Murió Bolinaga, que secuestró 532 días a Ortega Lara: «Descanse en paz», dice Ortega, que le perdonó
El etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga murió de cáncer el 16 de enero a los 60 años. Arrastró la enfermedad durante 10 años. Fue terrorista de ETA desde 1983, encarcelado desde 1997 y en libertad desde septiembre de 2012 por “enfermedad terminal”.
Mató a tres guardias civiles, participó en el secuestro del empresario Julio Iglesias Zamora en 1993 y mantuvo encerrado en un zulo diminuto en condiciones inhumanas al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara durante 532 días, probablemente el encierro forzado en un cubículo más largo de la historia reciente.
«Siempre dije que, una vez puesto en libertad, a ver si le servía para reflexionar; y ahora una vez muerto espero que tenga la paz que en vida no encontró», declaró Ortega Lara este lunes 19 de enero.
Hace mucho que, como cristiano, Ortega Lara perdonó a los criminales que le mantuvieron 532 días enterrado en vida.
Militante en la actualidad del partido Vox pide, eso sí, que el Gobierno español haga pública la lista de cuántos presos han muerto en las cárceles españolas y cuántos «fueron a su casa a morir con una semana o más de vida».
Ortega Lara, al ser liberado después de 532 días
Los sentimientos de Ortega Lara
En una entrevista con Pedro J. Ramírez en mayo de 2014 habló de sus sentimientos respecto a Bolinaga, en libertad por “enfermedad terminal”:
-¿Qué siente al verlo [a Bolinaga] ahora por la calle o en su casa?
-Intento vivir sin miedo, sin odio, sin olvido y perdonando. Yo a él ya le he perdonado. Me ha costado mucho pero al final el perdón es positivo porque te quitas una carga de encima. El otro ni siquiera sabe si le odias, le da igual, sólo te haces daño a ti mismo.... Que Dios le conserve la vida y espero que le sirva para darse cuenta del mucho daño que ha hecho y de lo afortunado que es porque en las cárceles hay muchos reclusos con peor salud que la suya.
-¿Y el Estado debe perdonarle?
-No. La acción de la Justicia debe continuar de oficio. El perdón incumbe solamente al victimario y a la víctima. Focalizar todo en el perdón es una maniobra de despiste.
-¿Sería capaz de hablar con Bolinaga?
-Después de todo aquel suplicio... No me lo he planteado. No puedo decir ni que sí ni que no... Me costaría mucho.
Sobrevivió sólo por la fe
No se conoce ningún otro caso de persona encerrada en un cubículo pequeño durante 532 días por parte de unos captores.
Ortega Lara sólo sobrevivió por su fe, y de hecho intentó suicidarse dos veces, como contó en la entrevista de 2014.
-Usted ha comentado que se le pasó por la cabeza suicidarse, ¿pero hasta qué punto llegó a madurar la idea?
-Lo programé, lo preparé y lo ensayé.
-¿Cómo que lo «ensayó»?
-Sí, dos veces. La primera cortándome estas venas de la mano, aquí en la parte posterior de la muñeca. Sangré mucho y me desmayé. [...]
-¿Y el segundo «ensayo»?
-Fue el más definitivo, por decirlo así. Pasaron unos 15 días. Se acercaba ya el 27 de junio, que era nuestro aniversario de boda. Era la fecha que me había puesto como límite. Trencé una cuerda con jirones de bolsas de basura de plástico, me la puse al cuello, la colgué del clavo del que pendía la hamaca en la que dormía, apoyé la silla sobre dos patas, me até las manos a la espalda y... […]
-¿Si no fuera creyente se habría suicidado?
-Con toda probabilidad. Para un creyente el suicidio es lo más degradante, lo más humillante. Cada vez que me lo planteaba me sentía fatal conmigo mismo. Pero aquel dolor era insoportable.
Rutina y oración
La fe le dio aguante. Poco después de su liberación afirmaba que durante el secuestro “procuraba hacer ejercicio todos los días, leer y rezar, rezaba hasta nueve rosarios al día”. Y en la entrevista de 2014 explicó:
- Me aferré a tres cosas: a mi familia, hablando todos los días en voz alta con mi mujer, a la oración y al sentido del método que me enseñaron los salesianos. Todos los días igual: te levantas, te aseas, haces los estiramientos, lees, rezas, limpias el habitáculo... Aunque tuviera el alma dolorida y el cuerpo destrozado nunca abandoné ese método.
Muchos que oraron por él
Desde fuera, Ortega Lara contaba también con la oración de muchos. La cuñada de Ortega Lara es religiosa de clausura en Madrid y puso en pie de oración a una multitud de personas. Tras la liberación, la religiosa explicó: “estoy verdaderamente admirada con mi familia, porque nunca les he oído maldecir, ni insultar a los secuestradores, ni palabras de rencor. La fe, el amor y la unión de todos se la debemos a mis padres”.
Ortega Lara explicó también en un escrito sobre la oración: “Mi fe en Dios permaneció viva entonces, durante mi secuestro, y lo sigue estando ahora; no se resquebrajó a pesar de la dura experiencia vivida, sino que pienso que salió fortalecida. Confiaba y confío en Dios”.
Y concluía: “Sé que Dios nunca me abandonará y eso me reconforta y me ayuda a seguir viviendo”.
Mató a tres guardias civiles, participó en el secuestro del empresario Julio Iglesias Zamora en 1993 y mantuvo encerrado en un zulo diminuto en condiciones inhumanas al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara durante 532 días, probablemente el encierro forzado en un cubículo más largo de la historia reciente.
«Siempre dije que, una vez puesto en libertad, a ver si le servía para reflexionar; y ahora una vez muerto espero que tenga la paz que en vida no encontró», declaró Ortega Lara este lunes 19 de enero.
Hace mucho que, como cristiano, Ortega Lara perdonó a los criminales que le mantuvieron 532 días enterrado en vida.
Militante en la actualidad del partido Vox pide, eso sí, que el Gobierno español haga pública la lista de cuántos presos han muerto en las cárceles españolas y cuántos «fueron a su casa a morir con una semana o más de vida».
Ortega Lara, al ser liberado después de 532 días
Los sentimientos de Ortega Lara
En una entrevista con Pedro J. Ramírez en mayo de 2014 habló de sus sentimientos respecto a Bolinaga, en libertad por “enfermedad terminal”:
-¿Qué siente al verlo [a Bolinaga] ahora por la calle o en su casa?
-Intento vivir sin miedo, sin odio, sin olvido y perdonando. Yo a él ya le he perdonado. Me ha costado mucho pero al final el perdón es positivo porque te quitas una carga de encima. El otro ni siquiera sabe si le odias, le da igual, sólo te haces daño a ti mismo.... Que Dios le conserve la vida y espero que le sirva para darse cuenta del mucho daño que ha hecho y de lo afortunado que es porque en las cárceles hay muchos reclusos con peor salud que la suya.
-¿Y el Estado debe perdonarle?
-No. La acción de la Justicia debe continuar de oficio. El perdón incumbe solamente al victimario y a la víctima. Focalizar todo en el perdón es una maniobra de despiste.
-¿Sería capaz de hablar con Bolinaga?
-Después de todo aquel suplicio... No me lo he planteado. No puedo decir ni que sí ni que no... Me costaría mucho.
Sobrevivió sólo por la fe
No se conoce ningún otro caso de persona encerrada en un cubículo pequeño durante 532 días por parte de unos captores.
Ortega Lara sólo sobrevivió por su fe, y de hecho intentó suicidarse dos veces, como contó en la entrevista de 2014.
-Usted ha comentado que se le pasó por la cabeza suicidarse, ¿pero hasta qué punto llegó a madurar la idea?
-Lo programé, lo preparé y lo ensayé.
-¿Cómo que lo «ensayó»?
-Sí, dos veces. La primera cortándome estas venas de la mano, aquí en la parte posterior de la muñeca. Sangré mucho y me desmayé. [...]
-¿Y el segundo «ensayo»?
-Fue el más definitivo, por decirlo así. Pasaron unos 15 días. Se acercaba ya el 27 de junio, que era nuestro aniversario de boda. Era la fecha que me había puesto como límite. Trencé una cuerda con jirones de bolsas de basura de plástico, me la puse al cuello, la colgué del clavo del que pendía la hamaca en la que dormía, apoyé la silla sobre dos patas, me até las manos a la espalda y... […]
-¿Si no fuera creyente se habría suicidado?
-Con toda probabilidad. Para un creyente el suicidio es lo más degradante, lo más humillante. Cada vez que me lo planteaba me sentía fatal conmigo mismo. Pero aquel dolor era insoportable.
Rutina y oración
La fe le dio aguante. Poco después de su liberación afirmaba que durante el secuestro “procuraba hacer ejercicio todos los días, leer y rezar, rezaba hasta nueve rosarios al día”. Y en la entrevista de 2014 explicó:
- Me aferré a tres cosas: a mi familia, hablando todos los días en voz alta con mi mujer, a la oración y al sentido del método que me enseñaron los salesianos. Todos los días igual: te levantas, te aseas, haces los estiramientos, lees, rezas, limpias el habitáculo... Aunque tuviera el alma dolorida y el cuerpo destrozado nunca abandoné ese método.
Muchos que oraron por él
Desde fuera, Ortega Lara contaba también con la oración de muchos. La cuñada de Ortega Lara es religiosa de clausura en Madrid y puso en pie de oración a una multitud de personas. Tras la liberación, la religiosa explicó: “estoy verdaderamente admirada con mi familia, porque nunca les he oído maldecir, ni insultar a los secuestradores, ni palabras de rencor. La fe, el amor y la unión de todos se la debemos a mis padres”.
Ortega Lara explicó también en un escrito sobre la oración: “Mi fe en Dios permaneció viva entonces, durante mi secuestro, y lo sigue estando ahora; no se resquebrajó a pesar de la dura experiencia vivida, sino que pienso que salió fortalecida. Confiaba y confío en Dios”.
Y concluía: “Sé que Dios nunca me abandonará y eso me reconforta y me ayuda a seguir viviendo”.
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