Murió el obispo de Jixian: pasó 22 años en campos de trabajo forzado y luego hizo crecer su iglesia
El obispo de Jixian (Weíhwei, Henan, China), Lucas Tomás Zhang Huaixin, ha muerto con casi 91 años. Pasó 22 años preso y en campos de trabajos forzados, de 1958 a 1980. El 19 de octubre de 1981 fue consagrado en secreto obispo de Jixian por el obispo Julio Jia Zhiguo, de Zhengding (Hebei).
Zhang Huaixin murió el domingo 8 de mayo de 2016, hacia el mediodía. El 23 de este mes habría cumplido 91 años. El 6 de mayo fue hospitalizado de urgencia tras empeorar por el diabetes y por problemas cardíacos que sufría desde hacia tiempo. El día antes de morir aún estaba lúcido de mente y recordaba sus años de juventud y de seminario.
Nació en una familia de católicos fervientes. Su vocación maduró en la cercanía de los misioneros italianos del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) que trabajaba en Henan.
En 1934 entró en el Seminario menor de la diócesis de Jixian y, luego, pasó al Seminario mayor de Kaifeng. Fue ordenado sacerdote por el misionero italiano del PIME Gaetano Pollio, arzobispo de Kaifeng, el 19 de octubre de 1950.
Llevó a cabo su ministerio pastoral en Tianjin y en Anyang durante 8 años. Después, en 1958 fue arrestado por las autoridades comunistas y condenado a campos de trabajo forzoso, hasta 1980.
Se le recuerda como un pastor paciente volcado en la evangelización. Pese a las dificultades del régimen comunista restauró y construyó iglesias, entre ellas la catedral y creó varios centros sanitarios, un centro de catequesis y uno para retiros espirituales.
Mantenía una relación paternal con sus sacerdotes y apoyaba a la Congregación de las Hermanas de San Jose. Bajo su guía, la diócesis de Jixian ha crecido en número de sacerdotes, religiosas y fieles, además de en el compromiso en el campo sanitario y de catequesis. Algunos de sus sacerdotes han sido ordenado por obispos de la Iglesia oficial, reconocidos por las autoridades civiles del régimen comunista.
Aunque tras su paso por prisión Zhang Huaixin aceptó el reconocimiento gubernamental, la agencia Fides destaca que permaneció fiel a la comunión con el Papa y evitó adherirse a organismos inconciliables con la doctrina católica.
Un gran número de fieles le han rendido homenaje en la catedral y han participado en su funeral el 14 de mayo.
Zhang Huaixin murió el domingo 8 de mayo de 2016, hacia el mediodía. El 23 de este mes habría cumplido 91 años. El 6 de mayo fue hospitalizado de urgencia tras empeorar por el diabetes y por problemas cardíacos que sufría desde hacia tiempo. El día antes de morir aún estaba lúcido de mente y recordaba sus años de juventud y de seminario.
Nació en una familia de católicos fervientes. Su vocación maduró en la cercanía de los misioneros italianos del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) que trabajaba en Henan.
En 1934 entró en el Seminario menor de la diócesis de Jixian y, luego, pasó al Seminario mayor de Kaifeng. Fue ordenado sacerdote por el misionero italiano del PIME Gaetano Pollio, arzobispo de Kaifeng, el 19 de octubre de 1950.
Llevó a cabo su ministerio pastoral en Tianjin y en Anyang durante 8 años. Después, en 1958 fue arrestado por las autoridades comunistas y condenado a campos de trabajo forzoso, hasta 1980.
Se le recuerda como un pastor paciente volcado en la evangelización. Pese a las dificultades del régimen comunista restauró y construyó iglesias, entre ellas la catedral y creó varios centros sanitarios, un centro de catequesis y uno para retiros espirituales.
Mantenía una relación paternal con sus sacerdotes y apoyaba a la Congregación de las Hermanas de San Jose. Bajo su guía, la diócesis de Jixian ha crecido en número de sacerdotes, religiosas y fieles, además de en el compromiso en el campo sanitario y de catequesis. Algunos de sus sacerdotes han sido ordenado por obispos de la Iglesia oficial, reconocidos por las autoridades civiles del régimen comunista.
Aunque tras su paso por prisión Zhang Huaixin aceptó el reconocimiento gubernamental, la agencia Fides destaca que permaneció fiel a la comunión con el Papa y evitó adherirse a organismos inconciliables con la doctrina católica.
Un gran número de fieles le han rendido homenaje en la catedral y han participado en su funeral el 14 de mayo.
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