Secuestran en Nigeria a Maurizio Pallù, sacerdote italiano y misionero del Camino Neocatecumenal
Desde hace varios días permanece secuestrado en Nigeria el sacerdote italiano, y misionero del Camino Neocatecumenal, Mauricio Pallù. Varios hombres armados le secuestraron mientras se dirigía junto a otras cuatro personas a la Benin City, en el sur del país.
Los secuestradores raptaron al sacerdote después de haber robado al grupo, razón por la cual se piensa que se trate de la acción de una banda de delincuentes comunes listos para pedir el rescate.
Según informa la agencia SIC, en el caso está trabajando la Unidad de Crisis de la Farnesina, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Italiana.
Por su parte, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke esribió en su cuenta twitter que “el Papa Francisco ha sido informado acerca del sacerdote italiano secuestrado en Nigeria, don Maurizio Pallù y está rezando por él”.
Presbitero "itinerante"
Originario de Florencia, el sacerdote secuestrado, de 63 años, entró en el seminario Redemptoris Mater de Roma en 1988, después de haber transcurrido 11 años como misionero laico en diversos países del mundo. Obra en dos parroquias romanas y sucesivamente, es enviado a Holanda, donde es párroco de la diócesis de Haarlem.
Pallú volvió África para servir en la arquidiócesis de Abuya, en Nigeria. Es un “presbítero itinerante” de la Fundación Familia de Nazaret.
El Estado de Edo, del cual Benin City es la capital y en el cual don Maurizio ha estado desarrollando su labor, es un área del alto riesgo de secuestros. De hecho, el 27 de septiembre pasado, fue secuestrado también don Lawrence Adoroli, párroco de la Iglesia de San Benito de Okpella.
Monseñor Gabriel Dunia, obispo de Auchi, condenando ante la Agencia Fides el rapto como acto abominable, reveló que los secuestradores pidieron un rescate a la Iglesia pero “la Iglesia no paga rescates”, respondió el obispo, confirmando la línea adoptada desde hace tiempo por la Conferencia Episcopal nigeriana de rechazar toda petición de rescate parte de secuestradores de sacerdotes y religiosos. No se trata de actos vinculados al odio religioso, sino que son llevados a cabo a menudo por grupos de criminales comunes que apuntan al dinero.