El Barro de la Esperanza: así se reorganizan los colegios católicos de Valencia tras las riadas
Desde el lunes 11, los niños vuelven a clase en la mayoría de colegios valencianos, aunque algunos centros especialmente afectados por las riadas no pueden volver aún a la ansiada normalidad.
La Fundación Colegios Diocesanos San Vicente Mártir tiene 8 colegios directamente afectados por las riadas, pero todos los demás se sienten implicados. "Aunque directamente la parte estructural, el edificio, no haya sido tocada, muchos profesores y personal de administración y servicios sí que viven en las zonas afectadas. Esto complica el tema de desplazamientos y sobre todo a nivel anímico", indica Miguel Ángel Coello, gerente de la Fundación.
“La mayoría de los centros han renovado la actividad docente, excepto los ocho colegios de las zonas afectadas", añade. Hay familias que temporalmente están llevando a los niños a otros centros diocesanos mientras se arregla el suyo. Y el personal de los colegios no sólo limpia y repara estos centros, sino muchas otras estructuras de los barrios.
Reforzarse en la fe
En los colegios católicos se apoyan en la fe y en la cercanía de la vivencia parroquial. ""Ha habido algunas parroquias que nos han preparado cartas para los niños. A los alumnos hay que acompañarles desde el inicio, darles mucho cariño, que es lo que necesitan, y que puedan volver a su rutina", comenta a la web de Archivalencia la directora del Colegio Diocesano María Inmaculada de Alfafar, Carmina Guerola.
La Fundación San Vicente Mártir Colegios Diocesanos ha lanzado una iniciativa peculiar llamada ‘El Barro de la Esperanza’. Sus promotores proclaman: "vamos a reforzarnos en la fe". Se difunden por Internet frases o reflexiones de ánimo y fe y se hará hasta inicios de adviento. "Sabemos que no estamos solos y hoy más que nunca necesitamos sentirnos acompañados por Dios y por los demás", recuerdan.
En este centro de Alfafar hace ya una semana que vienen a limpiar barro "profesores, familias -que además estaban limpiando su propia casa-, alumnos de Secundaria, de los últimos cursos de Primaria". También han pasado por allí "voluntarios, profesores y alumnos llegados de otros colegios, un grupo de militares del grupo de paracaidistas de Madrid, que nos quitaron el lodo. Los primeros días era brutal la solidaridad, entraba gente y nos ayudaba”.
Desescombrar, achicar agua, tareas ingentes...
En el Colegio Diocesano Nuestra Señora del Socorro de Benetússer aún no pueden empezar las clases. Familias, alumnos, ex alumnos y voluntarios no han dudado en ofrecerse a ayudar: limpieza, desescombro, achicar agua… Se ha hecho mucho, pero todavía hay mucho más por hacer.
El agua destruyó por completo la entrada y el muro perimetral y arrasó prácticamente la planta baja.
“Desde el primer día, en que apenas podíamos acceder, nos pusimos a trabajar…se contrató albañilería y se trabajó en asegurar el perímetro”, explican desde el colegio. “Ya nos han visitado los arquitectos para comprobar que no había daños estructurales y nos confirmaron que no los hay. Por lo que a día de hoy, se sigue trabajando para recuperar la funcionalidad cuanto antes”.
“Pese al dolor, la gente ha venido a ayudar. Muchas de las personas que venían aquí han perdido sus casas, sus comercios, sin embargo han estado aquí echándonos una mano”, indican desde el centro escolar.
En el edificio de la calle Cervantes, al que acuden los alumnos de Secundaria y Bachillerato, la planta baja se vio anegada de agua y de igual manera quedaron afectadas el aula de Arte, que está en semisótano y la de Idiomas. “Algunos nenes que están en otros coles les dicen a sus madres si esta situación va a ser por mucho tiempo porque ellos quieren volver a sus colegios”, comenta Raquel Hernández directora del Colegio Diocesano San Antonio de Padua II de Catarroja.
Limpiando barro en el colegio San Antonio de Padua de Catarroja.
Primeras clases, con lodo hasta las rodillas
En Catarroja, explican, los primeros días las clases las hacían "con el lodo que nos llegaba hasta las rodillas. Empezamos a sacar mobiliario, material, libros… A partir de ahí, todos los días ha sido un trabajo durísimo de todo el claustro, y de muchísimos voluntarios que han venido”, comenta Raquel. "La gente se volcó, si no hubiera sido por ellos no lo hubiéramos conseguido. Los profes están dando el máximo”, asegura el Jefe de estudios, Javier Palenciano. “Intentaremos volver cuando nos dejen y por eso estamos preparando el colegio para poder reanudar las clases lo antes posible”.
Jaume Senabre, jefe del departamento de Humanidades, considera que "esta catástrofe nos va a hacer más fuertes todavía. Por el momento ya nos ha mostrado la enorme solidaridad de las personas". Algunos, con la casa ya destrozada, al ver que no podían hacer nada en su casa, "han venido a levantar lo que ellos consideran su segunda casa", dice la directora Raquel Hernández.
Repartir comidas a vecinos y voluntarios
También hay colegios reconvertidos en centros de almacén y distribución. El colegio Virgen al Pie de la Cruz de Puçol desde el primer momento recogió comida y se puso a elaborar sus comidas para repartir a vecinos y voluntarios. Los colegios también reciben materiales que llegan de otros colegios católicos y diocesanos de toda España.
Un gesto afectuoso es el de colegios de topa España que escriben cartas de apoyo a alumnos y profesores de los colegios valencianos, con mensajes de cercanía y ánimo: serán entregadas en los centros una vez reanuden la actividad.
También se repasa las necesidades que hay que reponer cuanto antes: mobiliario, material informático, electrodomésticos para la cocina, son algunos de los productos que varias entidades han puesto a disposición de los colegios. La Fundación cruza las necesidades de cada centro con lo que ofrecen los donantes.
Un gran acto conjunto el 28 de noviembre
El próximo 22 de noviembre, la reunión de equipos directivos de la Fundación contará con el testimonio de representantes de los colegios afectados, “no tanto sobre el daño que han sufrido, sino con el testimonio de qué se puede sacar de todo esto”. El 28 de noviembre «hemos propuesto una actividad conjunta para todos los colegios. A las 12 horas todos los centros trabajarán reflexiones sobre lo ocurrido, reflexiones sobre la esperanza, conocerán testimonios y rezarán una oración común. Todo ello a través de varios materiales que estamos trabajando para distribuir a los colegios».