés, "querido amigo") y promete ser uno de los grandes éxitos del año en dibujos animados. Viene además de la mano de un personaje de creciente relieve en el ámbito católico en todo el mundo, como es Eduardo Verástegui, protagonista y productor de Bella. El actor mexicano, de 35 años, presenta la película elogiándola porque "habla de lo que realmente importa en la vida: los valores, la familia, la amistad". Nos tocará el corazón, asegura. (Ver vídeo.) Y es que, pese a tratarse de una película de dibujos animados, está inspirada en una historia real: en 1918 la paloma mensajera Cher Ami salvó la vida de doscientos soldados norteamericanos aislados en Francia durante la Primera Guerra Mundial, hasta el punto de que recibió la Croix de Guerre (máxima distinción militar gala) y se conserva disecada en el Museo Smithsonian de Washington. Éste es el pretexto que ha utilizado el director, Miquel Pujol (dibujante, ilustrador y guionista para Walt Disney durante quince años), para plantear una historia coral en la que los personajes, animales de granja, tienen que hacer frente a cuestiones trascendentales, como elegir entre seguir la corriente o enfrentarse a ella por mantener los criterios propios y la vigencia de un ideal. Cher Ami ha requerido el trabajo de 240 especialistas y es una muestra de la calidad y pujanza de la industria española de la animación. La banda sonora de Manel Gil la interpreta la Orquesta Sinfónica de Bratislava con el concurso de la voz de la cantante catalana Nina. Humor y aventuras, pues, para un público infantil y familiar, en una historia épica de valor y amistad que incorpora como punto fuerte la animación en 3D y hará célebres entre los más pequeños a personajes como el palomo protagonista, Cher Ami, apuesto y valeroso; al gorrión Tourbillon, un "piloto" de pequeño tamaño pero grande de espíritu; o a Lindbergh, un ratón que hace las veces de inventor chiflado y singular, prendado de ideales hermosos por los que, como todos sus compañeros, lucha sea cual sea su dificultad.