Una multitud incontable acompaña al Cristo Negro por las calles de Manila: devoción siempre en auge
El Cristo Negro, o Nazareno Negro, ha vuelto a reunir en la mañana de este lunes 9 de enero a una procesión multitudinaria en Manila, la capital de Filipinas, con una cantidad incontable de personas acompañando por las calles a esta imagen que llegó a las islas en el año 1607.
Para evitar el riesgo de incidentes o ataques, las autoridades han establecido estrictas medidas de seguridad e incluso embajadas extranjeras instaron a sus compatriotas a ser cautelosos. Cerca de 4.000 soldados y policías patrullaban las calles de la capital.
Fuentes de la Cruz Roja local hablan de cerca de un centenar de heridos leves; un presupuesto mejor que el año pasado, cuando hubo dos víctimas mortales y más de 1.200 heridos.
Al paso de la carreta - empujado por la espalda y tirado por cuerdas - con la imagen del Nazareno Negro, los fieles acuden en un intento de tocar la figura de Jesús.
En Filipinas viven unos 100 millones de personas, y el 80% son católicos, fruto de la evangelización española en las islas.
Una devoción de 4 siglos
La estatua del Nazareno Negro representa a Jesús doblado bajo el peso de la cruz. Fue traído a Manila por un sacerdote agustino español en 1607 a bordo de un buque de México. Según la tradición, el barco se incendió en el camino, pero la imagen de Cristo milagrosamente sobrevivió al fuego, tomando el color negro. A pesar del daño, la población de Manila decidió preservar y honrar la efigie. Desde entonces, la estatua se llama Nazareno Negro y muchas personas afirman haber recibido curación de las enfermedades tocando su superficie.
A través de los siglos el aura milagrosa que rodea a la imagen de Cristo se ha hecho un símbolo del pueblo filipino.
En estos años, los obispos han dado una copia de la estatua a los cristianos de la isla de Mindanao, que por dificultades de distancia y transporte no pueden acudir a la procesión de Quiapo. Las celebraciones se llevan a cabo en Cagayan de Oro, en conjunción con la de la capital el 9 de enero, la fiesta del Nazareno, y el Viernes Santo.
El cardenal invita a amar como Cristo
Al frente de la festividad estuvo el arzobispo de Manila, el cardenal Luis Antonio Tagle, quien presidió la solemne misa de medianoche. En la homilía, el cardenal hizo hincapié en la importancia de un "amor desinteresado", capaz de desterrar el egoísmo y los intereses personales.
Para amar como Jesús lo hizo, continuó el cardenal, es necesario centrarse en el "servicio a los demás." Esto por sí solo, agregó, es el amor que puede "promover la unidad" en las familias, parroquias, ciudades y en todo el país. El bautismo de Jesús, dice el cardenal Tagle, muestra la manifestación del amor de Dios, que quería alcanzar a los pecadores y mostrarse a sí mismo con un rostro humano.
"Este es el tipo de amor - concluyó el arzobispo de Manila - que está listo para abrazar a los débiles y pecadores, en lugar de condenarlos. Lo que realmente importa es el bien de los demás".