Discurso inaugural del cardenal Rouco en la Plenaria de la CEE
"Urge evangelizar las conciencias acerca del don inestimable de la vida de cada ser humano"
En el discurso inaugural de la XCIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, su presidente, el cardenal arzobispo de Madrid, ha afirmado que "uno de los campos de la vida social donde urge evangelizar de nuevo es el de la conciencia acerca del don inestimable de la vida de cada ser humano y del derecho de todos a vivir, desde el momento de la concepción de un nuevo individuo de la especie humana hasta su muerte natural". Monseñor Rouco Varela ha abordado también en su discurso los preparativos para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid en el 2011, la convocatoria del "Año Sacerdotal" por parte del Papa y los retos que plantea la actual crisis económica.
(Luis F. Pérez/ReL) El cardenal Antonio María Rouco Varela ha empezado su discurso dando la bienvenida a la CEE a monseñor Sebastián Taltavull, recientemente consagrado como obispo auxiliar de Barcelona, y a monseñor José Mazuelos, obispo electo de Jerez. Igualmente, ha agradecido a monseñor Dorado Soto y al cardenal García-Gasco por la labor que prestaron a la Iglesia como responsables de sus respectivas diócesis, a la vez que les ha deseado que sigan realizando una fructífera labor, ya como eméritos. El cardenal ha mencionado a monseñor José María Larrauri, obispo emérito de Vitoria recientemente fallecido, cuyo descanso eterno ha encomendado al Señor. Jornada Mundial de la Juventud en España Don Antonio ha manifestado su satisfacción por los "miles de jóvenes de Madrid y de toda España" que recibieron en Roma el Domingo de Ramos y portaron en procesión por Madrid el Viernes Santo "la gran cruz de madera que ha presidido las Jornadas Mundiales de la Juventud desde la primera fuera de Roma - en Buenos Aires - hasta la última, celebrada en Sydney el año pasado". El cardenal ha recordado que que dicha cruz ya estuvo en España para la IV Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Santiago de Compostela en 1989 y que con esta nueva recepción comienza el camino de preparación para las Jornadas Mundiales de la Juventud que tendrán lugar en Madrid en 2011. Monseñor Rouco ha afirmado que "las jornadas son una ocasión privilegiada para el encuentro de los jóvenes con Cristo, tanto de aquellos que ya le siguen, insertos en diversas realidades eclesiales y que se benefician de ese gran acontecimiento universal en torno al Papa para profundizar en su entrega al Señor y decidir su vocación, como de aquellos otros que, más o menos alejados de la Iglesia, son gratamente sorprendidos por la fe viva y contagiosa de sus coetáneos e impulsados, de este modo, a la conversión a Dios". Es por ello que, según asegura el cardenal, las Jornadas Mundiales de la Juventud son hoy un instrumento apostólico de primer orden. El presidente de la CEE ha asegurado que "con la ayuda de Dios, la tercera semana de agosto de 2011 Madrid se convertirá", según palabras de Benedicto XVI "en un lugar radiante de fe y de vida, donde jóvenes de todo el mundo festejan a Cristo con entusiasmo". Año Sacerdotal El arzobispo de Madrid ha querido también hacer mención a la convocatoria del "Año sacerdotal" por parte de Benedicto XVI , con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, Juan María Vianney (17861859), patrón de los párrocos. Monseñor Rouco ha explicado que "la misión es eclesial porque todo sacerdote sabe que no se anuncia a sí mismo, sino que, a través de su propia humanidad, es Otro quien quiere darse al mundo. Dios es la única riqueza que, en definitiva, los hombres desean encontrar en un sacerdote". El presidente de la Conferencia episcopal española ha dicho a sus hermanos en el episcopado que este Año Sacerdotal es "sin duda, una gracia, una oportunidad providencial y una llamada a nuestra responsabilidad de Obispos para que, con sentimientos y entrañas de pastores y de hermanos, abordemos, a la luz de la fe y de la riquísima doctrina del Concilio Vaticano II y del magisterio de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, la situación humana y espiritual de nuestros sacerdotes". El don de la Vida y el derecho de todos a vivir Don Antonio María ha afirmado con rotundidad que "uno de los campos de la vida social donde urge evangelizar de nuevo es el de la conciencia acerca del don inestimable de la vida de cada ser humano y del derecho de todos a vivir, desde el momento de la concepción de un nuevo individuo de la especie humana hasta su muerte natural". Recordando el pensamiento del filósofo Julián Marías, quien afirmó que "la aceptación social del aborto es, sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final", monseñor Rouco ha asegurado que "el crimen del aborto ensombrece desde siempre la historia de la humanidad. Pero ha sido precisamente en el siglo pasado cuando amplios sectores sociales han empezado a considerar públicamente que eliminar a los que van a nacer no sería algo de por sí reprobable y cuando tal mentalidad ha encontrado eco en legislaciones que han dejado de proteger de modo adecuado el derecho de todos a vivir". Tras recordar la trayectoria de oposición al aborto de la Iglesia en España, el cardenal arzobispo de Madrid ha recordado que Juan Pablo II advirtió de que “si, por una trágica ofuscación de la conciencia colectiva, el escepticismo llegara a poner en duda hasta los principios fundamentales de la ley moral, el mismo ordenamiento democrático se tambalearía en sus fundamentos, reduciéndose a un puro mecanismo de regulación empírica de intereses diversos y contrapuestos”. En ese sentido, ha advertido el cardenal, "no faltan entre nosotros quienes, al menos de hecho, parecen querer reducir la democracia a tal mecanismo empírico de regulación de intereses, cuando afirman que las leyes deben representar simplemente una especie de denominador común de las diversas opiniones e intereses presentes en la sociedad, aun cuando lo que esté en cuestión sea nada más y nada menos que el derecho fundamental a la vida de los más débiles e inocentes, como son los que van a nacer". Monseñor Rouco Varela ha vuelto a citar el discurso crítico contra algunas democracias modernas de Juan Pablo II. En el mismo, el predecesor del actual Papa aseguró que "en los mismos regímenes participativos la regulación de los intereses se produce con frecuencia en beneficio de los más fuertes, que tienen capacidad para maniobrar no sólo las palancas del poder, sino incluso la formación del consenso. En una situación así, la democracia se convierte fácilmente en una palabra vacía". "La advertencia la hacía Juan Pablo II no contra la democracia", ha asegurado el presidente de la CEE, "sino precisamente en favor de ella. No es verdad que la democracia pueda funcionar bien como mero juego de mayorías y minorías con independencia de su sustrato ético, es decir, del reconocimiento y del respeto efectivo de los derechos fundamentales". Derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos y EpC El cardenal arzobispo de Madrid ha defendido "el derecho fundamental e inalienable de los padres y de las escuelas en colaboración con ellos a educar a sus hijos en los principios morales y religiosos que libremente asumen y cultivan". "El Estado", ha recordado don Antonio María, "no puede ignorar tal derecho básico si no es cegando las fuentes de la sustancia moral capaz de configurar y de alimentar al sujeto moral y, en definitiva, al ciudadano responsable. Se violan los derechos de los padres y de las escuelas cuando se impone legalmente a todos una determinada visión antropológica y moral, es decir, una formación estatal de las conciencias". Para monseñor Rouco Valera, "otra cosa sería la oferta de una formación jurídica básica sobre las Declaraciones de los Derechos Humanos o sobre la Constitución Española. En esta perspectiva podría hallarse una solución a los graves problemas planteados por la llamada Educación para la ciudadanía". La crisis económica El presidente de la CEE ha explicado que la conciencia moral afecta también al derecho al trabajo. En ese sentido ha recordado que "bastantes y cualificados especialistas consideran que las muy graves dificultades que padece nuestra economía, en el marco de una crisis de carácter mundial, también tienen que ver con una crisis global de naturaleza ética". Tras reconocer el papel que Cáritas está jugando como red de solidaridad social y cristiana, el cardenal ha señalado al "próximo Día Nacional de la Caridad, en la Solemnidad del Corpus Christi" como "una nueva oportunidad de la gracia para intensificar y hacer más efectivo el esfuerzo de Cáritas y la generosidad de tantos hijos e hijas de la Iglesia que tan admirablemente se vuelcan en el servicio y en la ayuda a los necesitados". Ante la crisis, Monseñor Rouco Varela asegura que será muy difícil superarla "sin el respeto de los imperativos espirituales y morales de la sobriedad y de la austeridad de vida; de la aceptación del sacrificio personal, compartido por todos, en aras del bien común; de la concepción y realización del trabajo como un derecho, pero también como un deber generosa y creativamente practicado; y sin una regulación normativa jurídica y administrativamente eficaz de la vida económica y financiera que proteja mejor a las instituciones estatales, a las financieras y a las empresas de conductas gravemente egoístas e inmorales, tantas veces estimuladas por generalizados patrones de vida marcados por el ansia del enriquecimiento fácil y rápido". El presidente de la conferencia de los obispos españoles no ha querido terminar su discurso "sin reiterar expresamente nuestra sincera y cordial adhesión al Papa Benedicto XVI, a su persona y a su magisterio".
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