El gobierno noruego propone que los niños puedan cambiar legalmente de sexo a partir de los 7 años
El último jueves de junio, el gobierno noruego propuso que los niños puedan cambiar legalmente su sexo a partir de los 7 años con consentimiento paterno, y que a partir de los 16 puedan decidir por sí mismos si son hombres o mujeres sin necesidad de ningún diagnóstico médico.
La propuesta es la quintaesencia de la ideología de género, según la cual el sexo no es algo que viene dado por la naturaleza, sino un resultado de condicionamientos sociales de los cuales vendrían a rescatarlo este tipo de leyes cual nuevos libertadores.
"Las normas actuales en este área son inaceptables y no han cambiado desde hace casi sesenta años", afirmó Bent Hoie, ministro de Salud e impulsor de la medida, durante el día del Orgullo Gay en Oslo: "La propuesta es histórica, porque ya no serán los servicios de salud sino los individuos quienes decididirán si uno o una ha cambiado de sexo".
Si la resolución es aprobada por el Parlamento tal como la ha formulado el ejecutivo, entre los 7 y los 16 años los padres de un niño o niña podrán cambiar el sexo de su hijo en toda su documentación legal, desde pasaportes a tarjetas de la seguridad social. A partir de los 16, lo podrán hacer los menores mismos sin necesidad de consentimiento paterno. En ambos casos la medida será reversible a voluntad.
El proyecto de Hoie, quien es un destacado miembro homosexual del gobierno conservador, mantiene sin embargo que sólo los jóvenes mayores de edad (por encima de 18 años) puedan someterse a intervenciones quirúrgicas para modificar sus órganos genitales.
El lobby transgénero europeo ha recibido con satisfacción este proyecto del gabinete noruego. Pero, según informa Reuters, no les basta y quieren más: uno de sus miembros destacados, Richard Köhler, ha valorado el proyecto positivamente pero considera que lo ideal es que desaparezca incluso el límite de edad de 7 años, "para respetar la identidad de género de las jóvenes transpersonas [transpersons]".
La propuesta es la quintaesencia de la ideología de género, según la cual el sexo no es algo que viene dado por la naturaleza, sino un resultado de condicionamientos sociales de los cuales vendrían a rescatarlo este tipo de leyes cual nuevos libertadores.
"Las normas actuales en este área son inaceptables y no han cambiado desde hace casi sesenta años", afirmó Bent Hoie, ministro de Salud e impulsor de la medida, durante el día del Orgullo Gay en Oslo: "La propuesta es histórica, porque ya no serán los servicios de salud sino los individuos quienes decididirán si uno o una ha cambiado de sexo".
Si la resolución es aprobada por el Parlamento tal como la ha formulado el ejecutivo, entre los 7 y los 16 años los padres de un niño o niña podrán cambiar el sexo de su hijo en toda su documentación legal, desde pasaportes a tarjetas de la seguridad social. A partir de los 16, lo podrán hacer los menores mismos sin necesidad de consentimiento paterno. En ambos casos la medida será reversible a voluntad.
El proyecto de Hoie, quien es un destacado miembro homosexual del gobierno conservador, mantiene sin embargo que sólo los jóvenes mayores de edad (por encima de 18 años) puedan someterse a intervenciones quirúrgicas para modificar sus órganos genitales.
El lobby transgénero europeo ha recibido con satisfacción este proyecto del gabinete noruego. Pero, según informa Reuters, no les basta y quieren más: uno de sus miembros destacados, Richard Köhler, ha valorado el proyecto positivamente pero considera que lo ideal es que desaparezca incluso el límite de edad de 7 años, "para respetar la identidad de género de las jóvenes transpersonas [transpersons]".
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