«No hay guerra civil en Ucrania, hay agresión de un país vecino», dice el arzobispo Shevchuk en Roma
A medida que la crisis en Europa del Este se intensifica, el jefe de la Iglesia greco-católica en Ucrania, el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, ha criticado la guerra en su país y ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional.
En una entrevista concedida a ZENIT, su Beatitud Shevchuk subrayó que esta guerra, que ya cuenta con 2 millones de refugiados, entre ellos 140.000 niños, no es una guerra civil. A pesar de las muchas razones justificadas para que su pueblo tenga miedo, el arzobispo Shevchuk afirma que su pueblo todavía se aferran a la esperanza. Además de discutir la situación actual en Ucrania, aclara lo que se ha malinterpretado y explica lo que debe entenderse.
Los obispos ucranianos están en Roma para Visita Ad Limina. Están celebrando misa en cada una de las basílicas papales y se reúnen con el Santo Padre. La entrevista con ZENIT del arzobispo Shevchuk se realizó al finalizar la Misa con los fieles de Ucrania en la basílica de Santa María La Mayor en Roma.
-¿Podría hablar un poco sobre la situación en Ucrania?
-Bueno, la situación puede ser descrita con una palabra: guerra. Pero tengo que decir que no tenemos una guerra civil en Ucrania. Tenemos una agresión de un país extranjero en contra de los ciudadanos de Ucrania y el Estado ucraniano.
»Hace unas semanas se firmó en Minsk un alto el fuego, un acuerdo. Pero, por desgracia, no se respeta. En los últimos días, estamos siendo testigos de los vándalos brutales alrededor de la ciudad de Debáltsevo.
Pero como pastores, estamos preocupados por las personas que estan refugiados.
»Tenemos casi 2 millones de refugiados ahora en Ucrania. Oficialmente, más de 6.000 personas han muerto, en su mayoría civiles. Y 140.000 niños están refugiados. Así que estamos en presencia de la mayor catástrofe humanitaria en Europa del Este después del final de la Segunda Guerra Mundial.
-¿Qué cree usted que se debe hacer?
-Me gustaría aprovechar esta ocasión para hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que nos ayude a detener la agresión y para organizar la ayuda humanitaria internacional al pueblo de Ucrania.
-¿Cómo puede su gente a tener esperanza en medio de la guerra?
-Bueno, en primer lugar: Somos cristianos. Los cristianos siempre tienen esperanza. Pero también hay un fenómeno excepcional de movimientos de solidaridad y voluntariado en Ucrania. Casi el 80 por ciento de los ucranianos están involucrados en las diferentes acciones de los movimientos de voluntariado. Nuestras parroquias se han convertido en el centro de ese tipo de movimientos. Así que el pueblo de Ucrania está luchando por la libertad, la independencia y la integridad de nuestro país.
-Hace unas semanas, había algunas opiniones negativas expresadas por el pueblo ucraniano sobre algunos comentarios que el Papa hizo, tal vez un malentendido sobre la situación en Ucrania.
- Nosotros como cristianos, se supone que debemos ser testigos de la verdad. Así que estamos aquí para transmitir la verdad al Santo Padre por la situación de Ucrania. La verdad es que nosotros -los ucranianos- somos las víctimas. Y de acuerdo con la Sagrada Escritura, Dios siempre está con los que sufren injustamente. Dios siempre está con las víctimas. Él mismo se convirtió en una víctima en ofrenda de sí mismo en la Cruz. Es por eso que esperamos que todo el mundo cristiano esté unido en la solidaridad de Ucrania, especialmente en este difícil período de nuestra historia.
-¿Le gustaría ver a la Santa Sede cambiar su retórica con respecto a Ucrania y la situación allí?
-Bueno, nuestro deber es transmitir una verdad, no para obligar a alguien a cambiar de opinión. Pero espero que la mayor victoria de Ucrania, recientemente en Debáltsevo, sea que todo el mundo deje de hablar de guerra civil en Ucrania. Y ahora todo el mundo sabe que estamos bajo la agresión directa de un país vecino.