Monseñor Luis Tagle
El cardenal filipino a las Iglesias occidentales: «No hay que temer ser una minoría»
En nuevo cardenal de Filipinas, Luis Tagle, subrayó ante los micrófonos de la Radio Vaticana lo que ya había indicado durante el Sínodo de los Obispos de octubre, e invitó a las Iglesias de países que habían tenido mayoría cristiana a no temer ser una minoría. En Asia, recordó, muchos viven la fe «heroicamente».
«Al pueblo filipino –dijo el joven purpurado asiático–, así como a los demás pueblos de Asia, yo quisiera llevar mucho optimismo y esperanza. He escuchado en diferentes ocasiones el miedo de algunas Iglesias, acostumbradas a ser mayoría: miedo por la disminución de los fieles y talvez incluso por la disminución de una cierta influencia. Yo lo he escuchado y he respondido que ¡esta ha sido la historia de la Iglesia en los últimos 2000 años! ¡No hay que tener miedo!».
El neo cardenal prosiguió: «Hay que vivir todo con la confianza de que el Señor está siempre con nosotros y que el Espíritu Santo sigue soplando a pesar de nosotros mismos y muchas veces incluso gracias a nosotros mismos. A mi gente diré que tal vez llegará un tiempo en el que podremos compartir nuestra experiencia con otras Iglesias que tienen miedo o que no están acostumbradas a ser una minoría, y podremos compartir con ellas la alegría que tenemos y también esa forma heroica con la que tantas personas aquí transmiten y testimonian su fe».
«Al pueblo filipino –dijo el joven purpurado asiático–, así como a los demás pueblos de Asia, yo quisiera llevar mucho optimismo y esperanza. He escuchado en diferentes ocasiones el miedo de algunas Iglesias, acostumbradas a ser mayoría: miedo por la disminución de los fieles y talvez incluso por la disminución de una cierta influencia. Yo lo he escuchado y he respondido que ¡esta ha sido la historia de la Iglesia en los últimos 2000 años! ¡No hay que tener miedo!».
El neo cardenal prosiguió: «Hay que vivir todo con la confianza de que el Señor está siempre con nosotros y que el Espíritu Santo sigue soplando a pesar de nosotros mismos y muchas veces incluso gracias a nosotros mismos. A mi gente diré que tal vez llegará un tiempo en el que podremos compartir nuestra experiencia con otras Iglesias que tienen miedo o que no están acostumbradas a ser una minoría, y podremos compartir con ellas la alegría que tenemos y también esa forma heroica con la que tantas personas aquí transmiten y testimonian su fe».
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