El combate del año
Manny Pacquiao, líder político católico filipino, noqueado por Márquez en el sexto asalto
A la cuarta fue la vencida, y el púgil mexicano enganchó una derecha que dio en la lona con uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos.
Fue en el último segundo del sexto asalto y el golpe pasará a la historia (ver abajo). No es fácil ver en la lona a quien la revista The Ring considera el mejor boxeador del mundo "libra por libra", con un palmarés no tiene parangón en la historia de este deporte. Dentro del complejo entramado competitivo de las doce cuerdas, ha sido campeón del mundo catorce veces en diversos pesos de diversas divisiones (pluma, superpluma, gallo, welter...; la Organización, el Consejo, la Federación...): siete títulos en siete categorías, una proeza inalcanzable.
Manny Pacquiao (Mindanao, Filipinas, 1978) se enfrentaba en la madrugada de este sábado en Las Vegas por cuarta vez al púgil mexicano Juan Manuel Márquez, quien en los tres enfrentamientos anteriores había alegado favoritismo hacia el campeón para explicar sus derrotas. Esta vez no se jugaban nada más que la revancha, el honor de ser el mejor, algo demostrado en el caso de Pacquiao y por demostrar en el de Márquez.
Pero el derechazo fue fulminante: a la contra y directo al mentón, dejó sin sentido a PacMan y con lágrimas en los ojos a sus millones de seguidores en Filipinas, que admiran tanto su faceta deportiva como su creciente talla política: su dedicación a los pobres y su compromiso con la cultura de la vida como católico militante.
Católico en la vida pública
Manny Pacquiao, quien hace unos meses explicó cómo iba a dar una vuelta de tuerca a su compromiso con Dios, ha sido portada en el Times asiático como una de las personas más influyentes del mundo en 2009. En 2010 entró en la Cámara de Representantes como diputado por Sarangani con el 66,35% de los votos.
Como contó en su día ReL, Pacquiao, casado y con cuatro hijos, es conocido por asistir a misa tras cada combate, gane o pierda, para dar gracias porque no hubiera sucedido grave daño para nadie. Sus rezos de rodillas sobre la lona antes de cada enfrentamiento forman ya parte del anecdotario de la historia del boxeo.
Nació en una familia muy pobre y empezó a boxear con 16 años. Fue educado religiosamente y de pequeño llegó a pensar en ser sacerdote, pero hoy la batalla por Dios la libra de otra forma. Además de preocuparse por los más necesitados (en particular la construcción de escuelas), cuyas duras condiciones de vida conoce por experiencia, Manny ha defendido siempre a la Iglesia durante las campañas en su contra por oponerse a las políticas anticonceptivas y al aborto.
En el Parlamento ha dejado clara su postura contraria al divorcio y al aborto, en defensa de iniciativas que permitan llegar mejor preparado al momento de fundar una famiilia, y que ofrezcan alternativas a las mujeres que estén pensando suprimir el embarazo, prohibido en Filipinas. Su oposición a la Ley de Salud Reproductiva fue rotunda en la cámara.
En marzo pasado, en plena polémica, fue muy claro: "Dios dijo ´Creced y multiplicaos´, no dijo ´Tened un par de hijos´. Usar condones y abortar es pecado. Mis padres eran pobres, pero tuvieron cuatro hijos. Fue muy difícil, pero salimos adelante".
Tras la derrota de este 8 de diciembre, queda ver si Pacquiao se retira del boxeo definitivamente, o mantiene aún un último combate de revancha con Márquez, o incluso la pelea deseada por todos los aficionados con Floyd Mayweather, el único rival técnico de su altura en el romo panorama del boxeo contemporáneo.
El KO de Pacquiao, un día triste para los seguidores del líder social católico filipino.