Francisco Vázquez, ex dirigente del PSOE: «La izquierda ha vuelto al anticlericalismo del siglo XIX»
El ex embajador de España ante el Vaticano ha concedido una entrevista al diario ABC en la que afirma que «las falacias sobre supuestos privilegios de la Iglesia católica ponen en entredicho los valores de la Transición», y que afirma que la alianza PSOE-Podemos en Valencia es «un laboratorio de ideas para quebrar la libertad religiosa».
-¿Los gobiernos populistas están poniendo en riesgo los acuerdos alcanzados en la Transición?
-Lo que está ahora mismo en entredicho es toda la Transición. Estamos viviendo un ataque por parte de gobiernos autonómicos y municipales contra los valores de la reconciliación y el propio contenido de la Constitución, como los relativos a la unidad de España o a la libertad religiosa.
-¿Cuál cree que es el objetivo de esas políticas?
-Esos ataques buscan la división entre los españoles. La Transición superó conflictos como el territorial, el militar o el religioso gracias a un acuerdo generoso en el que primó el diálogo. Ahora, se ataca al propio sistema democrático a través del hecho religioso.
-Usted ha denunciado el caso del nuevo Gobierno de Valencia como ejemplo de esos ataques.
-Valencia se ha convertido en un laboratorio de ideas del poder municipal y autonómico a través del cual se vierten falsedades con malicia contra la Iglesia católica que, si no se contrarestan, se asientan en la opinión pública. Por eso, hay que desmontar muchas de las falacias que permanentemente se deslizan desde algunas instituciones políticas acerca del papel y función de la Iglesia católica en España.
-¿A qué falsedades se refiere?
-Por ejemplo, es una falacia sostener que la Iglesia católica tenga privilegios en España o goce de una situación de excepción.
-Joan Ribó y otros alcaldes piensan lo contrario y se han marcado como objetivo que los ayuntamientos cobren el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a la Iglesia católica.
-El ataque a la Iglesia católica respecto al IBI es falso, ya que no disfruta de una exención especial. En España hay centenares de instituciones sin finalidad lucrativa, entre ellas los partidos políticos y los sindicatos, que no pagan este impuesto.
-¿Cree, sin embargo, que solo se implantará el cobro del impuesto a los locales de la Iglesia?
-Hay que dejar claro que la ley que regula el IBI es estatal, lo que revela la ignorancia de algunos responsables públicos, que no es más que una manifestación de su sectarismo. Están haciendo un brindis al sol porque ese impuesto no puede ser modificado ni por ayuntamientos ni por autonomías. Es competencia exclusiva de las Cortes Generales.
-¿Como exembajador en El Vaticano, que opina sobre la revisión de los acuerdos con la Santa Sede que reclama dirigentes de izquierdas?
-Esta es otra de las peticiones que evidencian la ignorancia y el sectarismo, ya que hablan de un Concordato que se derogó. En la actualidad hay acuerdos entre el Gobierno y la Santa Sede posteriores a la Constitución que fueron aprobados por una amplísma mayoría en el Congreso y en el Senado, similares a los que están en vigor en el resto de países de la Unión Europea.
-¿A qué atribuye entonces las tesis de los grupos de izquierdas?
-En España la situación de la Iglesia católica no difiere en nada respecto a las confesiones religiosas de los países de nuestro entorno. Se trata de un contencioso que solo está en la imaginación de quienes lo plantean. Por eso sostengo que es necesario contrarrestar esos ataques. En Inglaterra, Italia o Noruega, por citar solo algunos casos, el hecho religioso está más amparado que en España. Por ejemplo, la enseñanza de religión goza de mucha mayor protección.
-¿A qué se debe entonces el debate abierto en nuestro país?
-En España ha surgido un embate totalitario que intenta imponer una doctrina de Estado para acabar con el sistema actual de convivencia. Esta situación contrasta con los países más desarrollados de nuestro entorno. En ningún país europeo existen a día de hoy problemas en este sentido y se respeta la libertad religiosa.
-¿Resulta necesario alzar la voz para poner en valor el papel de la Iglesia?
-Hay que desmontar falacias que pueden asentarse en la opinión pública como hechos ciertos. En España, las políticas sociales las están desarrollando instituciones cristianas y no los partidos de izquierdas. Hoy en día, la Iglesia, a través de entidades como Cáritas o Manos Unidas, realiza un gran esfuerzo para suplir las carencias del Estado en materias como la educación o la sanidad. Además, da respuesta a necesidades de colectivos como los inmigrantes, los antiguos reclusos o las mujeres maltratadas.
-¿Qué opina de la posición de su partido, el PSOE, respecto al debate sobre la relación entre la iglesia y el Estado?
-La libertad religiosa se está conculcando en cuestiones relativas a la educación o suprimiendo el derecho fundamental a la objeción de conciencia. Por ello, resulta sorprendente que algunos dirigentes vinculados al PSOE no es que vayan en contra de la Iglesia, es que van en contra de las políticas y de las disposiciones y las leyes establecidas por gobiernos socialistas, como el modelo de educación concertada que tan buenos resultados ha deparado.
-¿Dónde está la izquierda actual ante esta situación?
-Los partidos de izquierdas se hallan inmersos en luchas de poder internas para la elección de sus líderes, pero no en desarrollar políticas para combatir las desigualdades. En estos momentos, las entidades que están aplicando la doctrina social de la Iglesia son las cristianas. No reconocer su papel revela el nivel de atraso de la izquierda en España, que ha vuelto al anticlericalismo del siglo XIX.
-¿Qué opina de la moción para eliminar los símbolos religiosos en espacios municipales aprobada por el Ayuntamiento de Valencia con los votos a favor del PSOE?
-El laicismo pretende ser una religión de Estado para imponer sus principios y sus doctrinas por la fuerza de la ley. Esta medida en concreto persigue implantar posiciones ideológicas y establecer prohibiciones. En España no se impone ni la religión católica ni sus símbolos. Existe una tolerancia absoluta que ahora se pretende trastocar con este tipo de medidas para prohibir su presencia. Gracias a la Constitución, gozamos de la aconfesionalidad del Estado, por lo que iniciativas como la que me pregunta reflejan las tendencias totalitarias de estos grupos.
-¿Encuadra en este tipo de políticas la revisión del modelo de educación concertada que están planteando gobiernos autonómicos valenciano o balear?
-Estos planteamientos forman parte de los ataques a los principios de libertad religiosa. Hay que recordar que el sistema de educación concertada en España lo estableció un Gobierno de izquierdas presidido por Felipe González. Es un modelo que ha garantizado la libertad de los padres para escoger la educación de sus hijos que ha deparado unos resultados magníficos, con más de dos millones de alumnos. Además, es un gran ahorro para las arcas del Estado.
-¿Los gobiernos populistas están poniendo en riesgo los acuerdos alcanzados en la Transición?
-Lo que está ahora mismo en entredicho es toda la Transición. Estamos viviendo un ataque por parte de gobiernos autonómicos y municipales contra los valores de la reconciliación y el propio contenido de la Constitución, como los relativos a la unidad de España o a la libertad religiosa.
-¿Cuál cree que es el objetivo de esas políticas?
-Esos ataques buscan la división entre los españoles. La Transición superó conflictos como el territorial, el militar o el religioso gracias a un acuerdo generoso en el que primó el diálogo. Ahora, se ataca al propio sistema democrático a través del hecho religioso.
-Usted ha denunciado el caso del nuevo Gobierno de Valencia como ejemplo de esos ataques.
-Valencia se ha convertido en un laboratorio de ideas del poder municipal y autonómico a través del cual se vierten falsedades con malicia contra la Iglesia católica que, si no se contrarestan, se asientan en la opinión pública. Por eso, hay que desmontar muchas de las falacias que permanentemente se deslizan desde algunas instituciones políticas acerca del papel y función de la Iglesia católica en España.
-¿A qué falsedades se refiere?
-Por ejemplo, es una falacia sostener que la Iglesia católica tenga privilegios en España o goce de una situación de excepción.
-Joan Ribó y otros alcaldes piensan lo contrario y se han marcado como objetivo que los ayuntamientos cobren el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a la Iglesia católica.
-El ataque a la Iglesia católica respecto al IBI es falso, ya que no disfruta de una exención especial. En España hay centenares de instituciones sin finalidad lucrativa, entre ellas los partidos políticos y los sindicatos, que no pagan este impuesto.
-¿Cree, sin embargo, que solo se implantará el cobro del impuesto a los locales de la Iglesia?
-Hay que dejar claro que la ley que regula el IBI es estatal, lo que revela la ignorancia de algunos responsables públicos, que no es más que una manifestación de su sectarismo. Están haciendo un brindis al sol porque ese impuesto no puede ser modificado ni por ayuntamientos ni por autonomías. Es competencia exclusiva de las Cortes Generales.
-¿Como exembajador en El Vaticano, que opina sobre la revisión de los acuerdos con la Santa Sede que reclama dirigentes de izquierdas?
-Esta es otra de las peticiones que evidencian la ignorancia y el sectarismo, ya que hablan de un Concordato que se derogó. En la actualidad hay acuerdos entre el Gobierno y la Santa Sede posteriores a la Constitución que fueron aprobados por una amplísma mayoría en el Congreso y en el Senado, similares a los que están en vigor en el resto de países de la Unión Europea.
-¿A qué atribuye entonces las tesis de los grupos de izquierdas?
-En España la situación de la Iglesia católica no difiere en nada respecto a las confesiones religiosas de los países de nuestro entorno. Se trata de un contencioso que solo está en la imaginación de quienes lo plantean. Por eso sostengo que es necesario contrarrestar esos ataques. En Inglaterra, Italia o Noruega, por citar solo algunos casos, el hecho religioso está más amparado que en España. Por ejemplo, la enseñanza de religión goza de mucha mayor protección.
-¿A qué se debe entonces el debate abierto en nuestro país?
-En España ha surgido un embate totalitario que intenta imponer una doctrina de Estado para acabar con el sistema actual de convivencia. Esta situación contrasta con los países más desarrollados de nuestro entorno. En ningún país europeo existen a día de hoy problemas en este sentido y se respeta la libertad religiosa.
-¿Resulta necesario alzar la voz para poner en valor el papel de la Iglesia?
-Hay que desmontar falacias que pueden asentarse en la opinión pública como hechos ciertos. En España, las políticas sociales las están desarrollando instituciones cristianas y no los partidos de izquierdas. Hoy en día, la Iglesia, a través de entidades como Cáritas o Manos Unidas, realiza un gran esfuerzo para suplir las carencias del Estado en materias como la educación o la sanidad. Además, da respuesta a necesidades de colectivos como los inmigrantes, los antiguos reclusos o las mujeres maltratadas.
-¿Qué opina de la posición de su partido, el PSOE, respecto al debate sobre la relación entre la iglesia y el Estado?
-La libertad religiosa se está conculcando en cuestiones relativas a la educación o suprimiendo el derecho fundamental a la objeción de conciencia. Por ello, resulta sorprendente que algunos dirigentes vinculados al PSOE no es que vayan en contra de la Iglesia, es que van en contra de las políticas y de las disposiciones y las leyes establecidas por gobiernos socialistas, como el modelo de educación concertada que tan buenos resultados ha deparado.
-¿Dónde está la izquierda actual ante esta situación?
-Los partidos de izquierdas se hallan inmersos en luchas de poder internas para la elección de sus líderes, pero no en desarrollar políticas para combatir las desigualdades. En estos momentos, las entidades que están aplicando la doctrina social de la Iglesia son las cristianas. No reconocer su papel revela el nivel de atraso de la izquierda en España, que ha vuelto al anticlericalismo del siglo XIX.
-¿Qué opina de la moción para eliminar los símbolos religiosos en espacios municipales aprobada por el Ayuntamiento de Valencia con los votos a favor del PSOE?
-El laicismo pretende ser una religión de Estado para imponer sus principios y sus doctrinas por la fuerza de la ley. Esta medida en concreto persigue implantar posiciones ideológicas y establecer prohibiciones. En España no se impone ni la religión católica ni sus símbolos. Existe una tolerancia absoluta que ahora se pretende trastocar con este tipo de medidas para prohibir su presencia. Gracias a la Constitución, gozamos de la aconfesionalidad del Estado, por lo que iniciativas como la que me pregunta reflejan las tendencias totalitarias de estos grupos.
-¿Encuadra en este tipo de políticas la revisión del modelo de educación concertada que están planteando gobiernos autonómicos valenciano o balear?
-Estos planteamientos forman parte de los ataques a los principios de libertad religiosa. Hay que recordar que el sistema de educación concertada en España lo estableció un Gobierno de izquierdas presidido por Felipe González. Es un modelo que ha garantizado la libertad de los padres para escoger la educación de sus hijos que ha deparado unos resultados magníficos, con más de dos millones de alumnos. Además, es un gran ahorro para las arcas del Estado.
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