Dana: ganó Eurovisión, cantó en la JMJ, fue eurodiputada... y quizá sea presidenta de Irlanda

Durante sus cuatro años en el Parlamento Europeo fue la pesadilla de los lobbies feministas y abortistas, que la mencionaban en sus informes como su peor enemiga. Ganó el festival de Eurovisión en 1970, venciendo a un joven Julio Iglesias. Al día siguiente, lo primero que hizo por la mañana fue ir a misa. Ha publicado más de 30 discos, muchos de ellos de música cristiana. En Estados Unidos dirigió un programa para niños en la EWTN, la cadena de televisión de la Madre Angélica. Cantó el himno de la JMJ de Denver ante Juan Pablo II en 1993, y este verano estuvo en Madrid cantando en el Palacio de los Deportes ante miles de peregrinos anglohablantes. Es pariente (política) del popular sacerdote y predicador Kevin Scallon, especializado en retiros para sacerdotes, y amiga cercana de su colaboradora habitual Sor Briege McKenna, conocida por su don de sanación y autora del difundido libro-testimonio "Los Milagros Existen".
 
Es Dana Scallon, tiene 61 años, 4 hijos, un marido que la apoya en todo y se presenta a la presidencia de Irlanda. Otra vez. Porque ya lo hizo en 1997 y consiguió 175.000 votos (el 13%).

Parecía que esta vez no iba a poder presentarse. Necesitaba que varios condados apoyaran su candidatura. El de Westmeath era clave... 9 consejeros votaron en contra, pero otros 9 votaron a favor, incluyendo un laborista (socialista), Dan McCarthy, que se enfrentó a su partido para apoyar a Dana. "Aún recuerdo lo que Dana hizo en Europa a favor de los granjeros y las comunidades rurales, y soy consciente de los principios cristianos de Dana", declaró McCarthy, para enfado de su partido.

El voto del consejero jefe de Westmeath fue contrario y el decisivo. Sin Westmeath, ¿Dana se quedaba fuera de las elecciones? No: a última hora y por sorpresa recibió el apoyo del condado de Offaly. Con él, Dana va a las urnas.

Lo primero que hizo al saber la noticia fue salir a la calle a hacer campaña: besar niños, saludar fans, ir a la peluquería a hablar con señoras (su padre y abuelo fueron peluqueros), y presentar por todas partes un programa basado en ideales claros católicos, pro-vida, pro-familia y pro-valores. Esperanza, esperanza, mucha esperanza. Con su clásica chaqueta verde clara, que parece la misma que en las elecciones de 1997: ¡austeridad!

El país está alborotado. El dinero, que parecía que iba a dar la felicidad a Irlanda, se ha esfumado. El prestigio de los políticos profesionales y sus partidos es escaso. Así que Dana va a intentarlo otra vez. Conoce mundo: ha vivido en EEUU, ha hecho política en el Europarlamento, se sabe los trucos sucios de pasillo y se niega a caer en ellos. No es mujer de partido, es del pueblo. Enfrente tendrá tres candidatos apoyados por sus partidos y otros tres independientes. Uno es un ex ministro laborista, otro es un activista del homosexualismo político, otro pudo ser (aunque no lo admite) un comandante del IRA. ¿Quién sabe? Dana puede ganar. Y si no, permitirá contar cuántos votos genera esta vez una opción pro-valores. ¿Verá Europa una presidenta católica de verdad en Irlanda?