Cien policías chinos entran en el seminario de Xinxiang y detienen a curas, seminaristas y al obispo
En China, la policía se usa para detener a seminaristas y a obispos. El 21 de mayo fue arrestado el obispo de Xinxiang, Joseph Zhang Weizhu, de 63 años, que ya ha sido encarcelado en otras ocasiones.
El día anterior, el 20 de mayo, a primera hora de la tarde, cien policías de la provincia de Hebei rodearon y asaltaron una pequeña fábrica en Shaheqiao, propiedad de un católico de Hebei, que los católicos usan como seminario, denuncia AsiaNews.
Allí detuvieron a 4 sacerdotes profesores, a otros 3 sacerdotes que realizan labores pastorales y a 10 seminaristas que estudiaban allí. Después la policía confiscó todo tipo de objetos personales de profesores y seminaristas.
A la caza del seminarista, casa por casa
Dado el enorme despliegue de fuerzas policiales, se cree que la redada estaba planeada desde hace tiempo. Las autoridades civiles creen que hay más seminaristas que consiguieron escapar y los están buscando en la zona, entrando en casas de cristianos.
Según fuentes de la agencia AsiaNews, los policías entran en las casas y si encuentran signos relacionados con la fe católica (cruces, estatuas, imágenes sagradas, fotografías del Papa, etc.), secuestran y destruyen los objetos y multan a los propietarios.
Una diócesis de cien mil fieles que el Estado no reconoce
La prefectura apostólica de Xinxiang está reconocida por Roma y agrupa a unos cien mil católicos, pastoreados desde 1991 por el obispo Zhang Weizhu, pero no está reconocida por el gobierno chino. Zhang Weizhu ya ha estado en prisión en varias ocasiones.
La agencia AsiaNews señala que desde que se firmó el acuerdo provisional entre China y la Santa Sede ha aumentado la persecución contra los católicos. El Acuerdo solo se refiere al nombramiento de nuevos obispos, pero la premisa del mismo era que el resto de la situación de la Iglesia permanecería en situación de espera mientras se dialogaban temas de conflicto.
Sin embargo, en estos últimos años las fuerzas policiales han puesto a varios obispos bajo arresto domiciliario, imponen multas muy elevadas a los fieles, expulsan a los párrocos de las iglesias y arrestan a los sacerdotes y seminaristas.