Dios, más cerca
De noche en la catedral de Córdoba: algo más que turismo
La luz y el silencio de las visitas nocturnas a la antigua mezquita están produciendo bien espirituales.
Además de un éxito como iniciativa turística, el proyecto El Alma de Córdoba. Visita Nocturna a la Catedral, antigua mezquita está resultando una fuente importante de beneficios espirituales para los asistentes.
Así ha valorado el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, el año transcurrido desde la puesta en marcha de la iniciativa, que ha atraído al templo (que fue la basílica de San Vicente antes de ser mezquita) a decenas de miles de personas.
"La noche y la luz artificial subrayan la belleza de este templo emblemático de una manera única, que no puede apreciarse durante el día", afirma monseñor Fernández en entrevista concedida a Europa Press.
"Este tipo de acciones contribuye a que quienes vienen a visitar la catedral queden como inmersos en la luz, en la música, en la noche y eso les ayude a encontrarse también consigo mismos", dijo el obispo, quien añadió que, conforme al deseo de Benedicto XVI, "la Iglesia debe poner toda su riqueza al servicio incluso de los no creyentes". En ese sentido la diócesis pone la catedral "al servicio de todos, ayudando a que las personas entren en contacto con Dios, sin obligarles, pero convirtiendo la visita a la catedral en un atrio de los gentiles, para que se acerquen a Dios todos los que le buscan o los que ni siquiera le buscan".
Así ha valorado el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, el año transcurrido desde la puesta en marcha de la iniciativa, que ha atraído al templo (que fue la basílica de San Vicente antes de ser mezquita) a decenas de miles de personas.
"La noche y la luz artificial subrayan la belleza de este templo emblemático de una manera única, que no puede apreciarse durante el día", afirma monseñor Fernández en entrevista concedida a Europa Press.
"Este tipo de acciones contribuye a que quienes vienen a visitar la catedral queden como inmersos en la luz, en la música, en la noche y eso les ayude a encontrarse también consigo mismos", dijo el obispo, quien añadió que, conforme al deseo de Benedicto XVI, "la Iglesia debe poner toda su riqueza al servicio incluso de los no creyentes". En ese sentido la diócesis pone la catedral "al servicio de todos, ayudando a que las personas entren en contacto con Dios, sin obligarles, pero convirtiendo la visita a la catedral en un atrio de los gentiles, para que se acerquen a Dios todos los que le buscan o los que ni siquiera le buscan".
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