Al obispo Miabesue, de Camerún, ya le han secuestrado dos veces este mes... Navidad incierta
La agencia misionera Fides divulga datos sobre la inestabilidad y violencia en Camerún, donde la zona anglohablante experimenta violencia a cargo de los grupos independentistas locales.
“Nos amenazaron con matarnos”, explica Michael Miabesue Bibi, el obispo auxiliar de Bamenda, en la parte de habla inglesa de Camerún.
Ha sido secuestrado este mes ya dos veces por separatistas armados. El 5 de diciembre mientras viajaba desde Bamenda, la capital de la región noroeste, a Kumba, -a 170 kilómetros al suroeste cerca de Batibo-, el automóvil del obispo fue retenido por un grupo que se identificó como Amba Boys. “Vieron que yo era un obispo católico, pero me escucharon. Pidieron mi teléfono y los teléfonos de mi chofer y su hermano”, indica.
Al día siguiente, monseñor Bibi fue detenido de nuevo por un grupo armado en el camino a Buea, donde tenía previsto celebrar misa el 7 de diciembre. Aunque le habían advertido de que Amba había interceptado a un grupo de monjas en ese camino, el obispo Bibi decidió viajar puesto que es parte de “su trabajo misionero”.
El obispo Miabesue con sus feligreses, en una foto de Ayuda a la Iglesia Necesitada
Los separatistas armados avisaron al obispo de que no tenía que viajar porque habían iniciado una protesta interrumpiendo todas las actividades y pidiendo a la población que permaneciese en su casa.
“Fue realmente aterrador” explica al recordar la experiencia. El grupo armado lo retuvo cuatro horas en el bosque acusado de “violar la ley” por haber viajado ese día.
“Al final, gracias a Dios, nos liberaron”, añade. En esta ocasión el líder local de los Amba Boys ordenó a sus hombres que devolvieran el teléfono del obispo y lo dejaran continuar su viaje.
La Iglesia está pagando un alto precio por la crisis en las dos regiones de habla inglesa de Camerún.
El 21 de noviembre, el padre Cosmas Omboto Ondari, un misionero keniano que pertenece a la Sociedad Misionera de San José de Mill Hill, fue asesinado en Kembong.
El 20 de julio fue asesinado también el padre Alexandre Sob Nougi, de 42 años y párroco de la parroquia del Sagrado Corazón en Bomaka, en la diócesis de Buea.
El 4 de octubre, el seminarista Gérard Anjiangwe, fue asesinado en circunstancias similares a las de Cosmas, frente a la iglesia parroquial de Santa Teresa de Bamessing, un pueblo en el noroeste de Camerún