Monseñor Mario Iceta
Obispo de Bilbao señala que el fúturo Gobierno vasco debe priorizar una convivencia pacífica
El obispo de Bilbao, monseñor Mario Iceta, afirma que, además de hacer frente a la crisis, el futuro Gobierno vasco debe tener como prioridad la consolidación de una "convivencia pacífica" que ponga fin a "largos años de sufrimiento". El prelado bilbaíno destaca, además, la importancia de la "reconciliación" y el "perdón" para lograr "fundamentos sólidos sobre los que construir".
En una entrevista a Onda Vasca, recogida por Europa Press, el prelado se ha felicitado porque las elecciones autonómicas vascas hayan transcurrido "en paz" y "con la posibilidad de que todos puedan participar".
A su juicio, los resultados reflejan "un panorama plural" de las opciones políticas, porque ninguna formación "alcanza una mayoría absoluta", lo que obliga a "pactos, encuentros, políticas más elaboradas".
Destaca también el porcentaje de abstención, de más del 30 por ciento, que "habría que valorar", porque, a su juicio, que en una situación de "crisis y de consolidación de la paz" haya parte del electorado "que no se posiciones en las urnas", debería "hacer pensar".
Respecto a las prioridades del futuro Gobierno, precisa que "la primera, fundamental" debe ser la crisis y sus consecuencias, entre ellas el paro. También considera prioritario para el próximo Ejecutivo el logro de la consolidación de "una convivencia pacífica" para concluir "con satisfacción" los "largos años de dificultad y sufrimiento" tras la desaparición de las "acciones violentas".
Reconciliación
Monseñor Iceta considera que existe "una voluntad" de "todas las partes" para instaurar "una convivencia pacífica, cada uno desde sus responsabilidades". Aunque ha destacado el trabajo de los políticos pero ha advertido que no sólo a ellos corresponde esta labor, sino " a toda la sociedad".
"Ha habido una apuesta de muchas personas, muchas asociaciones, y también de la Iglesia, que ha hecho una labor callada y, muchas veces, también pública, no sólo a nivel de las cabezas, de los obispos, con un amplísimo cuerpo doctrinal, sino con distintas asociaciones, cuerpos y parroquias implicadas en crear este clima de paz", ha recordado.
Para el prelado, en esta situación existen "dos niveles", uno que es "el rechazo de toda violencia" y "una apuesta decidida porque las ideas sean debatidas siempre en el espacio democrático".
El segundo nivel, "más moral", se encuentra relacionado con "la cuestión de la reconciliación" que "siempre atañe a algo interior, la cuestión del perdón, que, en último término, es un don de Dios". "Aquí hay un plus", ha dicho.
Para el obispo de Bilbao, existiría un "denominador común", que sería "el rechazo de toda esa violencia, ese darse cuenta del daño que se ha hecho y reconocerlo e intentar repararlo en la medida de lo posible, aunque hay daños tan irreparables como la pérdida de vidas humanas".
El "nivel más moral, más profundo, sería el de la reconciliación e "incluso ése del perdón, muy importante para tener unos fundamentos sólidos y básicos sobre los que construir".
En una entrevista a Onda Vasca, recogida por Europa Press, el prelado se ha felicitado porque las elecciones autonómicas vascas hayan transcurrido "en paz" y "con la posibilidad de que todos puedan participar".
A su juicio, los resultados reflejan "un panorama plural" de las opciones políticas, porque ninguna formación "alcanza una mayoría absoluta", lo que obliga a "pactos, encuentros, políticas más elaboradas".
Destaca también el porcentaje de abstención, de más del 30 por ciento, que "habría que valorar", porque, a su juicio, que en una situación de "crisis y de consolidación de la paz" haya parte del electorado "que no se posiciones en las urnas", debería "hacer pensar".
Respecto a las prioridades del futuro Gobierno, precisa que "la primera, fundamental" debe ser la crisis y sus consecuencias, entre ellas el paro. También considera prioritario para el próximo Ejecutivo el logro de la consolidación de "una convivencia pacífica" para concluir "con satisfacción" los "largos años de dificultad y sufrimiento" tras la desaparición de las "acciones violentas".
Reconciliación
Monseñor Iceta considera que existe "una voluntad" de "todas las partes" para instaurar "una convivencia pacífica, cada uno desde sus responsabilidades". Aunque ha destacado el trabajo de los políticos pero ha advertido que no sólo a ellos corresponde esta labor, sino " a toda la sociedad".
"Ha habido una apuesta de muchas personas, muchas asociaciones, y también de la Iglesia, que ha hecho una labor callada y, muchas veces, también pública, no sólo a nivel de las cabezas, de los obispos, con un amplísimo cuerpo doctrinal, sino con distintas asociaciones, cuerpos y parroquias implicadas en crear este clima de paz", ha recordado.
Para el prelado, en esta situación existen "dos niveles", uno que es "el rechazo de toda violencia" y "una apuesta decidida porque las ideas sean debatidas siempre en el espacio democrático".
El segundo nivel, "más moral", se encuentra relacionado con "la cuestión de la reconciliación" que "siempre atañe a algo interior, la cuestión del perdón, que, en último término, es un don de Dios". "Aquí hay un plus", ha dicho.
Para el obispo de Bilbao, existiría un "denominador común", que sería "el rechazo de toda esa violencia, ese darse cuenta del daño que se ha hecho y reconocerlo e intentar repararlo en la medida de lo posible, aunque hay daños tan irreparables como la pérdida de vidas humanas".
El "nivel más moral, más profundo, sería el de la reconciliación e "incluso ése del perdón, muy importante para tener unos fundamentos sólidos y básicos sobre los que construir".
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