Extremadura quita una hora a Religión y se la da a Ciudadanía: una ley laicista y polémica
El próximo curso académico comenzará en Extremadura cargado de polémica después de que el gobierno regional, liderado por el socialista Guillermo Fernández Vara, haya sacado adelante el nuevo decreto por el que se establece el currículo de Educación Secundaria y Bachillerato.
Con el texto, ya recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia, se recupera Educación para la Ciudadanía y se resten horas lectivas a Religión en favor de las materias troncales.
Aprovechando los pocos salvoconductos que permite la Ley para la mejora de la calidad educativa (Lomce), Fernández Vara sustituye el anterior decreto del ‘popular’ José Antonio Monago en el ámbito para “garantizar una educación de calidad que alcance a todo el alumnado” y vuelve a implantar en las aulas Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Se recupera como materia de libre configuración autonómica y se convierte en obligatoria en 2º de ESO durante una hora a la semana.
Además, con el fin de dar “más valor” a las asignaturas troncales de ambos ciclos, que según la Junta de Extremadura corresponde a criterios pedagógicos, la Religión se ve perjudicada. En 1º de ESO, esta asignatura pasará a partir de septiembre de contar con dos horas a sólo una.
Los mismo que sucederá en 1º de Bachillerato, que como novedad, los chavales que opten por esta hora también estarán obligados a cursar otra hora semana de Ética. Y viceversa.
Hasta este curso, como sucede en la mayoría de territorios autonómicos, los estudiantes de Bachillerato que optan por matricularse en Religión cuentan con dos horas semanales. Al igual que los que se decantan por Ética. Con su modificación, el ejecutivo de Fernández Vara lo que viene a hacer es vincular estas dos asignaturas en el recorrido de los adolescentes de manera obligatoria.
Algo que no ha gustado nada a las diócesis extremeñas que han presentado un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia contra el decreto autonómico. El arzobispado de Badajoz se refiere a que el texto “suprime el 50% de clases de Religión en 1º de ESO y en 1º de Bachillerato”, y que en este último curso se “obliga” al alumno que escoja Religión “optar por una nueva asignatura de nueva creación”: Ética y Ciudadanía.
Consideran que “se elude la aplicación de la Lomce, que obliga a implantar en el próximo curso en 2º de Bachillerato la asignatura de Religión y moral católica, siempre como voluntaria”.
Optativa, tal y como se recoge en la ley Wert, y que provocó que este curso que acaba de terminar los alumnos de Religión católica en los institutos públicos pasase de 67.807 a 130.078 en toda España, después de que la norma estableciese que esta asignatura sirva para calcular la nota media final y, por tanto, también para conseguir becas y ayudas.
Desde el Partido Popular, el nuevo decreto ha sido tachado en boca de la portavoz parlamentaria Pilar Pérez como “guerra ideológica” al enfrentar la asignatura de Religión con la de Educación para la Ciudadanía. “Se trata de un decreto ideológico que no tiene ningún sentido”, ha afirmado Pérez, quien ha pedido a la consejera de Educación extremeña que “vuelva a la senda del diálogo”.
Está por ver si el Tribunal Superior de la comunidad autónoma se pronuncia antes de que suene el primer timbre del curso en los primeros días de septiembre. Si no es así, o si lo hace para no admitir el recurso, el próximo curso los alumnos compartirán en la misma mochila los libros de Religión y Ética.
Con el texto, ya recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia, se recupera Educación para la Ciudadanía y se resten horas lectivas a Religión en favor de las materias troncales.
Aprovechando los pocos salvoconductos que permite la Ley para la mejora de la calidad educativa (Lomce), Fernández Vara sustituye el anterior decreto del ‘popular’ José Antonio Monago en el ámbito para “garantizar una educación de calidad que alcance a todo el alumnado” y vuelve a implantar en las aulas Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Se recupera como materia de libre configuración autonómica y se convierte en obligatoria en 2º de ESO durante una hora a la semana.
Además, con el fin de dar “más valor” a las asignaturas troncales de ambos ciclos, que según la Junta de Extremadura corresponde a criterios pedagógicos, la Religión se ve perjudicada. En 1º de ESO, esta asignatura pasará a partir de septiembre de contar con dos horas a sólo una.
Los mismo que sucederá en 1º de Bachillerato, que como novedad, los chavales que opten por esta hora también estarán obligados a cursar otra hora semana de Ética. Y viceversa.
Hasta este curso, como sucede en la mayoría de territorios autonómicos, los estudiantes de Bachillerato que optan por matricularse en Religión cuentan con dos horas semanales. Al igual que los que se decantan por Ética. Con su modificación, el ejecutivo de Fernández Vara lo que viene a hacer es vincular estas dos asignaturas en el recorrido de los adolescentes de manera obligatoria.
Algo que no ha gustado nada a las diócesis extremeñas que han presentado un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia contra el decreto autonómico. El arzobispado de Badajoz se refiere a que el texto “suprime el 50% de clases de Religión en 1º de ESO y en 1º de Bachillerato”, y que en este último curso se “obliga” al alumno que escoja Religión “optar por una nueva asignatura de nueva creación”: Ética y Ciudadanía.
Consideran que “se elude la aplicación de la Lomce, que obliga a implantar en el próximo curso en 2º de Bachillerato la asignatura de Religión y moral católica, siempre como voluntaria”.
Optativa, tal y como se recoge en la ley Wert, y que provocó que este curso que acaba de terminar los alumnos de Religión católica en los institutos públicos pasase de 67.807 a 130.078 en toda España, después de que la norma estableciese que esta asignatura sirva para calcular la nota media final y, por tanto, también para conseguir becas y ayudas.
Desde el Partido Popular, el nuevo decreto ha sido tachado en boca de la portavoz parlamentaria Pilar Pérez como “guerra ideológica” al enfrentar la asignatura de Religión con la de Educación para la Ciudadanía. “Se trata de un decreto ideológico que no tiene ningún sentido”, ha afirmado Pérez, quien ha pedido a la consejera de Educación extremeña que “vuelva a la senda del diálogo”.
Está por ver si el Tribunal Superior de la comunidad autónoma se pronuncia antes de que suene el primer timbre del curso en los primeros días de septiembre. Si no es así, o si lo hace para no admitir el recurso, el próximo curso los alumnos compartirán en la misma mochila los libros de Religión y Ética.
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