Se «inició» en 2001
Un párroco francés, excomulgado a instancias de la Santa Sede por pertenecer a la masonería
Se había manifestado además reiteradas veces contra el celibato sacerdotal y a favor de los preservativos y el «matrimonio» homosexual.
La Santa Sede, por medio de la Congregación para la Doctrina de la Fe, instó al obispo de Annecy (Francia), Yves Boivineau, a cesar en sus funciones a Pascal Vesin, de 43 años, párroco de Sainte-Anne d´Arly-Montjoie, en Megève, por su reiterada negativa a abandonar la masonería.
Vesin, ordenado sacerdote en 1996, se inició en una logia del Gran Oriente de Francia en el año 2001, justo el año en el que llegaba a la diócesis monseñor Boivineau. El pasado jueves ambos mantuvieron una reunión durante la cual éste fue informado de la sanción, que se hizo pública el viernes mediante un comunicado: una excomunión temporal, con prohibición de recibir los sacramentos y la suspensión de todas sus funciones sacerdotales.
Reiteradas e inútiles llamadas a la conversión
El caso se remonta a 2010, cuando el obispo recibió informaciones sobre esa filiación masónica de Vesin, que él negó. Pero en 2011 ya no pudo seguir ocultándolo, y sencillamente se negó a abandonarla alegando su "libertad absoluta de conciencia". Monseñor Boivineau fue extremadamente cauto en la aplicación de la sanción exigida por el derecho canónico, intentando dialogar y convencer a su sacerdote, hasta que en marzo pasado la Congregación para la Doctrina de la Fe, que estaba al tanto del asunto, instó al prelado a actuar pronto y radicalmente.
Aun así, según informa Risposte Catholique, consiguió ante la nunciatura un tiempo para hacer llegar la resolución al consejo presbiterial, tres de cuyos miembros hicieron un último esfuerzo por convencer al cura-masón de la incompatibilidad entre sus obediencias. El fracaso de esa gestión llevó al vicario general de la diócesis a desplazarse hasta Megêve para informar al consejo parroquial de la sanción y proveer a su sustitución para las misas.
"Tufo a homofobia"
Los fieles de Sainte-Anne d´Arly-Montjoie llevaban tiempo escuchando las opiniones de su párroco en contra del celibato sacerdotal y a favor de los preservativos y del "matrimonio" homosexual.
Mientras millones de católicos en Francia se manifestaban en contra de la ley que acaba de aprobarlo, así veía él la cuestión: "Soy un fiel defensor de la laicidad, de la ley de 1905 de separación de la Iglesia y el Estado [ley de inspiración masónica rechazada por el Papa San Pío X en la encíclica Notre charge apostolique, N. de la R.]. La Iglesia no tiene que insmiscuirse en lo temporal. Puede plantear cuestiones, abrir debates... Pero, de ahí a manifestarse... La Iglesia debe acompañar los grandes cambios sociales, pero en este caso se equivoca de combate. No se la ha visto cuando los despidos en ArcelorMittal justo antes de Navidad. Detrás de todo esto hay un tufo a homofobia".
No se le deja "en la calle"
La diócesis ha señalado que a Vesin se le levantará la pena "en cuanto manifieste claramente su decisión de volver a la Iglesia". Y se le mantendrá el sueldo entre 6 y 12 meses más.
"Hacía tiempo que tenía encima esta espada de Damocles", afirmó el cura tras conocer la sanción, "pero no creí que llegasen tan lejos". Por su parte, el secrtario de la Gran Logia Nacional de Francia, Claude Legrand, considera que la decisión es "excepcional" porque hay "un buen puñado" de sacerdotes entre sus 26.000 miembros.
Vesin, ordenado sacerdote en 1996, se inició en una logia del Gran Oriente de Francia en el año 2001, justo el año en el que llegaba a la diócesis monseñor Boivineau. El pasado jueves ambos mantuvieron una reunión durante la cual éste fue informado de la sanción, que se hizo pública el viernes mediante un comunicado: una excomunión temporal, con prohibición de recibir los sacramentos y la suspensión de todas sus funciones sacerdotales.
Reiteradas e inútiles llamadas a la conversión
El caso se remonta a 2010, cuando el obispo recibió informaciones sobre esa filiación masónica de Vesin, que él negó. Pero en 2011 ya no pudo seguir ocultándolo, y sencillamente se negó a abandonarla alegando su "libertad absoluta de conciencia". Monseñor Boivineau fue extremadamente cauto en la aplicación de la sanción exigida por el derecho canónico, intentando dialogar y convencer a su sacerdote, hasta que en marzo pasado la Congregación para la Doctrina de la Fe, que estaba al tanto del asunto, instó al prelado a actuar pronto y radicalmente.
Aun así, según informa Risposte Catholique, consiguió ante la nunciatura un tiempo para hacer llegar la resolución al consejo presbiterial, tres de cuyos miembros hicieron un último esfuerzo por convencer al cura-masón de la incompatibilidad entre sus obediencias. El fracaso de esa gestión llevó al vicario general de la diócesis a desplazarse hasta Megêve para informar al consejo parroquial de la sanción y proveer a su sustitución para las misas.
"Tufo a homofobia"
Los fieles de Sainte-Anne d´Arly-Montjoie llevaban tiempo escuchando las opiniones de su párroco en contra del celibato sacerdotal y a favor de los preservativos y del "matrimonio" homosexual.
Mientras millones de católicos en Francia se manifestaban en contra de la ley que acaba de aprobarlo, así veía él la cuestión: "Soy un fiel defensor de la laicidad, de la ley de 1905 de separación de la Iglesia y el Estado [ley de inspiración masónica rechazada por el Papa San Pío X en la encíclica Notre charge apostolique, N. de la R.]. La Iglesia no tiene que insmiscuirse en lo temporal. Puede plantear cuestiones, abrir debates... Pero, de ahí a manifestarse... La Iglesia debe acompañar los grandes cambios sociales, pero en este caso se equivoca de combate. No se la ha visto cuando los despidos en ArcelorMittal justo antes de Navidad. Detrás de todo esto hay un tufo a homofobia".
No se le deja "en la calle"
La diócesis ha señalado que a Vesin se le levantará la pena "en cuanto manifieste claramente su decisión de volver a la Iglesia". Y se le mantendrá el sueldo entre 6 y 12 meses más.
"Hacía tiempo que tenía encima esta espada de Damocles", afirmó el cura tras conocer la sanción, "pero no creí que llegasen tan lejos". Por su parte, el secrtario de la Gran Logia Nacional de Francia, Claude Legrand, considera que la decisión es "excepcional" porque hay "un buen puñado" de sacerdotes entre sus 26.000 miembros.
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