¿«Vivir como un cura»?
Un héroe que atiende en su moto 80 parroquias
La labor de los sacerdotes en un contexto de descristianización alcanza niveles titánicos.
La caída de las vocaciones en el centro de Europa ofrece cifras realmente preocupantes, que hablan de una auténtica devastación en el número de sacerdotes que trabajan en países que siguen siendo en buena medida católicos.
Un reciente estudio publicado en el país de los Alpes, titulado Los sacerdotes diocesanos en Suiza: pronósticos, interpretaciones, perspectivas, revela que el número de ellos sigue disminuyendo, hasta el punto de que su edad media es de 65 años.
Y eso provoca casos como Philippe Guitart, todo un récord. Se trata de un joven sacerdote del departamento francés del Aude, que si hace un año atendía 42 parroquias... ¡ahora atiende 80! Puede hacerlo gracias a las posibilidades de desplazamiento que le ofrece su moto, de la que apenas se baja más que para administrar los sacramentos allí donde se los piden.
Para poder visitarlas todas alguna vez y, mientras tanto, tenerlas atendidas, ha tenido que pedir a grupos de laicos que se ocupen de casi todo: catecismo, solidaridad, comunicación e incluso algunas ceremonias litúrgicas. La situación del padre Guitart evidencia que en algunas zonas de Europa los sacerdotes actúan ya, en la práctica, como misioneros, al menos en cuanto a la forma de atender grupos pequeños de fieles que además están muy distantes.
Un reciente estudio publicado en el país de los Alpes, titulado Los sacerdotes diocesanos en Suiza: pronósticos, interpretaciones, perspectivas, revela que el número de ellos sigue disminuyendo, hasta el punto de que su edad media es de 65 años.
Y eso provoca casos como Philippe Guitart, todo un récord. Se trata de un joven sacerdote del departamento francés del Aude, que si hace un año atendía 42 parroquias... ¡ahora atiende 80! Puede hacerlo gracias a las posibilidades de desplazamiento que le ofrece su moto, de la que apenas se baja más que para administrar los sacramentos allí donde se los piden.
Para poder visitarlas todas alguna vez y, mientras tanto, tenerlas atendidas, ha tenido que pedir a grupos de laicos que se ocupen de casi todo: catecismo, solidaridad, comunicación e incluso algunas ceremonias litúrgicas. La situación del padre Guitart evidencia que en algunas zonas de Europa los sacerdotes actúan ya, en la práctica, como misioneros, al menos en cuanto a la forma de atender grupos pequeños de fieles que además están muy distantes.
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