El «millonario progresista» atacó a ZP
Un sacerdote de Cuenca pone en evidencia a Cebrián por su artículo-puñalada en «El País»
Roberto Esteban Duque reprocha al consejero delegado de Prisa que su análisis, «epidérmico y sectario», no sale de lo económico.
Desde el lunes pasado la actualidad política española ha girado en torno al doble ataque de ese día del diario El País a José Luis Rodríguez Zapatero, pidiéndole un adelanto electoral.
Junto a un editorial del periódico figuraba un artículo del consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, que ha recibido una contundente respuesta por parte de Roberto Esteban Duque, colaborador habitual de ReL, doctor en Teología Moral por la Facultad de San Dámaso de Madrid y párroco en un pueblo de Cuenca.
Con una contundente argumentación, reprocha a Cebrián que en su artículo expone "lo que la sociedad está ahíta de denunciar, pero que su diario El País tiende a silenciar de manera sistemática: la decadencia y muerte de una sociedad y de los ciudadanos que la conforman procede de su interna disolución".
A este "millonario progresista" y "laicista de inspiración liberal-radical" no le preocupa esa disolución, sino exclusivamente la recuperación económica de España, en un análisis "epidérmico y sectario" que no advierte que "cuando la subversión moral de la masa alcanza a la economía y llega a la política es porque traspasó ya todo el cuerpo social".
El "verdadero problema que nos han dejado Cebrián y el presidente del Gobierno" es no haber comprendido que "la sociedad es comunidad, dotada de orígenes históricos y religiosos no meramente pactistas; es comunidad de deberes, al contrario que la sociedad de derechos que es producto del individualismo; es transmisión de una devoción y unos símbolos religiosos, de unas costumbres históricas que hoy se han convertido en objeto de desdén".
Roberto Esteban Duque considera que el único camino adecuado para la recuperación de España "es el camino de la religación, el camino del asiento religioso, vinculante, sagrado, que posibilita un nuevo sentir comunitario en la humildad y el amor, y nunca en el orgullo desmitificador de la fe", y remata su contundente artículo recordando a Cebrián una célebre frase de Antoine de Saint-Exupéry: "Lo esencial es invisible a los ojos".
Pinche aquí para leer el artículo completo.
Junto a un editorial del periódico figuraba un artículo del consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, que ha recibido una contundente respuesta por parte de Roberto Esteban Duque, colaborador habitual de ReL, doctor en Teología Moral por la Facultad de San Dámaso de Madrid y párroco en un pueblo de Cuenca.
Con una contundente argumentación, reprocha a Cebrián que en su artículo expone "lo que la sociedad está ahíta de denunciar, pero que su diario El País tiende a silenciar de manera sistemática: la decadencia y muerte de una sociedad y de los ciudadanos que la conforman procede de su interna disolución".
A este "millonario progresista" y "laicista de inspiración liberal-radical" no le preocupa esa disolución, sino exclusivamente la recuperación económica de España, en un análisis "epidérmico y sectario" que no advierte que "cuando la subversión moral de la masa alcanza a la economía y llega a la política es porque traspasó ya todo el cuerpo social".
El "verdadero problema que nos han dejado Cebrián y el presidente del Gobierno" es no haber comprendido que "la sociedad es comunidad, dotada de orígenes históricos y religiosos no meramente pactistas; es comunidad de deberes, al contrario que la sociedad de derechos que es producto del individualismo; es transmisión de una devoción y unos símbolos religiosos, de unas costumbres históricas que hoy se han convertido en objeto de desdén".
Roberto Esteban Duque considera que el único camino adecuado para la recuperación de España "es el camino de la religación, el camino del asiento religioso, vinculante, sagrado, que posibilita un nuevo sentir comunitario en la humildad y el amor, y nunca en el orgullo desmitificador de la fe", y remata su contundente artículo recordando a Cebrián una célebre frase de Antoine de Saint-Exupéry: "Lo esencial es invisible a los ojos".
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