Lunes, 25 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Testimonios del estilo Oskar Schindler

Zenit emprende una investigación para buscar «actos de bondad en la guerra civil española»

Todavía se puede escribir "otra" historia de la guerra civil recogiendo actos de bondad en donde se refleja el bien.

ReL

Jesús Colina, fundador y director de Zenit
Jesús Colina, fundador y director de Zenit

La agencia de noticias ZENIT ha lanzado una investigación comunitaria, coordinada por el prestigioso historiador José Andrés-Gallego, para documentar los actos de bondad, en los dos bandos, que tuvieron lugar durante la guerra civil española.

“Se trata de buscar testimonios como el que dejó Oskar Schindler con su operación de salvación de judíos durante la Segunda Guerra Mundial”, explica Jesús Colina, director de la agencia ZENIT.

Según José Andrés-Gallego, antiguo rector de la Universidad Católica de Ávila, profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, “los historiadores –y toda persona cabal- tiene que explicar la historia no sólo por el mal, sino también por el bien que se ha hecho”.

La agencia invita a otros medios
ZENIT, invita a otros medios de comunicación, en particular a los medios digitales, a sumarse a esta iniciativa para poder documentar “esa otra historia de la guerra civil española”.

Los testimonios y contribuciones pueden enviarse a través de un blog que se ha abierto con este motivo: http://joseandresgallego.wordpress.com Un historiador de prestigio
José Andrés-Gallego es Doctor en Filosofía y Letras (Historia), ha sido catedrático de Historia contemporánea en las Universidades de Oviedo, de Educación a Distancia (Madrid) y de Cádiz, rector de la Universidad Católica de Ávila, y es investigador científico y Profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Entre otros muchos cargos desempeñados actualmente y en el pasado, es presidente del Patronato Europeo de Historia.

El sentido de esta investigación
A continuación publicamos un artículo de opinión del propio José Andrés-Gallego, en donde explica el sentido de este ambicioso proyecto:

«El que suscribe es español, historiador de profesión. Y, en virtud de esas dos circunstancias -la de español e historiador-, lleva años escuchando relatos muy distintos de las barbaridades que se hicieron en la guerra civil de 19361939. Estoy seguro de que más de un lector -que no sea español- dirá que es eso mismo lo que le ocurre a él, solo que referido a las atrocidades que se cometieron en su propio país y en tales años. Pues bien, ya tienen algo que advertirme en el blog, si creen que lo que voy a plantearles vale la pena también para sus países.

»Somos pocos los españoles de mi generación -la de posguerra- que no han oído en casa, desde niños, relatos del calvario que le tocó sufrir a su familia. La verdad es que hubo españoles que pensaron que ese calvario –el de los suyos- fue algo tan indignante y tan indigno que optaron por callar y no hablaron jamás de la guerra a sus hijos. Pero hasta ese silencio no pudo ser más elocuente y el resultado fue que esos otros españoles de mi generación -los que no oyeron nada en casa- se formaron, seguramente, la misma idea que nos formamos los demás: la de que todo aquello fue horrible.

»Claro está que hubo padres y madres que -hasta con su silencio- pudieron inculcar sentimientos de odio o de revancha entre sus propios hijos (muchas veces, sin pretenderlo). Otros hubo, por el contrario, que -conscientemente o no- suscitaron la idea contraria: la de que ese horror que nos relatan -traducido en hechos concretos- no debe repetirse jamás y hay que vivir de modo –y convivir- que eso sea así: que nunca vuelva a suceder.

»Pues bien, este historiador -cuando no lo era- de niño y, luego, de muchacho tuvo la suerte de formarse en una familia que no le escatimó los relatos del sufrimiento que les tocó vivir, pero lo hicieron de tal modo que lo que le inculcaron -como si lo grabaran con un hierro candente- es que todo eso sirve como recuerdo permanente de lo que jamás se ha de repetir, para lo cual -claro está- no importan tanto las palabras como la forma de vivir de cada cual.

»Es posible -no sé- que esa formación infantil me indujera a hacerme preguntas cuando empecé a oír otros calvarios a otros españoles. Fueron muchas esas preguntas, pero la que hace al caso es ésta: en casi todos los calvarios -de izquierdas y derechas, dicho coloquialmente- se mezcla de forma un tanto extraña el bien y el mal. El narrador relata casi siempre un calvario. Pero, al detallarlo, se pueden observar retazos de bondad que paliaron aquel horror, o, al menos, lo intentaron –aunque fracasaran- y, en más de una ocasión consiguieron impedirlo. Recuerdo, por ejemplo, que, en mi pueblo -una pequeña ciudad aragonesa-, quien sacó de la cárcel -donde podía pasarles cualquier cosa- a dos hermanas de una familia de comerciantes apodada "Los Zamoranos" fue su hermano, que pidió auxilio para ello a los jefes del batallón en que se había alistado para escurrir el bulto y evitar que fuera él el encarcelado y, previsiblemente, el fusilado. Era obvio que esos jefes y compañeros de armas -que, con seguridad, no eran tontos- debieron comprender que aquél mocetón pensaba, en realidad, como los del bando enemigo. Por lo menos, estaba claro que lo hacían sus hermanas. Por eso, justamente, las habían encarcelado. Y, sin embargo, no indagaron sobre las verdaderas ideas de su compañero, si no que recorrieron con él los cien kilómetros que distaban de Zaragoza para poner a salvo -y en su casa, sin necesidad de esconderse- a esas dos personas.

»Desde que me di cuenta de eso, he repetido donde me han querido oír que los historiadores –y toda persona cabal- tiene que explicar la historia no sólo por el mal, sino también por el bien que se ha hecho. Y es esa otra historia de la guerra civil española la que querría traer a estas páginas. Con su ayuda. Si no, supera por completo mis fuerzas. Así que lo primero que he hecho es abrir un blog, que es el que va debajo de la firma. Conozco historias suficientes para probar lo que digo. Pero sería importante que las contásemos todos».

blog: joseandresgallego.wordpress.com
www.joseandresgallego.com

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