La Pasión en Bangladesh
Era imán, se hizo presbiteriano, luego católico... y entonces empezaron sus problemas
El caso de Vincent, recién salido del hospital por una paliza, es un ejemplo de lo que implica abandonar el islam en los países musulmanes.
El caso lo relata la agencia católica Asia News, y es uno más de los que suceden en Bangladesh cuando un musulmán se convierte al cristianismo.
Vincent (nombre ficticio por razones de seguridad) era, además, imán de una mezquita, que se convirtió al presbiterianismo durante una estancia fuera de su país. Tras un tiempo como protestante, conoció a una mujer católica, se enamoró de ella, se casaron, y se convirtió al catolicismo.
Luego volvió a Bangladesh con su mujer, y allí no le perdonaron al antiguo líder mahometano que ahora confesase a Jesús: "Creo en Cristo, Él es mi Salvador", dice profesando su fe ante quienes le insultan y amenazan. Que pasaron a los hechos, propinándole una paliza que casi le mata y le obligó a una estancia de dos meses en el hospital.
Bangladesh tiene el islam como religión oficial, aunque no reconoce la sharia como ley y teóricamente garantiza la libertad religiosa. Pero los grupos fundamentalistas tienen cada vez un peso mayor y ejercen un dominio creciente sobre la sociedad, imponiendo su islamismo radical.
Superadas las secuelas físicas, para Vincent el problema es ahora el desprecio social. Ha tenido que cambiar varias veces de vivienda -en cuanto los vecinos conocen su caso- y ha perdido en diversas ocasiones su trabajo.
A pesar de todo, se mantiene fiel y no faltará a su cita en la iglesia durante la Semana Santa: "He renacido en Cristo", afirma, y no va a dejar de aferrarse a Él por mucho que se incrementen las coacciones.
Vincent (nombre ficticio por razones de seguridad) era, además, imán de una mezquita, que se convirtió al presbiterianismo durante una estancia fuera de su país. Tras un tiempo como protestante, conoció a una mujer católica, se enamoró de ella, se casaron, y se convirtió al catolicismo.
Luego volvió a Bangladesh con su mujer, y allí no le perdonaron al antiguo líder mahometano que ahora confesase a Jesús: "Creo en Cristo, Él es mi Salvador", dice profesando su fe ante quienes le insultan y amenazan. Que pasaron a los hechos, propinándole una paliza que casi le mata y le obligó a una estancia de dos meses en el hospital.
Bangladesh tiene el islam como religión oficial, aunque no reconoce la sharia como ley y teóricamente garantiza la libertad religiosa. Pero los grupos fundamentalistas tienen cada vez un peso mayor y ejercen un dominio creciente sobre la sociedad, imponiendo su islamismo radical.
Superadas las secuelas físicas, para Vincent el problema es ahora el desprecio social. Ha tenido que cambiar varias veces de vivienda -en cuanto los vecinos conocen su caso- y ha perdido en diversas ocasiones su trabajo.
A pesar de todo, se mantiene fiel y no faltará a su cita en la iglesia durante la Semana Santa: "He renacido en Cristo", afirma, y no va a dejar de aferrarse a Él por mucho que se incrementen las coacciones.
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