Martes, 05 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Vienen recogidos en su libro «La suerte de haber nacido en nuestro tiempo»

Los siete signos de nuestro tiempo, según Hadjadj: debemos recordar «las evidencias primeras»

Fabrice Hadjadj es uno de los pensadores católicos más lúcidos y sugerentes.
Fabrice Hadjadj es uno de los pensadores católicos más lúcidos y sugerentes.

Enrique García Romero/ReL

“Nuestro mundo es cada vez más el de la desencarnación. Nos hallamos en la época del in vitro veritas, sea el cristal de las pantallas o el vidrio de las probetas”, afirma Fabrice Hadjadj (Nanterre, Francia, 1971), filósofo y escritor de ascendencia judía y católico converso desde 1998.

Hadjadj, que dirige el Instituto Europeo de Estudios Antropológicos Philanthropos de Friburgo, considera que, en la actualidad, “la misión más espiritual es volver a descubrir la carne, desarrollar –como decía Juan Pablo II– una verdadera teología del sexo y, sobre todo, una teología de la mujer y de la maternidad”.

El pensador francés señala que “los apóstoles ya no deben limitarse a hacer milagros, sino que deben recordar las evidencias primeras: que la mujer es mujer y el hombre es hombre; que el matrimonio es entre un hombre y una mujer; que las vacas no son carnívoras; que lo natural no es una construcción convencional; que el ser no es la nada”.

Siete signos de nuestro tiempo
Hadjadj identifica siete signos presentes en nuestro tiempo:

1. Fin del progreso, comienzo de la esperanza. “Las grandes utopías políticas de los siglos XIX y XX han muerto: una afirmación que vale tanto para el comunismo como para el capitalismo”.

Cuando se destruyen las “esperanzas mundanas, la esperanza teologal puede reabrir un futuro”, pues está “afianzada en la fe en el Porvenir eterno, en Aquel cuyo nombre es”.

2. De la globalización a la catolicidad: la ecología integral. Según el pensador francés, la cuestión ecológica se ha convertido en un lugar decisivo de evangelización. “Al margen de su urgencia, la ecología conlleva la contemplación de un orden natural dado; y por lo tanto, y en última instancia, la elevación hacia un Creador de ese orden”.

El Papa Francisco, con su encíclica Laudato si y su magisterio, también pone énfasis en la importancia del cuidado de la naturaleza.  


Una de las "evidencias primeras" que, según Hadjadj, conviene recordar es que el hombre es hombre y la mujer es mujer. Lo natural no es una construcción convencional.

3. La era de la tecnología y la exigencia de la austeridad. El autor afirma que estamos en la época de la tecnología, y considera que para evangelizar, “los medios temporales pobres y sencillos son superiores a los medios temporales complejos y sofisticados”.

Piensa que el “verdadero amor al prójimo no se aprende sino acercándose a él. La esperanza en el cara a cara con Dios sólo se transmite a través del cara a cara con el otro”.

Abrirse a la amplitud de la razón
4. Frente al culto al sentimiento, la amplitud de la razón
. Hadjadj afirma que frente al pensamiento de que “lo real es lo que siento y lo que construyo”, la misión debe tener la “valentía para abrirse a la amplitud de la razón”.

Esta razón amplia “permite escapar del doble culto al capricho y al cálculo”. Para lograr esa salida, “hay que reconocer el papel auxiliar pero necesario de la filosofía y la labor conceptual pero contemplativa de la teología”.

5. Frente al desmaterialismo, el Verbo se hizo carpintero. El filósofo francés considera que “hemos pasado del paradigma de la cultura al paradigma de la ingeniería”. Ante la pérdida del sentido de la materia, Hadjadj señala que “el Verbo se hizo carne y carpintero. No es algo anecdótico. Quiso trabajar con sus manos la madera”, y “no es casualidad que recurriera con frecuencia a imágenes de los campos, de la viña, de la mostaza”.  


El Verbo se hizo carne y carpintero. Quiso trabajar con sus manos la madera.

6. Frente al dividualismo, las comunidades pequeñas. “Desde el momento en que el individuo pretende construirse solo, lo único que hace es desligarse de su origen social, reducirse él mismo a un conjunto de piezas sueltas”. Frente a ello, “nuestra época necesita más testigos que maestros”. Pero “el testimonio no debe ser sólo individual. Debe ser el testimonio de una comunidad viva, acogedora, radiante, con un atrio abierto a la calle”.  

7. Frente a “Dios” como “fórmula mágica”. El escritor converso explica que “el espiritualismo es perfectamente compatible con todas las manipulaciones de los seres vivos”. El tecnologismo “muestra una inclinación a la exaltación del espíritu y el desprecio de la carne”.

En este contexto, Dios es visto no como Padre, sino como “Referencia”. “El islamismo nos ofrece un buen ejemplo de ello”, pues reivindica a un “Dios que desprecia la cultura, la historia, las patrias...”.  


Libro que recoge las propuestas del pensador francés.

Hadjadj expuso estos signos de los tiempos en una conferencia que pronunció en la inauguración del III Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades, celebrada en Roma el 20 de noviembre de 2014.

Su intervención ha sido publicada por Ediciones Rialp en 2016 con el título La suerte de haber nacido en nuestro tiempo. Hadjadj ha obtenido varios premios de literatura en su país.
 
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